jueves, 25 de octubre de 2018

Personajes de Pueblo Llano


Eustropio José Vidal García


            Nació en la ciudad de La Grita, estado Táchira, era hijo de Eustropio Santiago Vidal y María Elvira García. Llegó a Pueblo Llano aproximadamente en 1912, acompañando a su hermano Felipe S. Vidal quien era sacerdote y venía a encargarse de la parroquia Santísima Trinidad de Pueblo Llano, la cual regentó como cura interino desde 31 de julio de 1912 hasta el 01 de enero de 1913. Ayudaba al sacerdote en calidad de monaguillo y corista.
Las personas que lo conocieron lo describen como …de buena presencia, delgado, rengueaba de un pie, ejecutante de la mandolina, amigo de las fiestas y echador de bromas.
Eustropio era primo hermano del general Juan de Dios Moncada Vidal, de los fundadores del Liceo Militar Jáuregui de La Grita, fundador también de un movimiento guerrillero en época del gobierno del presidente Rómulo Betancourt, fue la primera persona que secuestró un avión en Venezuela. Un hermano del general, de nombre F. Rigoberto Moncada Vidal fue cura interino en Pueblo Llano en dos oportunidades, en 1946 y 1948.
Eustropio José Vidal contrajo matrimonio en Pueblo Llano en 1921 con Fidelia Antonia Hernández Agostini, hija de Rafael Antonio Hernández y María Eugenia Agostini, con descendencia.
Aparte de sus virtudes artísticas, don Eustropio desempeñó diferentes cargos y oficios en Pueblo Llano y los pueblos vecinos. Fue Juez en Las Piedras, Jefe Civil en Santo Domingo (1929) y Pueblo Llano (1932 y1936), pero quizás por el hecho que más se le recuerda es el de haber traído la primera y única imprenta a Pueblo Llano, en ella se publicó el número 1 del periódico El Cronista, el 20 de septiembre de 1924, fungía como director Leoncio Arvelo. Posiblemente se editó también el año siguiente el numero 1 de El Parameño, cuyo director era don Manuel Molina Ibisate.
En entrevista realizada al señor Ascensión Rendón Santiago, nos comentaba que dicha …imprenta funcionaba en la casa de Rafael Uzcátegui (avenida Sucre, entre calles Providencia y Ayacucho), era de rodillo con caracteres de madera…
Pocas hojas se han conservado de los trabajos elaborados en esa imprenta, entre ellas una solicitud de colaboración, en 1929, hecha por el sacerdote de Santo Domingo para terminar de pagar una imagen de San Isidro y un armonio.
            También se recuerda al biografiado por su afición a la albañilería, pues se le adjudica la construcción del presbiterio de la iglesia,  la casa con balcón, que aún se conserva, que perteneció al finado Obdulio Salcedo (avenida Bolívar, entre calles Páez y Providencia) y otra, de igual estilo, que fue su casa de habitación, en la misma avenida Bolívar, entre Independencia y Páez, lamentablemente demolida.


lunes, 22 de octubre de 2018

Patrimonio Construido: Templos y Capillas


Templo Evangélico en Llano Grande






Llano Grande es un caserío del Municipio Pueblo Llano, estado Mérida. Para mediados del siglo XX comenzaron a llegar algunas familias de sectores cercanos y construyeron allí sus viviendas.
En la década de los años sesenta del mismo siglo XX la iglesia evangélica comienza a hacer un gran trabajo misional en la zona y la mayoría de sus habitantes abrazan esta religión, construyéndose más tarde el templo. Una emisora de FM denominada Radio Ágape fue instalada en el 2002 con el propósito de reforzar el proceso de evangelización.
Los inicios del culto evangélico en el lugar los relata el señor José Antonio Santiago de la manera siguiente: “Después de que se creó el templo en el pueblo, en Llano grande --que eran como tres familias evangélicas y las señoritas Becerra-- se comenzó a realizar cultos a las tres de la tarde, atendidos por el señor Santiago. Luego se encargó el señor Juan Van Kampen de dirigir los cultos durante cuatro años, mientras tanto José Antonio Santiago compró un terreno de unas cinco hectáreas, del cual se tomó la cantidad necesaria para la construcción del templo y la casa pastoral. La edificación fue inaugurada el domingo 27 de enero de 1980”.

Rafael Ramón Santiago
Cronista Oficial del Municipio Pueblo Llano

martes, 9 de octubre de 2018

Manifestaciones Colectivas


LA “SOLTURA” O  “LARGADA” DEL GANADO






           
Por estas latitudes andinas, el ciclo de las siembras comenzaba en marzo con la llegada de las primeras lluvias. La mayoría del ganado, una vez herrado, era llevado a pastar a los páramos para evitar que dañaran las sementeras.
Generalmente se hacían dos cosechas de papas al año, la segunda se denominaba de atravieso. Con el trigo, las arvejas y el maíz cuyos ciclos eran más largos solo daba tiempo para hacer una sola cosecha. Noviembre y diciembre eran tiempos para recoger los frutos, con la llegada del verano, en el mes de diciembre, los pastos comenzaban a marchitarse y los animales que deambulaban por los páramos comenzaban a sentir los rigores de la sequia, por ello, era costumbre que el 15 de enero de cada año se tomara como fecha límite para que la gente recogiera sus últimos frutos, pues inmediatamente se abrían los portillos y cercados y en medio de gritos, cánticos y silbidos dejaban que el ganado bajara del páramo como una tromba entre bramidos, relinchos y apareamientos a pastar en los barbechos donde se había cosechado. Aquellos que sembraban tarde o tenían algún cultivo con un ciclo más largo debían recogerlo aun sin madurar, pues los animales arrasaban con todo lo que encontraban a su paso y no había lugar a demandas porque esa era ya una tradición.
Al respecto, dice Ramón Vicente Casanova, al referirse a su pueblo natal de El Cobre, en el estado Táchira: “Ligada a la mano vuelta estaba la operación conocida con el nombre de la soltura. Ocurría que durante el proceso de las cosechas del año (el frio de nuestros montes alargó siempre los ciclos biológicos), el ganado horro y los toretes y becerros se llevaban a los páramos para cultivar los potreros donde pastaban de ordinario. Arriba, desde luego, padecían hambre y frío, cortado el trigo, desprendidas las mazorcas y arrancadas las arvejas, los barbechos aparecían cubiertos de tréboles, borrajas y otras yerbas que brindaban ricos alimentos, y para que el amilanado ganado se hartara a sus anchas se aportillaban las cercas y se le daba entrada libre a las fincas, sin atenerse a hierros o señales…” (En las Fronteras del Viento. p. II. Editorial Venezolana, Mérida, 1985.).
Un mes o dos duraba la liberación de los animales que reducía singularmente la exclusividad de la tierra. Terminada, el alambre volvía a los botalones, y las corralejas recobraban sus tranqueras para encerrar a las vacas lecheras y a los animales de trabajo, los demás eran arriados nuevamente a las alturas e los páramos.
Como vemos, esta costumbre era muy común, por lo menos en nuestros pueblos andinos,  su origen puede remontarse a los primeros españoles que llegaron a estas tierras. Aquí, en Pueblo Llano, los indígenas siempre se quejaban por esta práctica que habían heredado los mestizos. Por ejemplo,  el 28 de febrero de 1865 envían una correspondencia al recién creado Distrito Pueblo Llano donde los comisarios, indígenas y vecinos denuncian el abuso que se produce cuando se recogen las cosechas de alverjas, trigo y maíz de los resguardos, dicen que inmediatamente introducen en ellos vacas, toros, bestias, burros, etc., y hacen grandes daños a los conucos de los más pobres que tienen sembrados apios y otras raíces de un ciclo de cosecha más largo. Los perjudicados piden que se evite esta práctica, que se obligue a los propietarios de animales a que los lleven a pastar a los potreros que tiene el resguardo y que son exclusivamente para cría.
A pesar de las quejas, esta forma peculiar de pastoreo perduró en Pueblo Llano hasta muy entrado el siglo XX, la misma fue disminuyendo con el aumento de  los sembradíos y la introducción de nuevos cultivos. Al pasar el tiempo, la cría de ganado, con excepción de los bueyes, casi se ha extinguido en el Municipio.  

Rafael Ramón Santiago
Cronista Oficial del Municipio Pueblo Llano