miércoles, 19 de abril de 2023

PERSONAJES DE PUEBLO LLANO


95 AÑOS DE DON MARIO DE JESUS SANTIAGO VALERO.

 

            Don Mario de Jesús Santiago Valero nació en el caserío Chinó del municipio Pueblo Llano, estado Mérida, el 19 de abril de 1928, era hijo del señor José Manuel Santiago Santiago (que ya había enviudado en dos oportunidades) y su tercera esposa doña Esther Valero Valero, natural de la parroquia Las Piedras, municipio Cardenal Quintero, de una localidad denominada la Piedra Lipe. Fue el tercer hijo de los cuatro que nacieron en este último matrimonio y el octavo del total de nueve que hubo por parte de su padre en los tres enlaces señalados.

            De manos de su madre aprendió las primeras letras y luego, a la edad de ocho años, ingresó al plantel oficial del pueblo donde estudió durante tres años. Sus primeros maestros fueron los señores Ramón Espinoza, Misael Rivas y Ramón Gilberto Quintero.

             Contaba con once años cuando ingresó al Seminario Arquidiocesano de Mérida a estudiar cuarto grado, el primero de octubre de 1939. 

            Terminada la educación primaria se trasladó a Bogotá a continuar sus estudios en el Instituto de Estudios Eclesiásticos de Ciencias Superiores, denominado Valmaría, dirigido por los padres Eudistas. Allí culmina su bachillerato e inicia los estudios de Teología y Filosofía.

            En 1950 muere su padre y decide regresar a Venezuela para estar más cerca de su familia y culminar sus estudios sacerdotales en el Seminario Interdiocesano o Seminario Mayor de Caracas. Allí estuvo durante tres años. Ya graduado se dirigió a Mérida donde es ordenado sacerdote el 23 de julio de 1953 por el excelentísimo señor arzobispo Acacio Chacón. En agosto del mismo año cantó su primera misa en Pueblo Llano, para el regocijo de todos sus familiares y paisanos, pues ha sido el primer y único sacerdote nacido hasta ahora en nuestro municipio.

            En septiembre de 1953 fue designado profesor de Castellano y Literatura en el Colegio Padre Arias de Tovar.

            Tuvo algunas desavenencias a nivel nacional con los supervisores educativos y fue señalado y suspendido de su cargo como docente por la dictadura que imperaba en el país.  

             En vista de tal contratiempo, y de acuerdo con el señor arzobispo de Mérida, decidió trasladarse a España, para continuar su formación.

 Llegó a Sevilla y allí se inscribió en la Real Universidad de Sevilla como alumno en la Facultad de Derecho, recibía clases los lunes y los martes, aprovechó el resto de la semana para anotarse en Málaga como estudiante en estudios superiores de Ciencias Bíblicas en la Escuela Superior Verbum Dei donde enseñaban, además, oratoria sagrada, redacción y metodología.

            Luego, decidió viajar a Inglaterra para estudiar el inglés en el Colegio Católico de Londres con el objeto de perfeccionar sus conocimientos del idioma. Más tarde se traslada a Francia en busca de iguales recursos lingüísticos, ahora con el francés. Allí permaneció durante un año, pasando posteriormente a Italia decidido estudiar Derecho Romano y Canónico

            Dos meses tenía de estar estudiando en Roma cuando recibió una llamada de parte del señor arzobispo de Mérida donde le manifestaba que necesitaba sus servicios como párroco en su arquidiócesis.  

            A su llegada a Mérida, fue designado, para cubrir como encargado, por un mes, las vacaciones del párroco de Milla en la ciudad de Mérida.

             El primero de septiembre de 1956 fue nombrado párroco de Mucuchíes y San Rafael. Además de las actividades como Pastor de la Iglesia local gestionó la creación de un colegio parroquial que ya estaba proyectado, el techo de la iglesia de San Rafael, el arreglo de varios caminos vecinales y el alumbrado eléctrico, tanto para el templo como para la casa parroquial.

            El 25 de marzo de 1959 fue trasladado a El Vigía. Iba a sustituir como párroco al Pbro. José Ignacio Olivares, un gran luchador por la causa de la Iglesia Católica. Su jurisdicción comprendía los territorios de Mesa Bolívar, La Palmita y El Vigía, pero que, por decisión del arzobispado de Mérida, acababa de ser dividida en dos Parroquias: Mesa Bolívar- La Palmita y El Vigía.

            Le correspondió regentar una parroquia en un momento histórico local sumamente difícil, pues las personas llegaban a aquel lugar de todas partes, como un aluvión, y los pocos servicios con que se contaba colapsaban de inmediato.

Mucha gente sin vivienda invadió varios terrenos baldíos y construyó allí sus casas, el sacerdote colaboró en la planificación y organización de las viviendas y calles, y en la consecución de los servicios de agua, cloacas y alumbrado. Así surgieron los barrios San isidro y La Inmaculada.

            Entre sus desvelos estuvo el de fundar un liceo, como en efecto se logró, siendo el Pbro. Santiago Valero su primer director, denominado Liceo Alberto Adriani, el cual inició las clases el primero de octubre de 1959.

            Por otro lado, se encargó de la culminación de la Iglesia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro y construyó la casa cural. También se esmeró en la culminación y realce del Colegio Parroquial Santa Teresita dirigido por religiosas Dominicas de Mérida, para el cual consiguió un amplio espacio escolar, cuando trasladaron el grupo Mauricio Encinosa para su nuevo local.

            Otra obra que hay que reconocerle es la donación de los terrenos y la construcción de la iglesia de San Isidro Labrador de la población de Mucujepe, hoy parroquia eclesiástica Nuestra Señora del Rosario, con la activa participación de sus parroquianos. Quedó en proyecto la construcción de una Escuela Técnica en ese mismo lugar.

             El presbítero Mario de Jesús Santiago Valero, permaneció en El Vigía por casi seis años en su función sacerdotal, culminada el 31 de enero de 1965.

            A raíz de la convocatoria del Papa Juan XXIII para la celebración del Concilio Vaticano II, fue enviada una comunicación a los sacerdotes de la Iglesia católica en todo el mundo invitándolos a presentar sugerencias relativas a los asuntos que consideraran de oportuna revisión, modificación o eliminación en el referido Concilio. Para tal efecto se reunieron en El Vigía el 1º de octubre de 1964 treinta y dos sacerdotes merideños para reflexionar sobre las preguntas sugeridas y emitir un documento consensuado, como en efecto se hizo. Pero, las respuestas de los asistentes no corrieron con el agrado de la jerarquía católica local y fueron objeto de una gran reprimenda.

            A raíz de tales sucesos el Pbro. Santiago Valero decidió tomar una decisión personal y trascendental, dejar los hábitos y asumir un nuevo camino en su vida.

            Ya como laico, decide ir en busca de nuevos rumbos en la ciudad de Caracas, donde, mediante concurso, es designado como Administración de Hacienda en San Felipe, estado Yaracuy.

El 22 de noviembre de 1964 contrajo nupcias con la señorita Ana Rosa Dugarte Gómez, natural de Mérida, de cuyo enlace procrearon tres hijos Mario, Rosa Esther y Pedro Manuel Santiago Dugarte.

Además del estado Yaracuy, en su cargo como Administrador de Rentas de Licores estuvo asignado en varias ciudades, entre ellas, Carúpano y Güiria en 1966; Maracay en 1968 y Barcelona, 1971.

En 1973 fue nombrado director de la Administración de Hacienda de los estados Anzoátegui, Monagas, Sucre y Nueva Esparta, con sede en Barcelona. Luego, en 1974, fue nombrado jefe del Departamento de Tramitaciones Especiales de la Dirección de Renta Interna.

En 1976 integró la Comisión para elaborar el Reglamento de la Ley de Especies Alcohólicas.

En agosto de 1982 presentó la renuncia al cargo, acogiéndose a una oferta de jubilación para estar más cerca y dedicarse de lleno a la educación de sus hijos.

Dios está bendiciendo al Pbro. Mario de Jesús Santiago Valero con una larga vida, llena de una lucidez y memoria extraordinarias, es por ello que hoy 19 de abril de 2023, familiares y amigos nos unimos al júbilo por el arribo a sus 95 años de edad.

Por nuestra parte, considero que he sido uno de los grandes favorecidos con su amistad y aprecio a través de una amena, cariñosa y fluida comunicación por WhatsApp, donde me ha transcrito gran parte de sus memorias, a solicitud nuestra, con el objeto de ser publicadas en su momento.

Sirvan estas líneas para enviar a nuestro primo, paisano y amigo un fuerte abrazo de cumpleaños y desearle, a la vez, que Dios le siga bendiciendo y regalando salud, felicidad y muchos años más de vida.

 

Rafael Ramón Santiago

Cronista Oficial del municipio Pueblo Llano.