95 AÑOS DE DON MARIO DE JESUS SANTIAGO VALERO.
Don
Mario de Jesús Santiago Valero nació en el caserío Chinó del municipio Pueblo
Llano, estado Mérida, el 19 de abril de 1928, era hijo del señor José Manuel
Santiago Santiago (que ya había enviudado en dos oportunidades) y su tercera
esposa doña Esther Valero Valero, natural de la parroquia Las Piedras,
municipio Cardenal Quintero, de una localidad denominada la Piedra Lipe. Fue el
tercer hijo de los cuatro que nacieron en este último matrimonio y el octavo
del total de nueve que hubo por parte de su padre en los tres enlaces
señalados.
De manos de su madre aprendió las
primeras letras y luego, a la edad de ocho años, ingresó al plantel oficial del
pueblo donde estudió durante tres años. Sus primeros maestros fueron los
señores Ramón Espinoza, Misael Rivas y Ramón Gilberto Quintero.
Contaba con once años cuando ingresó al
Seminario Arquidiocesano de Mérida a estudiar cuarto grado, el primero de
octubre de 1939.
Terminada la educación primaria se
trasladó a Bogotá a continuar sus estudios en el Instituto de Estudios
Eclesiásticos de Ciencias Superiores, denominado Valmaría, dirigido por los
padres Eudistas. Allí culmina su bachillerato e inicia los estudios de Teología
y Filosofía.
En 1950 muere su padre y decide
regresar a Venezuela para estar más cerca de su familia y culminar sus estudios sacerdotales en el
Seminario Interdiocesano o Seminario Mayor de Caracas. Allí estuvo durante tres
años. Ya graduado se dirigió a Mérida donde es ordenado sacerdote el 23 de
julio de 1953 por el excelentísimo señor arzobispo Acacio Chacón. En agosto del mismo año cantó su
primera misa en Pueblo Llano, para el regocijo de todos sus familiares y
paisanos, pues ha sido el primer y único sacerdote nacido hasta ahora en
nuestro municipio.
En septiembre de 1953 fue designado
profesor de Castellano y Literatura en el Colegio Padre Arias de Tovar.
Tuvo algunas desavenencias a nivel
nacional con los supervisores educativos y fue señalado y suspendido de su
cargo como docente por la dictadura que imperaba en el país.
En vista de tal contratiempo, y de acuerdo con
el señor arzobispo de Mérida, decidió trasladarse a España, para continuar su
formación.
Llegó
a Sevilla y allí se inscribió en la Real Universidad de Sevilla como alumno en
la Facultad de Derecho, recibía clases los lunes y los martes, aprovechó el
resto de la semana para anotarse en Málaga como estudiante en estudios
superiores de Ciencias Bíblicas en la Escuela Superior Verbum Dei donde
enseñaban, además, oratoria sagrada, redacción y metodología.
Luego, decidió viajar a Inglaterra
para estudiar el inglés en el Colegio Católico de Londres con el objeto de perfeccionar
sus conocimientos del idioma. Más tarde se traslada a Francia en busca de
iguales recursos lingüísticos, ahora con el francés. Allí permaneció durante un
año, pasando posteriormente a Italia decidido estudiar Derecho Romano y
Canónico
Dos meses tenía de estar estudiando
en Roma cuando recibió una llamada de parte del señor arzobispo de Mérida donde
le manifestaba que necesitaba sus servicios como párroco en su
arquidiócesis.
A su llegada a Mérida, fue
designado, para cubrir como encargado, por un mes, las vacaciones del párroco
de Milla en la ciudad de Mérida.
El primero de septiembre de 1956 fue nombrado
párroco de Mucuchíes y San Rafael. Además de las actividades como Pastor de la
Iglesia local gestionó la creación de un colegio parroquial que ya estaba
proyectado, el techo de la iglesia de San Rafael, el arreglo de varios caminos
vecinales y el alumbrado eléctrico, tanto para el templo como para la casa
parroquial.
El 25 de marzo de 1959 fue
trasladado a El Vigía. Iba a sustituir como párroco al Pbro. José Ignacio
Olivares, un gran luchador por la causa de la Iglesia Católica. Su jurisdicción
comprendía los territorios de Mesa Bolívar, La Palmita y El Vigía, pero que,
por decisión del arzobispado de Mérida, acababa de ser dividida en dos
Parroquias: Mesa Bolívar- La Palmita y El Vigía.
Le correspondió regentar una
parroquia en un momento histórico local sumamente difícil, pues las personas
llegaban a aquel lugar de todas partes, como un aluvión, y los pocos servicios
con que se contaba colapsaban de inmediato.
Mucha
gente sin vivienda invadió varios terrenos baldíos y construyó allí sus casas,
el sacerdote colaboró en la planificación y organización de las viviendas y
calles, y en la consecución de los servicios de agua, cloacas y alumbrado. Así surgieron los barrios San isidro y La
Inmaculada.
Entre
sus desvelos estuvo el de fundar un liceo, como en efecto se logró, siendo el
Pbro. Santiago Valero su primer director, denominado Liceo Alberto Adriani, el
cual inició las clases el primero de octubre de 1959.
Por otro lado, se encargó de la
culminación de la Iglesia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro y construyó la
casa cural. También se esmeró en la culminación y realce del Colegio Parroquial
Santa Teresita dirigido por religiosas Dominicas de Mérida, para el cual
consiguió un amplio espacio escolar, cuando trasladaron el grupo Mauricio
Encinosa para su nuevo local.
Otra obra que hay que reconocerle es la donación de
los terrenos y la construcción de la iglesia de San Isidro Labrador de la
población de Mucujepe, hoy parroquia eclesiástica Nuestra Señora del Rosario,
con la activa participación de sus parroquianos. Quedó en proyecto la
construcción de una Escuela Técnica en ese mismo lugar.
El presbítero Mario de Jesús Santiago Valero,
permaneció en El Vigía por casi seis años en su función sacerdotal, culminada
el 31 de enero de 1965.
A raíz de la convocatoria del Papa
Juan XXIII para la celebración del Concilio Vaticano II, fue enviada una
comunicación a los sacerdotes de la Iglesia católica en todo el mundo
invitándolos a presentar sugerencias relativas a los asuntos que consideraran
de oportuna revisión, modificación o eliminación en el referido Concilio. Para
tal efecto se reunieron en El Vigía el 1º de octubre de 1964 treinta y dos
sacerdotes merideños para reflexionar sobre las preguntas sugeridas y emitir un
documento consensuado, como en efecto se hizo. Pero, las respuestas de los
asistentes no corrieron con el agrado de la jerarquía católica local y fueron
objeto de una gran reprimenda.
A raíz de tales sucesos el Pbro.
Santiago Valero decidió tomar una decisión personal y trascendental, dejar los
hábitos y asumir un nuevo camino en su vida.
Ya como laico, decide ir en busca de
nuevos rumbos en la ciudad de Caracas, donde, mediante concurso, es designado
como Administración de Hacienda en San Felipe, estado Yaracuy.
El
22 de noviembre de 1964 contrajo nupcias con la señorita Ana Rosa Dugarte
Gómez, natural de Mérida, de cuyo enlace procrearon tres hijos Mario, Rosa
Esther y Pedro Manuel Santiago Dugarte.
Además
del estado Yaracuy, en su cargo como Administrador de Rentas de Licores estuvo
asignado en varias ciudades, entre ellas, Carúpano y Güiria en 1966; Maracay en
1968 y Barcelona, 1971.
En
1973 fue nombrado director de la Administración de Hacienda de los estados
Anzoátegui, Monagas, Sucre y Nueva Esparta, con sede en Barcelona. Luego, en
1974, fue nombrado jefe del Departamento de Tramitaciones Especiales de la
Dirección de Renta Interna.
En
1976 integró la Comisión para elaborar el Reglamento de la Ley de Especies
Alcohólicas.
En
agosto de 1982 presentó la renuncia al cargo, acogiéndose a una oferta de jubilación
para estar más cerca y dedicarse de lleno a la educación de sus hijos.
Dios
está bendiciendo al Pbro. Mario de Jesús Santiago Valero con una larga vida,
llena de una lucidez y memoria extraordinarias, es por ello que hoy 19 de abril
de 2023, familiares y amigos nos unimos al júbilo por el arribo a sus 95 años
de edad.
Por
nuestra parte, considero que he sido uno de los grandes favorecidos con su
amistad y aprecio a través de una amena, cariñosa y fluida comunicación por WhatsApp,
donde me ha transcrito gran parte de sus memorias, a solicitud nuestra, con el
objeto de ser publicadas en su momento.
Sirvan
estas líneas para enviar a nuestro primo, paisano y amigo un fuerte abrazo de
cumpleaños y desearle, a la vez, que Dios le siga bendiciendo y regalando
salud, felicidad y muchos años más de vida.
Rafael
Ramón Santiago
Cronista
Oficial del municipio Pueblo Llano.
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