domingo, 22 de abril de 2018

Patrimonio Construido: Templos y Capillas.

Capilla de la Santísima Trinidad en la actualidad.

Capilla Santísima Trinidad en La Placita


La Santísima Trinidad es el patrono de Pueblo Llano desde 1678,año  en que se decide asentar en el lugar actual un pueblo con los indígenas de Pueblo Llano y Aracay que se encontraban en El Esfafiche desde 1619.
El sitio donde está la parte urbana del pueblo forma parte de un cono de deyección de la quebrada que nuestros indígenas denominaban Mucumban, posteriormente Matitorote y hoy la conocemos con el simple nombre de quebrada del Pueblo. A lo largo de estos años, la quebrada ha tenido sus crecidas, que lamentablemente no han quedado registradas en documentos, con excepción de la última ocurrida el 03 de junio de 2003, la cual ocasionó algunas pérdidas humanas y cuantiosas pérdidas materiales.
A falta de material escrito, hemos acudido a la tradición oral, que también tiene valor en la interpretación histórica, para indicar que, por lo menos desde el siglo XIX, estaba colocada una imagen de la Santísima Trinidad en el cerro que se encuentra frente a la mencionada quebrada, como una forma de buscar protección divina ante la eminente crecida de la misma. Aunque, otra versión nos da cuenta de que en ese lugar apareció una imagen de la Trinidad, incrustada en una piedra, debajo de un frondoso árbol de cedro. Contaban además los informantes, que dicha piedra fue robada del lugar en la época de la Independencia y no se volvió a saber más nada de su paradero. Sea una u otra versión la más cercana a la realidad ambas dan fe de que la Santísima Trinidad se encuentra desde hace muchos años protegiendo a sus feligreses en la parte noroeste del pueblo, además de venerarse otra imagen en el altar mayor de la iglesia principal.
De las informaciones escritas encontradas hasta el momento tenemos que en el año 1898 los habitantes del pueblo solicitan ante el Obispo de Mérida, Antonio Ramón Silva, un permiso para construir una capillita en el sitio, donde según la tradición, había aparecido la imagen de la Santísima Trinidad. Pero, la petición no encontró buena acogida por el prelado y éste les responde, el 25 de diciembre de 1898, de esta manera: ...Sr. Pbro. Francisco Ibisate. Venerable cura de Pueblo Llano. En contestación a la nota de V. del 21 del presente, para la capilla que algunos feligreses desean construir a la Santísima Trinidad, pues ya en las visitas pastorales hemos palpado los inconvenientes que esas capillas traen. Comuníqueselo a los interesados previniéndoles que se abstengan de todo trabajo de esa naturaleza. Dios guarde a V, muchos años. Antonio Ramón Silva, Obispo de Mérida...
En 1909 el sacerdote Francisco Higuera informaba que había en la parroquia ...un templo y una capilla vieja titulada de la Santísima Trinidad...
 No está claro si esta capilla fue construida después de la negativa del Obispo o ya estaba para ese año (1898) y los vecinos solicitaban el permiso para construir una nueva. Nos quedamos con la segunda suposición, pues, algunas de las personas entrevistadas mencionaron que conocieron una capilla vieja, con techo de paja, situada en un cerro, más allá de donde finaliza la calle Carabobo, hacia el Oeste y otra más nueva en los terrenos donde se encuentra hoy en día.
El 1º de enero de 1910, en la visita que realiza el mismo obispo Silva, manifiesta que dio ...la bendición solemne de una capilla dedicada a la Santísima Trinidad por algunos vecinos... Lo que nos sugiere que el obispo cambió de parecer en el transcurso de  estos doce años o los vecinos hicieron caso omiso a su prohibición. 
Veintitrés años después, en 1933, se construyó otra capilla en el mismo sitio donde estaba la anterior, así lo podemos deducir de la presente acta de bendición de la misma: ...En el Municipio Pueblo Llano del Distrito Miranda, a once de junio de mil novecientos treinta y tres, previa la debida autorización del Excmo. Señor Arzobispo Dr. Acacio Chacón y con las prescripciones del Ritual Romano, se efectuó la bendición solemne de la nueva Capilla, construida en el perímetro de la población y ubicada en el mismo terreno de la anterior capilla filial de la Santísima Trinidad. Seguidamente se hizo también con solemnidad la bendición de la hermosa cruz de bronce que sobre su correspondiente pedestal se levantó al frente de la capilla, habiendo asistido a estos actos las autoridades civiles y la mayor parte de los vecinos de la localidad, todos con el carácter de padrinos.
Como gaje de amor filial, de gratitud y reconocimiento al Sr. Omnipotente y en obsequio de la Santísima Trinidad, se celebró en la nueva capilla y con la mayor Solemnidad el santo Sacrificio de la misa y de manera especial ofrecido por la intención del amado prelado Arquidiocesano, a quien Dios conserve. Pbro. Narciso Carrero...
Para la segunda mitad del siglo XX, se construyó una nueva capilla, a comienzo de la década de los años 70, al lado de la anterior, más espaciosa, de dos aguas, una sola nave, utilizando materiales de la época como zinc, bloques de cemento, etc. Aquí se venera desde el año 1961 una hermosa imagen de bulto de la Santísima Trinidad, donada, entre otras personas, por varios pueblollaneros residentes en la ciudad de Caracas.
El jueves 28 de noviembre de 2013 se realizó un emotivo acto para celebrar la remodelación y ampliación de la anterior capilla, hecha bajo la gestión del señor alcalde doctor Edgar Villamizar Rondón, con líneas arquitectónicas modernas y de buen gusto bajo la dirección de la Arquitecto Cándida Salcedo Molina.
Por otra parte, con respecto a las festividades que se realizaban el día asignado por el calendario romano para la celebración del Dios Uno y Trino es muy poco lo que se ha podido obtener en la documentación consultada. Los albaceas testamentarios de Lucas de Laguado indicaban en 1695 que el encomendero colaboraba cada años con animales y otros presentes para la celebración que los indígenas hacían anualmente; aunque no se especifica en el testamento de qué tipo de celebración se trataba, suponemos que era para la fecha del onomástico se su patrono, la Santísima Trinidad. De igual forma a comienzos del siglo XIX, el mestizo José Manuel Paredes dona un tambor grande a la Santísima Trinidad.
En la estadística eclesiástica de la Provincia de Mérida levantada por el Gobernador don Juan de Dios Picón (13-6-1833), da cuenta de tres cofradías: la del Santísimo, la del Patrón y la de Animas. Hasta ahora no se ha encontrado  el libro de la Cofradía de la Santísima Trinidad que nos pudiera dar mayor información sobre las actividades que realizaban sus cofrades.  
El prioste o mayordomo de la fiesta más antiguo que se conoce fue la señora Heraclia Molina a finales del siglo XIX y comienzos del XX, luego pasó a manos de su señor Sixto Molina, quien se encargaba de organizar todos los festejos. Entre las principales actividades estaba la traída de una banda de músicos desde Mucuchíes para hacer retretas y acompañar la imagen durante la procesión.  Al morir don Sixto la mayordomía pasó a manos de su hijo Emilio Antonio Paredes quien ha mantenido la celebración de una manera similar.
También se estila, desde hace muchos años atrás, realizar un velorio en  honor a la imagen, desde la víspera del día del patrono hasta el día siguiente, se canta el rosario, se entonan salves y se brinda comida y miche (aguardiente) a los concurrentes.

Rafael Ramón Santiago
Cronista Oficial del Municipio Pueblo Llano

martes, 17 de abril de 2018

Manifestaciones Colectivas




LA TROYA DE MUTUS

El trompo o peonza es tan antiguo como la humanidad misma. En la ciudad mesopotámica de Ur, a orillas del río Éufrates, se han encontrado trompos de arcilla que datan de 4.000 años antes de Cristo. También se han hallado ejemplares romanos y griegos. El trompo con cuerda llegó a Occidente posteriormente, venido desde Japón o China. A América entró en las alforjas de los primeros conquistadores.
 A pesar de ser un juguete tan antiguo, el trompo se niega a morir ante el avasallante uso de otros juegos electrónicos para niños y jóvenes, pues bailar y ver el movimiento de un trompo tiene un encanto particular, sobre todo cuando se acerca Semana Santa y durante el periodo religioso mismo, observamos a niños y jóvenes embelesados viendo bailar sus trompos multicolores. Los hay de diferentes formas, materiales, colores y tamaños. Aproximadamente hasta los años sesenta del siglo XX, la mayoría de los trompos eran hechos en Pueblo Llano a mano por expertos artesanos, utilizaban para ello trozos de árboles resistentes a los golpes como el Sinigüis y el Aranguren. Posteriormente comenzaron a llegar trompos finamente elaborados en tornos y últimamente vienen fabricados de pasta o  plástico.
El hecho de bailar un trompo es algo que nos divierte, pero requiere indudablemente de un proceso de aprendizaje, no hablemos de la práctica para tomarlo en la mano o hacer otros malabarismos con él, como aquella frase popular que expresa: “bailar el trompo en la uña”.
Un juego muy popular con el trompo en Pueblo Llano era el de “sacar plata o dinero”. Consistía en bailar el trompo, tomarlo con la mano y tratar de empujar una moneda, que yacía en el suelo, durante un trecho de unos tres metros aproximadamente utilizando solo para ello el clavo del objeto y la cabeza o “rabiza” cuando el trompo se estaba “apagando”. El jugador que lograba sacar su moneda y luego la de su contrincante era el ganador.
Otro juego de trompo muy emocionante es la Troya, la cual comienza cuando se hace un círculo en el suelo, los jugadores lanzan sus respectivos trompos para que “pique” o comience a bailar lo más cerca del círculo posible. El que "pique" más lejos es el perdedor y le corresponde colocar su trompo en el suelo para que los demás lo empujen hasta el lugar convenido. Cada jugador, por turno, baila su trompo, lo toma con la mano y le da “churrios” y “totes” para hacerlo avanzar. Cuando uno de los jugadores no puede bailarlo, lo que se denomina “enfotarse” o que al bailarlo no pueda hacer contacto con el trompo castigado, entonces se considera perdedor y debe colocar su trompo en el suelo  hasta que a otro jugador le ocurra lo mismo. El trompo castigado que llegue al destino final convenido, marcado también con un círculo, paga su fracaso con “quinies”, que son golpes que le dan los demás jugadores con la punta de sus trompos; cuando el objeto es de madera queda prácticamente destrozado. El final es trágico, indudablemente.
La Troya más importante que se realiza en Pueblo Llano desde hace muchos años es la denominada Toya de Mutús. El Sábado Santo desde muy temprano comienza la Troya en el caserío Mutús hasta llevarla a los predios de la Plaza Bolívar, participa un numeroso grupo de personas, la mayoría adultos, que se divierten a lo largo de todo el recorrido. En los últimos años el premio al ganador ha sido en metálico y acapara un numeroso público espectador durante todo el recorrido que es de varios kilómetros.    
Entretanto, en el mismo evento se desarrolla otra modalidad de competencia con el trompo como es la denomina “Troya con trompo mandador o cueriado”. El trompo es de un tamaño exagerado y  no se bailan con la cuerda tradicional sino que lo van golpeando con un trozo de cuero denominado “mandador” y de esta manera lo hacen bailar y avanzar hasta su destino final, la Plaza Bolívar. 
No hay una fecha exacta que indique el inicio de esta sana competencia pero ya hace más de una media centuria que la venimos observando, estando siempre al frente de la organización los habitantes de Mutús, particularmente miembros de las familias Terán y Alarcón.

Rafael Ramón Santiago
Cronista Oficial del Municipio Pueblo Llano

miércoles, 11 de abril de 2018

Personajes de Pueblo Llano




José Antonio Jerez Jerez

           
La familia Jerez ha estado presente en Pueblo Llano desde finales del siglo XVII, el primer representante de ella fue Don Antonio Jerez y Ariza, casado con Gertrudis Calderón de la Barca, hermana del cura doctrinero de los indígenas de Pueblo Llano, Victorino Calderón de la Barca. La pareja se radicó en La Culata, posesión que recibieron como herencia dejada por el sacerdote.
En 1737 se encuentra José Ignacio Javier y Ariza en Pueblo Llano, se desconoce si era hijo o hermano del anterior.
A finales del siglo XVIII hay varias familias con el apellido Jerez, no se sabe si son parientes de los anteriores o fue otra rama lejana del apellido que llegó para esos años. La mayoría de los Jerez de esos tiempos se unía en matrimonio con personas de apellido Becerra. Entre ellos estaban Domingo Jerez, casado con María Casilda Becerra, ambos fueron padres de Margarita nacida el 08 de febrero de 1796, Francisco en 1798 y Marcelina en 1800.
Margarita fue madre de Ramón Jerez, quien nació en Pueblo Llano en 1822 y murió en el mismo pueblo el 28 de agosto de 1904. Ramón casó con María Ana de Gracia Jerez y fueron los padres de Julia, Micaela, Cosme, Damián, Francisco, Domitila, Ramón y José Antonio.
            José Antonio Jerez Jerez nació en Pueblo Llano el 13 de junio de 1880, pasó su niñez  y juventud en La Culata desempeñando labores agrícolas y de cría con sus padres y hermanos. Cuando llegaba la época de trillar el trigo lo llevaban hasta Mutús donde era trillado en una máquina que tenía Saturnino Ortiz.
            Al contar con 32 años decide contraer nupcias con Doña Josefa Valero Moreno, hija de Rafael Valero y Rosa Moreno, el matrimonio se efectuó en Pueblo Llano el 26 de octubre de 1912. Luego, tomaron como residencia el caserío La Quinta de la Parroquia Las Piedras, actual municipio Cardenal Quintero, del estado Mérida, allí nacieron sus hijos: Rosa Eladia, Humberto, Betilde, Sara, Ernesto y Elio.
            Los esposos Jerez Valero se esmeraron por brindar una excelente educación a sus hijos, comenzando desde el  hogar, donde los valores católicos, el respeto, el amor al trabajo y la lectura siempre estuvieron presentes. De este hogar campesino surgieron dos grandes poetas: Ernesto y Elio, cuyas obras literarias, rebosantes de lirismo y arte puro han sido elogiadas dentro y fuera del país.
 Ernesto Jerez Valero, nació el 22 de octubre de 1923. Estudió primaria en Mucuchíes y secundaria en la Grita. Repartió su actividad vital entre la literatura, la política y la empresa agrícola, al respecto fue secretario general de Gobierno del estado Anzoátegui (1958), encargado de la Gobernación del estado Apure (1958), Diputado Electo a la Asamblea General Constituyente (1952), secretario Particular del Gobernador del estado Mérida (1960-1963), Senador por el estado Mérida (1964-1969). También desempeñó el cargo de Director de Relaciones Públicas de la Universidad de Los Andes. Desempeñó una breve labor periodística, colaborando en el Papel Literario de El Nacional, el semanario Triángulo (Boconó), La Opinión (Mérida). Obtuvo el Premio Municipal de Literatura (1983), otorgado por el Concejo Municipal del Distrito Libertador (Estado Mérida).
En cuanto a su actividad literaria escribió los siguientes libros: Una noche en la tierra, Gritos incontenibles, biografía del olvido, Esto dijo el caminante, La soledad del hombre, Los trigales difuntos, Quiso Dios que así fuera, El diario de un parameño, Del Génesis, Rutas estivales, Poema a Mérida y Silva al Páramo.  
El escritor Lubio Cardozo describe la evolución de la poesía de Ernesto: al respecto nos dice que el primer ciclo de su meditación poética quedó registrado fundamentalmente en tres libros, Grito Incontenible (1954), La Soledad del hombre (1956) y Los Trigales difuntos (1960), opúsculos signados por una poesía del dolor del hombre avasallado por la injusticia y la miseria de la condición humana en esos años difíciles de la dictadura, sobre todo para las personas de condición humilde pero con sentido de la libertad y de la dignidad de ciudadanos.

Dios te salve en tu choza; en la vereda
altanera y sin nombre que has construido
con la dulce constancia de tu brazo;
en el vuelo sonámbulo del águila
que tiñe de alas los peñascos
y de signos rebeldes tus miradas;
en la savia perenne que destilas
y demacra tu rostro hasta borrarlo;
en la calle sombría donde te encuentro
exacto y libre siempre; en el olvido
de todos los ultrajes, que han llenado
de infinito perdón tu alma sencilla;
en el cuarto caliente de la fábrica
donde dejas tu vida; en el hambre
tuya, de tus hermanos, de tus hijos
y de todos aquellos que conoces;
en el agrio silencio de la cárcel,
y en la “viva” que asumen sus paredes;
en la frase inmoral que no pronuncias
para hacerla más amplia en tu silencio
contigo estaré siempre, mutilado
la muerte que te acosa, con mi lámpara
en perenne vigilia, acompañándote
hasta el día que tú quieras, sin cansarme” (Del Poemario Grito Incontenible. Fragmento del poema Promesa en piedra eterna)
En los años sesenta, en el poeta se da un retorno existencial profundo a su geografía nativa, y es ésta, con su paisaje, sus hombres, sus problemas, la saga familiar, la conformante del segundo gran ciclo de su pensamiento lírico. Dos libros importantes en este periodo son Del génesis (1962). Luego en su otro opúsculo, Del diario de un parameño (1964), se desarrolla la saga del poeta, inmersa en ese continente de montaña, nieblas, frío, frailejones, y la historia de estos hombres del páramo.

“Es hora de esquilar
una a una las ovejas que pueblan nuestros páramos,
el trigo ya está libre de malezas
y la hoz
tiene significado de abundancia,
la era, quiere sentir el peso de la espiga,
hay viento y sol para empezar la parva,
el granero palpita,
el agua es abundante,
la piedra del molino está dispuesta
para que de su amor salgan el pan
y la hostia,
el alba quiere oírse en los manojos,
la lluvia concluyó su manuscrito
en el cual hay un río que se ha estancado
y represa sus aguas en un valle
donde pastan retama los corderos,
perdiéndose el quicuyo en mis labranzas”.(Poemario: Del diario de un parameño. Poema: Plenitud).
El poeta Ernesto fue miembro, desde 1957, de la Asociación de Escritores de Venezuela. Miembro fundador del Ateneo de Valera, estado Trujillo, miembro del Ateneo de Valencia, estado Carabobo e Individuo de Número del Centro de Historia del estado Mérida.
En el campo laboral se desempeñó como jefe de la Región Los Andes y de la Región Zuliana de CADAFE y durante muchos años se dedicó a las actividades agropecuarias en su finca Guzmán en Pueblo Llano y en El Valle, municipio Libertador del estado Mérida, actividades en las cuales, según lo manifestaba frecuentemente, se sentía a plenitud.
Ernesto Jerez Valero murió en la ciudad de Mérida el 9 de julio del 2006. 


Ernesto Jerez Valero


Elio Jerez Valero. Cinco años menor que su hermano Ernesto, también nació en Las Piedras, el 6 de abril de 1928.
Sus primeros años en el hogar paterno, su niñez y juventud la va describiendo magistralmente en sus poemas. La mayor parte de su vida transcurrió en la ciudad de San Cristóbal, estado Táchira. Se desempeñó como Productor de Seguros, actividad que lo llevó a recorrer casi todo el país.
En el campo literario dio a la luz los siguientes libros: De niebla a nube, A sangre y fuego, Piedra sobre piedra, Elegía a mí mismo, Tiempo de elegía, Sonetos cristianos, Aries, De sol a sol, Elegía en llanto, Soñares, Perfiles en el tiempo, Íngrima soledad y Plegaria para redimir la oscuridad, que luego fueron recogidos en Hasta el sol de hoy, que viene a ser como sus obras completas.
Sobre su poesía opina el crítico Córdova Iturburo de Argentina “Elio Jerez Valero le ha dado a la décima el brillo de sus mejores tiempos de la historia de la literatura. Y la ha dotado, además, de un acento actual de nuestros días. La ha hecho instrumento, asimismo, de un espíritu en el que vibran los sentimientos fundamentales que enajenan al hombre ante los misterios de la vida, del amor y la muerte”.
Por su parte Marco Ramírez Murzi apuntaba en la Revista Equinoccio, editada en Caracas: “Entrañado en la tierra, desolado, redimido en el amor, místico y turbulento, luctuoso y profundo, albacea de la tristeza de América Hispana, Elio Jerez Valero debería estar al lado de Miguel Hernández, e Porfirio Barba Jacob y e César Vallejo”.
En el poemario Piedra sobre piedra hace alusión a su niñez y al lugar donde nació en el poema La Quinta:
“…La casa silabeando mis primeros palotes de tristeza
en la caliza de sus paredes neblinosas.

Los tres sauces
santiguando con sus huesudas ramas mi niñez
y el páramo a lo alto
con su enorme paragua de luceros.

La llamaban La Quinta
Era una casa humilde.
En sus umbrales anda, como pez herido,
mi Melancolía.
Aún.
En el poemario Íngrima soledad recuerda en dos poemas a su maestro y a su pueblo natal, Las Piedras.

Don Pablo Moreno

Recuerdo a mi Maestro en la ternura
de las cumbres remotas de la infancia:
Patriarcal y severa su presencia,
erguida como un sauce su figura.

El don de su expresión frente a la albura
de la silvestre flor de mi ignorancia
lo evoco ante el candil de la distancia
como ejemplo que en símbolo perdura.

Su sombra iluminaba al pueblo entonces,
el cual, con el repique de altos bronces,
echaba a andar el júbilo del día.

Mientras bajo el fervor de su silueta
mis primeros palotes de poeta
en las tapias del páramo escribía

Las Piedras

Lumbre del corazón: Cirio encendido
en el altar ferviente de la infancia.
Belén en el paisaje y la distancia
y en la memoria: huerto bien florido.

El Pan de Azúcar a sus pies erguido
lo custodia con celo y fiel constancia
bajo cuya amorosa vigilancia
vive sobreviviendo del olvido.

A su paso bucólico errante
el viento, impenitente caminante,
las fábulas del páramo le entrega.

Las Piedras, añorado pueblo mío
en tu terruño de apacible frío
desanda a tientas mi niñez labriega.

            Elio Jerez Valero murió el 24 de noviembre de 1999, en San Cristóbal, Estado Táchira, ciudad donde desarrolló la mayor parte de su actividad creadora.

Elio Jerez Valero


Rafael Ramón Santiago
Cronista Oficial del Municipio Pueblo Llano