viernes, 31 de agosto de 2018

Manifestaciones Colectivas


EL PESEBRE Y LA PARADURA DE NIÑO

La religiosidad del venezolano y del andino en particular se manifiesta de muchas formas y maneras, pues es el resultado de un largo proceso de adoctrinamiento impuesto por España a través de siglos donde diferentes congregaciones religiosas se encargaron de  imponer el catolicismo a nuestros indígenas utilizando para ello diversas prácticas devocionales que se realizaban en la madre patria y que los naturales de América fueron asimilando a su manera, cambiando algo, agregando elementos de sus creencias y omitiendo otros, resultando la fusión de dos culturas completamente diferentes o el sincretismo religioso que hoy conocemos.
También podíamos agregar que  el pesebre y la paradura del Niño Jesús son dos tradiciones hispanas muy arraigadas en el país desde tiempos muy remotos, particularmente en los pueblos andinos. En Pueblo Llano, desde los primeros días del mes de diciembre se van preparando los materiales para construir el pesebre o belén, para ello se acopian piedras, troncos, musgo y papel o tela pintada de diferentes colores que una vez dispuesto sobre el armazón  simulan  cerros, mesetas, lagunas y cañadas de nuestra geografía que no tiene nada que ver con la lejana y árida tierra de Israel donde vino al mundo el Mesías.
 El musgo, las albricias y el laurel eran elementos que otrora formaban parte del pesebre nuestro, dándole un aroma campestre, cercana, muy criolla, pero, lamentablemente el proceso de deforestación acabó prácticamente con estos arbustos y el musgo.
 Por otro lado, las ovejas, pastores, patos, gallinas, caballos, vacas, casitas, San José, la Virgen, la mula, el buey y los  reyes magos, son imágenes que siempre están presentes en los pesebres andinos, además no hay una construcción igual, en cada hogar se esmeran por darle su toque particular a la obra, que obviamente también varía o es ligeramente modificada con el transcurso de los años.
La parada o paradura del Niño Jesús es la actividad principal que se realiza en torno al pesebre, tal festividad se suele  realizar entre el 25 de diciembre y el dos de febrero, día de la Virgen de la Candelaria. Para ello se invita con anterioridad a los vecinos, familiares y músicos que van tomando asiento en la sala donde se ha levantado pesebre. Se rezan los misterios gozosos del rosario, luego se coloca la imagen del Niño en un paño con tirantes para pasearlo por los alrededores de la casa, cada persona que toma un tirante representa un padrino que además lleva una vela encendida en una mano. Una pareja de amigos cercanos también llevan las imágenes de San José y la Virgen con velas de colores y tamaños diferentes de las demás.
El  paseo es precedido por el encargado de quemar los morteros o voladores, luego siguen los músicos, los padrinos con San José y la Virgen, los padrinos que llevan el paño con el Niño y finaliza con el resto de la concurrencia. Culminado el paseo, se coloca al Niño en una mesa, los asistentes se arrodillan para besarlo y colocar una moneda en un plato a manera de contribución y finalmente colocan la imagen en el pesebre completamente de pie.
            Termina  la parada o paradura con un brindis que otrora consistía en una mantecada, un pan, un cigarrillo y una copa  de vino, la mantecada fue sustituida posteriormente por una “pasta” o bizcochuelo, y con la crisis de  estos tiempos seguramente el brindis se ha reducido lamentablemente  a su mínima expresión. 
Una modalidad que prácticamente ha desaparecido en nuestro pueblo es la paradura con Niño robado, evento que era mucho más festivo que una paradura tradicional. Todo comenzaba cuando un vecino decidía robarse la imagen del pesebre como una forma de pagarle una promesa al Niño por un favor recibido, una vez sustraída la imagen dejaba una carta como la siguiente, encontrada por el cronista Rafael Ramón Santiago en sus investigaciones:
“Pueblo Llano, 9 de enero de 1949.
Señor don José Lisandro Paredes y señora doña Eloína de Paredes.-
Ciudad.
            Muy apreciables coterráneos:
            Tengo a muy especial honra el comunicar a ustedes. Un caso muy singular y de mística trascendencia en nuestra militancia cristiana: Hace tres días fue hallado, con indecible placer, en nuestra humilde estancia, un niño recién nacido, tan bello, hermoso y brillante, que no tiene comparación entre los “nenes” de su especie!- Seguramente que este lindo niño sea el hijo de María Inmaculada, nacido en Belén de Judea, y a quien, por celos de reinado, el pérfido y sanguinario Herodes, persiguió, con el filicidio intento de darle muerte!; pero, que no consiguió, porque, el Eterno Padre Dios, le avisó en sueño, a su padre adoptivo el casto José, que lo trasladase con su Madre, a Egipto, para favorecerle de la persecución de aquel cruel y sátiro rey.- Éste murió; y tiempo es ya, de que el Divino Niño regrese, no a Belén sino a la ciudad de Nazaret, para que así sea cumplida la profecía del Profeta Isaías….-
            Quizá sean Ustedes representantes del Divino Infante que llegó a mi hogar, y cúmpleme el apresurarme  a comunicarles tan laudable noticia…-
De Ustedes estimado compatriota,…”.
La carta en cuestión no era firmada por el remitente porque el robo se hacía en secreto, pero, el dueño del Niño, una vez que leía la carta y estaba de acuerdo con la modalidad de paradura sugerida y enseguida fijaba la fecha para su celebración.
Ese día salían en grupo de la casa a buscar el sitio dónde podría estar el Niño Jesús, para ello se vestían a varios  niños de pastorcitos y a otros más grandes de San José y la Virgen, ella  iba montada en un pollino halado por su esposo. Finalmente, se llegaba a la casa del “ladrón” y después de entonar algunos versos, entraban, tomaban la imagen y emprendían el regreso, no sin antes maniatar a los esposos que habían cometido el “robo” quienes eran conducidos durante el trayecto por dos personajes que hacían el papel de policías.
La escenificación era muy bonita, similar a representación de una obra teatral a espacio abierto. Al llegar nuevamente a la casa donde fue robado el Niño, se nombraba un juez que escuchaba los alegatos de los acusadores y finalmente dictaba sentencia sobre el “robo” cometido y los acusados eran condenados a contribuir con los gastos de la paradura.
Rafael Ramón Santiago
Cronista Oficial del Municipio Pueblo Llano

lunes, 20 de agosto de 2018

Patrimonio Construido: Templos y Capillas


IGLESIA ADVENTISTA DEL SEPTIMO DIA EN EL ARBOLITO

Tal y como se expone en Wikipedia, “la Iglesia Adventista del Séptimo Día es una denominación cristiana protestante distinguida por su observancia del sábado como día de reposo y por su énfasis en la creencia de una inminente segunda venida de Jesucristo. La denominación surgió del movimiento Millerista en Estados Unidos a mediados del Siglo XIX, y fue establecida formalmente en1863. Entre sus fundadores destaca Ellen G. White, cuyos extensos escritos continúan siendo altamente valorados por esta iglesia.
Gran parte de la teología adventista corresponde a enseñanzas protestantes comunes, como la autoridad infalible de las Sagradas Escrituras, la Trinidad y la salvación por gracia. Sin embargo, presentan importantes creencias distintivas, como el estado inconsciente de los muertos, el juicio investigador, la observancia del sábado como día de reposo y la vigencia del don de profecía en el ministerio de Ellen G. White, sus escritos son considerados por el adventismo como “una permanente y autorizada fuente de verdad, que proporcionan consuelo, dirección, instrucción y corrección a la iglesia". La iglesia es conocida por su énfasis en la salud y la alimentación —promoviendo activamente el vegetarianismo—, la educación, la protección de la libertad religiosa, y sus principios y estilos de vida conservadores”.
En el caserío El Arbolito del Municipio Pueblo Llano, estado Mérida, se encuentra la Iglesia Adventista del Séptimo Día, Dios es Amor. La inició el señor Teodomiro Carvajal en 1989. El señor Carvajal es de origen colombiano y llegó al municipio en 1982. Comenzó su actividad proselitista enseñando el estudio de la Palabra al señor Miguel Valero,  luego se conformó un grupo, como extensión o célula, de unas ocho personas, hasta convertirse en Iglesia en el 2007. Para el 2016 contaba con treinta personas, entre adultos y niños. El templo lo construyó el mismo señor Carvajal en el 2005, consta de una sola nave, con techo de zinc, a dos aguas, con una capacidad para unas cien personas.
La Iglesia Adventista de El Arbolito ha contratado una señal de televisión internacional denominada 3ABN Latino, que se transmite por la empresa de cable local Producciones Milenium con el objeto de reforzar su trabajo religioso.
Rafael Ramón Santiago
Cronista Oficial del Municipio Pueblo Llano

miércoles, 15 de agosto de 2018

Personajes de Pueblo Llano



JOSÉ CRESCENCIO VALERO GARCÍA.


            José Crescencio Valero García fue uno de los más destacados representantes del gremio de comerciantes en Pueblo Llano a finales del siglo XIX y comienzos del XX, nació en este pueblo el 04 de abril de 1877, hijo de Juan de la Trinidad Valero Rondón y María Felipa García  Ortiz.
            Debido a la muerte trágica de su padre en 1901, por ser el hijo mayor, le correspondió llevar las riendas del hogar con firmeza y responsabilidad.
            Desde muy joven se inclinó por la rama del comercio conduciendo en arreos de mulas los productos locales y trayendo otros desde lugares lejanos como Boconó, Escuque, Mérida y Timotes.
            Fue uno de los primeros en la comunidad en utilizar tarjeta de presentación para promocionar su negocio; ya en 1929, en la Guía General de Venezuela de Fernando Bennet, figura entre los principales comerciantes del municipio.
            Pero, no solo el comercio era el fuerte de don Crescencio, también era perito en la elaboración de declaraciones y repartimientos de herencias, además,  su incursión en la política lo llevó a ser amigo e informante del general Gómez y del Presidente del estado Mérida, general Amador Uzcátegui. En el alzamiento de varios merideños contra Gómez en el año de 1914, donde participaron algunos individuos de Pueblo Llano, entre ellos José de la Trinidad y Rosalino Paredes Rondón, Crescencio tuvo una gran participación denunciando y persiguiendo a los alzados.
Valero era poseedor de un solar en la parte Norte del pueblo y a solicitud del sacerdote de entonces, donó generosamente las mejoras que tenía sobre el mismo a la municipalidad, el 20 de diciembre de 1928, para que allí se construyera una plaza alterna a la principal, con el fin de que contribuyera al ornato público y adelanto del pueblo, conocida posteriormente con el nombre de La Placita.
            Los últimos años de su vida,  los pasó atendiendo su bodega ubicada en la Avenida Bolívar. Murió en Pueblo Llano, a la edad de sesenta años, el 23 de agosto de 1937.

Rafael Ramón Santiago
Cronista Oficial del Pueblo Llano

lunes, 13 de agosto de 2018

Patrimonio Culinario



AREPAS DE HORNO
           
Las denominadas Arepas de Horno siempre fueron una delicia para los pueblollaneros de antaño, entre ellas estaban las elaboradas para la venta por la señora Clementina Paredes, mejor conocida como la Negra Clema, allá en su casa de habitación situada en el sector La Horca.
La forma de preparación seguramente variaba de acuerdo al hogar donde eran confeccionadas. La presente receta fue recogida por estudiantes del Liceo Mariano Picón Salas de Pueblo Llano.

Recta para las Arepas de Horno.
(20 personas)
Ingredientes:

§  2 Kg. de harina de maíz.
§  1½  Kg. de cuajada sin sal.
§  5 litros de suero.
§  1½  Kg. de azúcar.
§  1 zapallo tierno (1 Kg. aproximadamente).
§  ½  Kg. de mantequilla.
§  100gr. de manteca de cochino.
§  Media panela de dulce o papelón.


Preparación de la miel: Colocar la media panela de dulce o papelón en un recipiente junto con taza y media de agua, se deja cocinar por media hora a fuego lento. Se debe preparar un día antes de la elaboración de las arepas, así como también cocinar el zapallo.
Preparación de la masa: Colocar 2½ litros de suero, agregarle el azúcar, luego se agrega harina de maíz con mucho cuidado para que no se formen grumos, luego se va agregando la miel, se amasa por 5 minutos y se le añade el zapallo, la cuajada y el resto de los ingredientes, lentamente. Al terminar de amasar se deja reposar por 5 minutos hasta que dé una consistencia blanda. Luego se unta las latas o recipientes  donde se van a hornear con manteca de cochino. Se elaboran las arepas a mano para que queden gorditas y se le hace un huequito en el centro para colocar la miel. Se hornean por una hora aproximadamente.
            Tomado de la Guía Gastronómica elaborada por:
Eduar A. Carvajal V.
Wilson A. Carvajal Q.
Luis D. Santiago P.
            Junio, 2018.