Señor José Lisandro Paredes Rondón
Don Lisandro Paredes Rondón nació el 03
de julio de 1906, era hijo de don Juan Francisco Paredes y de doña Filomena
Rondón, entre sus hermanos estaban: Jesús María, Eliseo, Francisco, Laudelino,
María del Carmen, Clemencia y Luis.
Su
niñez, al igual que la mayoría de de los habitantes del pueblo para esa época
fue de muchas dificultades, se desarrollaba una agricultura de conuco para
poder subsistir y era necesario emigrar por temporadas a las haciendas de café,
en época de cosecha, ubicadas en la ciudad de Mérida, San Cristóbal de
Torondoy, Santa Apolonia, Las Virtudes y Altamira de Cáceres, para cubrir las
necesidades de vestido, calzado, vivienda, entre otras.
Don
Lisandro aprendió a leer y escribir con los maestros Carolino Paredes y
Eleuterio Molina. Desde joven ingresó como secretario de la prefectura y
después desempeñó el cargo de jefe civil, presidente de la junta comunal,
directivo de la sociedad bolivariana,
dirigente del partido político Acción Democrática, entre otros cargos
importantes.
Fue
un ferviente católico y como tal cumplía a cabalidad los preceptos religiosos,
pero además, fue un gran colaborador en el mantenimiento del templo y la casa
parroquial, en una oportunidad asumió en su totalidad la reparación del techo
de la iglesia.
Contrajo
nupcias con la señorita Eloína Tapia, natural de Altamira de Cáceres, estado
Barinas, de cuyo matrimonio no
procrearon hijo, no obstante, formaron parte del hogar, se formaron y educaron,
Carlos González, Carmen Colmenares y Juvenal Santiago, éste último profesional
universitario, docente de la Escuela de Historia de la Facultad de Humanidades
de la Universidad de Los Andes.
La
mayor parte de su vida la dedicó don Lisandro a regentar su bodega ubicada en
la avenida Sucre con calle Independencia, desde la década de los años cuarenta.
Su amabilidad, honestidad, educación, buena atención y vocación de
servicio fueron elementos que le
granjearon grandes amistades con personas de todas las edades y condiciones
sociales. La bodega, además de ser un sitio para expender víveres,
licores, ropa, telas y medicinas, era un lugar de encuentro para el diálogo, el
intercambio de afectos y de consejos
oportunos.
Don Lisandro murió en la ciudad de
Barinitas, estado Barinas, el 21 de febrero de 1982.
Rafael Ramón Santiago
Cronista Oficial del Municipio Pueblo Llano
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