Agricultura y gastronomía prehispánica local
LA JIQUIMA
La Jíquima es un vegetal,
pariente de la papa, de origen amazónico, domesticado desde épocas
precolombinas, que como veremos
luego, ha logrado permanecer entre nosotros a pesar de estar a punto de
extinción. Se trata de una “planta anual trepadora, enredadera con tallo
envolvente, herbáceo, que alcanza hasta seis metros de longitud, con base
leñosa. Hojas abundantes, trifoliadas, de color verde oscuro”1.
Don Lisandro Alvarado apuntaba que
la “JIQUIMA. Polymnia edulis, es una “planta de raíz comestible cultivada en
la Cordillera. ‘Llaman los españoles a esta raíz Xiquima en el Perú, y en la
Nueva España Xicama, el cual nombre es tomado de la lengua de la Isla Española;
que en las lenguas generales del Perú se dice Asipa, en la quichua, y Villu en
la aimara’. (Cobo, I, 366). Del azt. Xicamatl; pero la xicama de México es el
Dolichos tuberosus, y el jicamo de Puerto Rico, el Pachyrhizus angulatus”2.
Las flores de esta planta son de
color blanco, azulado o lila de 17 a 28 mm y peciolos de 1 a 2 dm de largo,
dependiendo de la variedad. Las inflorescencias se presentan en racimos
compuestos3.
La variedad que encontramos en
Pueblo Llano es de hojas verdes, dulce al paladar y se puede consumir cruda o
sirve de ingrediente para preparar diversos platos como tortas, quesillos, pero
todavía con poca utilización entre los paisanos. Cada mata produce varios tubérculos,
parecidos a la remolacha.
Mata de jíquima cultivada por el señor Hermes Paredes en la capital del municipio.
Además de ser un bulbo delicioso y
alimenticio, en otros lugares tiene múltiples usos, por ejemplo, en la medicina
tradicional, donde la decocción del tubérculo se utiliza como diurético; de
igual manera, la pasta de la pulpa fresca molida y calentada en aceite de
almendras sirve para aliviar afecciones de la piel; y la cáscara del tubérculo,
seca, pulverizada y aspirada, es buena contra la rinitis y el dolor de cabeza.
Por su parte, la tribu amazónica Aguaruna utilizaba sus semillas como
anticonceptivo. Aquí en Venezuela, el botánico de origen alemán, Adolfo Ernst,
acotaba en el siglo XIX que éstas eran utilizadas en Mérida por los indígenas
para preparar ciertos insecticidas4. Ahora se ha comprobado
científicamente que, en efecto, en la semilla cruda hay presencia de rotenona,
sustancia insecticida natural que la protege y que puede usarse en el manejo
integrado de plagas, habiéndose demostrado la efectividad de la semilla molida
en el control de pulgones y otros áfidos y larvas de la mosca blanca. Por otro
lado, al removerse los rotenoides y saponinas de ésta es posible obtener
un aceite, comparable al maní o algodón, que puede utilizarse en la industria
de alimentos5.
El
investigador Eugenio Yacovleff
pudo identificar raíces de jíquima en los fardos funerarios de Paracas, actual
Perú, de igual manera describe raíces de esta planta en las telas de una momia,
y pintadas en objetos cerámicos de Nazca, en el mismo país.
El primero que descubrió estas figuras nazcas fue el
arqueólogo alemán Dr. Eduard Seler (1848 -1921), quien afirmó que la jíquima: “es
un tubérculo-raíz comestible. Lo que para mí resulta incomprensible —dice el
alemán— es cómo en una planta que reproduce tubérculos ovoides…pueden
desarrollarse ramas con vainas propias de las leguminosas…”6.
Por su parte, Yacovleff afirma que la identificación botánica del tubérculo es Pachirhizus
tuberosus (Lam) Speng, la única de las leguminosas que se cultivan con su
raíz comestible.
Señor Antonio “Toño” Paredes muestra, junto a su esposa, parte de su cosecha de jíquimas en el sector El Fraile de Pueblo Llano.
El cultivo y consumo de la jíquima, según las figuras
encontradas, eran comunes en los valles de la costa sur del Perú en las épocas
de florecimiento de aquellas culturas, pero no hay evidencias para otras
regiones como la costa norte. Los cronistas españoles del siglo XVI escriben
sobre la planta como un vegetal corriente, muy consumido, afirman que los
indígenas llevaban sus variedades a vender en los diferentes mercados de los
pueblos de la cordillera, sin embargo, para el siglo XX la jíquima era casi
desconocida en Perú. De igual manera, en los Andes venezolanos, observamos que,
aparte de Adolfo Ernst, estudiosos como Julio César Salas, Tulio Febres
Cordero, José Ignacio Lares, entre otros, no hacen referencia de ella en la dieta
de los indígenas locales.
Yacovleff, no obstante, apunta en su
trabajo sobre el alto consumo que tenía el tubérculo en Cuba en el siglo XIX y
comienzos del XX; por su parte, en México, que recibe el nombre de jícama, ha
sido incorporada con mucho éxito en el realce de la cocina tradicional.
Señores Hermes Paredes y Alberto Buitrago, nuevos cultivadores de jíquimas en Pueblo Llano.
En cuanto a nuestra experiencia personal, siendo niño, observaba que el “mocho” Silvio, solía llevar, de vez en cuando, algunos ejemplares para mi casa cosechadas en una vega cercana. En los últimos tiempos nos hemos encontrado con varias personas que se han motivado para seguir cultivando jíquimas, buscando que este rubro no se pierda para siempre en el municipio, entre ellos el señor Antonio “Toño” Paredes y su familia en El Fraile, Cornelio Padilla y sus hijos en Miyoy, Lorenzo Vergara en El Arbolito, Hermes Paredes en el pueblo, entre otros. Su cultivo, obviamente, siempre ha sido menos rentable que el de la papa y de allí su poco interés para sembrarlas. Ahora bien, sería interesante que entes oficiales locales apoyaran a los productores que se esmeran para que esta variedad prehispánica no desaparezca definitivamente de la región.
Rafael Ramón Santiago
Cronista Oficial del municipio Pueblo Llano.
(30/08/25.
Notas:
(1) https://animalesyplantasdeperu.blogspot.com › 2009/08.
(2) Lisandro Alvarado. Obras Completas. Tomo I. Fundación La Casa de Bello, Caracas, Venezuela, 1984.(3) https://animalesyplantasdeperu.blogspot.com › 2009/08.
(4) Eugenio YACOVLEFF. La jíquima, raíz comestible extinguida en el Perú. Un testimonio de la alfarería nazca. En: Revista del Museo Nacional, Lima Perú. Tomo II. Nº 1. Año 1933. 3.-Arte Antiguo peruano. p. 59.(5) https://animalesyplantasdeperu.blogspot.com › 2009/08.
(6) Eugenio YACOVLEFF. La jíquima, raíz comestible
extinguida en el Perú. Un testimonio de la alfarería nazca. Op. Cit. p. 53.
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