martes, 4 de noviembre de 2025

EL CHURI


Agricultura y gastronomía prehispánica local 

EL CHURÍ

            Uno de los frutos que siempre nos impresionaron desde niños fue el churí, de la familia de las auyamas, debido a su gran tamaño si lo comparamos, por ejemplo, con otras calabazas o con los zapallos; algunos ejemplares han llegado a pesar hasta 50 kilogramos. Don Lisandro Alvarado lo registra en su diccionario de la siguiente manera: “CHURÍ. Cucurbita sp. Nombran así en Trujillo y Mérida una variedad de la AUYAMA. “Fruto de la familia de las cucurbitáceas, mayor que la auyama”. (Febres C., 132)1.

            El churí es de origen prehispánico y sobre su consumo apunta el etnólogo merideño Julio César Salas “…Como agricultores, muy pocas naciones podrían aventajar en la América precolombina a los Mucuñoques, quienes sin más instrumentos que sus machetones, palas, coas de madera y hachas de sílice, labraban grandes extensiones de tierra, donde sembraban diversos frutos: maíz, frijoles, arracachas, papas, batatas, churíes, aullamas, ajíes, etc.”2. Más adelante apunta, “La planta denominada churí por los campesinos de Mérida, puede considerarse como netamente regional…”3.

            Sobre la agricultura en Pueblo Llano, para finales del siglo XIX, monseñor Jáuregui Moreno escribía: “…se produce trigo, papas, maíz, arvejas, frijoles de toda especie, habas, apios, juquianes, sapayos, churíes, lechuga, col, cebollas, ajos, culantro, patatas, uvas, cebada, todo en poca cantidad y tanto que, de estas últimas plantas, solo hay para semilla…”4.

            El cultivo de churí en esta zona no se hacía ni se hace de una manera extensiva, si lo comparado con otras siembras como el maíz, las arvejas o las papas, consiste simplemente en lanzar algunas semillas en las orillas de los barbechos, de tal manera de que sus tallos no invadan los otros sembradíos. La única utilización culinaria que conocimos de este fruto fue la llamada mazamorra de churí5, que era de mejor gusto que la preparada con zapallo.

            Ahora bien, en torno al churí se ha generado una tradición que está muy ligada a las actividades lúdicas y religiosas que realiza la agrupación folklórica local Locaina del Niño Jesús6, al respecto, nos informaba la señora Saturnina Paredes de Molina7 que en su época había la costumbre de sembrar las semillas de churí el 19 de marzo, día de San José, y a medida que se iban tapando las semillas se pronunciaba la siguiente oración: “San José bendito, te pido que me nazca esta mata de churí muy bonita y de producir varios frutos me comprometo a donar el de mayor tamaño a la Locaina”. En efecto, durante la denominada “semana de locos”, que va desde el 25 hasta el 31 de diciembre, los integrantes de la agrupación son obsequiados por los vecinos con varios de estos ejemplares.

            El día tres de enero, celebran una particular ceremonia  denominada “muerte del novillo” donde, frente a la iglesia y al lado de un cepo, al que denominan  Mapolión Linares, simulan el degüello de un novillo utilizando para ello los churíes obsequiados, allí simulan torear, herrar y otras suertes con el “novillo”, hasta que finalmente lo abren y reparten los trozos entre los presentes; también los invitan a “beber la sangre del novillo”, que  se trata de la mazamorra a la que ya hemos hecho referencia, en el sitio denominado El Cedro de Mutús, donde vive el mayordomo de la agrupación. Esta ceremonia es muy parecida a la que se hace en el pueblo de La Parroquia de Mérida el 02 de febrero de cada año, similar, a su vez, al denominado “correr gallos” en España8.

            Aunque todavía el churí se cultiva de una manera no extensiva, varias personas lo siguen sembrando y además de la mazamorra le han ido dando otros usos como la elaboración de tortas, quesillos y jugos, por lo tanto, es muy halagador que este cultivo prehispánico no desaparezca de la dieta de nuestra gente.

Rafael Ramón Santiago

Cronista Oficial del municipio Pueblo Llano.

(04/11/25).

Agradezco a Vicente Paredes y Jorge Luis Paredes Arias por las imágenes suministradas para ilustrar el presente artículo.

Notas:

(1)  Lisandro ALVARADO. Obras Completas. Tomo I. La Casa de Bello. Caracas, Venezuela, 1984.

(2)  Julio César SALAS. Tierra-Firme (Venezuela y Colombia). Estudios sobre Etnología e Historia. Universidad de Los Andes, Facultad de Humanidades y Educación, Mérida, Venezuela, 1971. p. 154.

(3)  Julio César Salas. Etnografía de Venezuela. Colección “Temas y Autores Merideños”, Academia de Mérida, Ediciones del Rectorado, Universidad de Los Andes, Mérida, Venezuela, 1997. p. 105.

(4)  Jesús Manuel JÁUREGUI MORENO. Obras Completas. Tomo I. Talleres de Editorial Futuro, San Cristóbal, estado Táchira, 1999. p. 240.

(5)  La mazamorra de churi es una bebida espesa y dulce de origen andino, típica de los estados Mérida y Trujillo en Venezuela, que se prepara con la pulpa de una calabaza gigante llamada "churi" (también conocida como auyama). Se cocina hasta que la calabaza esté muy suave, se le puede agregar leche, canela y papelón (panela) para endulzarla y aromatizarla, a veces se deja enfriar y se consume caliente en regiones frías. IA. 

(6)  Una información detallada sobre esta actividad la podrá encontrar en el libro de Rafael Ramón SANTIAGO: La Locaina y otras tradiciones de Pueblo Llano. Imprenta del estado Mérida, Venezuela. 1990.

(7)  Informante: señora Saturnina Paredes de Molina, 80 años, Mérida, 20 de mayo de 1975.

(8)  Ángel ROSENBLAT. La Educación en Venezuela. Monte Ávila Editores, Caracas, Venezuela, 1986. p. 155.





 

miércoles, 15 de octubre de 2025

DON JESUS MANUEL SANTIAGO , IN MEMORIAM


DON JESUS MANUEL SANTIAGO, IN MEMORIAM

 

El martes 14 de octubre de 2025 partió al encuentro del Padre Celestial el señor Jesús Manuel Santiago, conocido por todos sus paisanos y amigos como Chuy Manuel. Fue un pueblollanero a carta cabal que sembró durante su larga vida afabilidad, vocación de servicio, respeto, amor a la familia y dedicación al trabajo.

Nació en el sector Las Agujitas, del caserío Las Agujas, municipio Pueblo Llano del estado Mérida, el 21 de febrero de 1930, hijo de Clemencia Santiago y Rafael María Hernández. Su juventud la pasó en compañía de la familia de su padre que tenían viviendas en el sector Guzmán y en el pueblo, él era el encargado de llevar los productos del campo a la casa del pueblo, entre ellos quesos, leche, huevos, gallinas, etc.  

Ya adulto, se estableció en la avenida Bolívar de la capital del municipio, allí levantó su familia con el trabajo honrado al frente de su bodega, cultivos agrícolas, comercio de hortalizas y otras actividades que fue desarrollando siempre al lado de doña María Lourdes Matheus, con quien se había casado el 31 de mayo de 1953, procreando una hermosa familias: Alix Margarita, Edgar de Jesús, Luis Ramón,  Olga Lucía, Nancy Josefina, Jesús Manuel, Alirio Enrique y Gladys Santiago Matheus.

Desde nuestra infancia siempre asociamos su nombre con la bodega. Cuando necesitábamos comprar algún producto escuchábamos las frases: “donde Chuy Manuel lo venden” o “donde Chuy Manuel es más barato”. En efecto, allí se conseguía de todo y a más bajo precio, pero, sobre todo, recibíamos el trato afable y cariñoso del dueño del establecimiento, bodega que posteriormente supimos que se llamaba La Económica.

Otra faceta de nuestro apreciable amigo y paisano era su deseo de estar bien informado, en muchas oportunidades lo vimos con un diario en la mano, nos cuentan que también era aficionado a escuchar la radio y ver la televisión, razón por la cual, podía entablar con sus amigos una conversación, con argumentos, sobre aspectos diversos del acontecer nacional, en varias oportunidades presenciamos aquellos diálogos con su tío don Eladio Hernández Agostini.


El señor Jesús Manuel Santiago también ejerció el cargo de jefe Civil durante poco tiempo, además fue socio de la Cooperativa Agrícola la Trinidad y en calidad de tal cumplió con todos los preceptos que establece la organización, siempre daba ejemplo con su asistencia a las asambleas anuales, allí estuvo atento hasta el último momento, en el 2025, con noventa y cinco años, en una reunión que por la cantidad de puntos que se debaten se alarga sobremanera.   

Son muchas las facetas donde la figura de nuestro personaje sobresalió por sus valores humanos, pero la que más quedó grabada en nuestra retina fue el amor a su esposa y a su familia, asistimos a las bodas de oro y al homenaje que le hizo posteriormente el Concejo Municipal de Pueblo Llano a las parejas con más años de casados, en este último evento, don Jesús Manuel tomó el micrófono y con sabias palabras nos dio el secreto para ser felices, el amor y el respeto a todo momento.

Ahora, parte a la eternidad un gran pueblollanero, deja una familia maravillosa y un gran ejemplo de cómo debe ser un buen ciudadano. Que Dios en su misericordia infinita lo reciba en su seno y pase a gozar, al lado de su esposa, de las mieles de la gloria.

 

Rafael Ramón Santiago

Cronista oficial del municipio Pueblo Llano.

(14/10/25)

Agradezco las informaciones aportadas por el Ingeniero Rafael Hernández Rondón y el locutor Vicente Paredes para la realización del presente artículo.

  


 




 

martes, 30 de septiembre de 2025

EL JUQUIAN


Agricultura y gastronomía prehispánica local 

 EL JUQUIÁN

 

El Juquián es una planta de origen prehispánico, conocida por múltiples nombres, con infinidad de aplicaciones y utilidades, pero que, con el transcurrir de los años, se ha venido a menos y solo la podemos ver en algunos jardines exhibiendo sus bellas flores rojas, amarillas y de otros vivos colores. 

            Al Juquián, al igual que la papa, la cúrcuma y muchas otras raíces y plantas, los arqueólogos ubican sus orígenes en el actual Perú, pues se ha encontrado que, por ejemplo, en Caral, la primera civilización de América, fue utilizado desde hace 5.000 años como parte de su dieta, así como su uso medicinal por las capacidad diurética, antiséptica, analgésica y cicatrizante1. De igual manera los chibchas, en el actual territorio colombiano, también lo utilizaban para su alimentación.

            Debido a su condición favorable para crecer en diferentes lugares y pisos altitudinales que van desde el nivel del mar hasta los 2.700 msnm, el juquián ha recibido diferentes nombres, entre ellos caña del Perú, caña de las Indias, baranda de México, caña de Cuestas, flor del cangrejo, achira, platanito rojo, yerba del rosario y Canna indica que es su nombre científico. El botánico Carlos Linneo clasificó esta planta en 1753 de la siguiente manera: Reino: Plantae, División: Angiospermae, Clase: Liliopsida, Subclase: Zingiberidae, Orden: Zingiberales, Familia: Cannaceae, Género: Canna, Especie: C. indica.

En lugares relativamente cercanos a Pueblo Llano como el municipio Boconó, del estado Trujillo, también recibe el nombre de sigüire. Al respecto, la Licenciado Lourdes Dubuc de Isea, cronista del referido municipio, escribe: “Juquean. Planta de tubérculos comestibles, de sabor dulzón. Se le denomina más comúnmente sigüire2. En la ciudad de Mérida y otros lugares también se conoce como capacho.

            Por su parte, el Dr. Julio César Salas, refiriéndose al nombre de la misma planta, apunta: “Capacho. Canna edulis. Lairen en el Centro y Oriente de Venezuela, Liren en taino, capacho y juquián nombres indígenas dados a esta planta por los mucus y otras tribus de los Andes3. “…juquián de raíz rica en harina que crece silvestre en Mérida y cuyas duras semillas eran la sonaja de las maracas indígenas. El nombre juquián dado por los indios de la Cordillera a estas semillas y planta tiene estrecha relación con el de joriquián dado por los cumanagotos a su espíritu malo o demonio, que invocaban unos y otros aborígenes agitando las maracas, instrumento ritual en sus ceremonias religiosas, civiles y guerreras, de uso tan general en el Nuevo Mundo…”4.  

            El mismo Salas apunta que en la tribu de los Mucuñoques había un sitio que en nombre antiguo se denominaba Mucusuquián y en nombre moderno o actual, para la época de la investigación, recibía el nombre de Mujuquián5, lo que supone que era un lugar donde proliferaban las matas de juquián.

            En 1619, el escribano Rodrigo Zapata, por mandato del Visitador Alonso Vásquez de Cisneros, al hacer la descripción de El Esfafiche, sitio del actual municipio Cardenal Quintero del estado Mérida, donde se proponía fundar un pueblo con la agregación de varias encomiendas, escribía: “porque dicho valle es todo casi un temple, una jente y lengua todos presentes y que todos gozan de unos frutos… todo el año y es para ellos de mucha importancia porque es comida muy sustancial y la bebida ordinaria que todo el año beben y tienen otras rayses que llaman juquianes que gosan todo el año y tienen nabos de la tierra muchos frisoles con mucha abundancia…”6.

            En la segunda mitad del siglo XIX el presbítero Monseñor Jesús Manuel Jáuregui Moreno escribe que se producía en Pueblo Llano “trigo, papas, maíz, arvejas, frijoles de toda especie, habas, apios, juquianes, sapayos, churíes, lechuga, col, cebollas, ajos, culantro, patatas, uvas, cebada, todo en poca cantidad y tanto que des estas últimas plantas, solo hay para semillas7

El Juquián o el nombre que se la da en los diferentes lugares, es una planta herbácea perenne, de rizoma carnoso y ramificado de hasta 60 cm de largo que se dividen en segmentos bulbosos y cubiertos en dos filas por hojas. La superficie del rizoma está labrada por surcos transversales, que marcan la base de escamas que la cubren; de la parte inferior salen raicillas blancas y del ápice, donde hay numerosas yemas, brotan las hojas, el vástago floral y los tallos. Los tallos aéreos pueden alcanzar 1-3 m de altura y forman una macolla compacta, estando envueltos por las vainas de las hojas. Las hojas son anchas, de color verde o verde violáceo, con pecíolos cortos y láminas elípticas, que pueden medir de 30 a 60 cm de largo y 10 a 25 cm de ancho, con la base obtusa o estrechamente cuneada y el ápice es cortamente acuminado o agudo. La nervadura central es prominente y de ella se derivan las laterales. Inflorescencia en racimo terminal con 6-20 cincinos de 1-2 flores8.

Las semillas del Juquián, que son muy duras, como se acaba de indicar, generalmente han sido utilizadas para introducirlas en un vegetal denominado totumo con el que se suele construir las maracas, objetos musicales que emiten un sonido característico al agitarlas y forman parte de los instrumentos típicos de la música venezolana, de ahí que, en muchos lugares también se denominan a las maracas capachos, para hacer referencia al nombre de la mata que produce tales semillas. Por otro lado, en el estado Táchira hay dos pueblos que llevan los nombres de Capacho Viejo y Capacho Nuevo, nos atreveríamos a suponer que este apelativo se debió a la proliferación de esta planta en aquellos lugares.

            Ya se expuso al comienzo el uso alimenticio y medicinal que se le ha venido dando a la planta en referencia durante siglos, a continuación, vamos a hablar sobre otros usos particulares de la misma en las diferentes partes de los Andes merideños y particularmente en Pueblo Llano, Las Piedras y Santo Domingo. El principal de ellos era la utilización de la raicilla o tubérculo para preparar una bebida reconfortante y alimenticia denominada Sagú.

Don Mario de Jesús Santiago Valero, oriundo de Pueblo Llano, nos describe el procedimiento que se hacía para extraer la harina del Juquián en su hogar: “Para la década de los años treinta del siglo XX recuerdo que el Juquián era una planta que figuraba en casi la totalidad de los camellones y cultivos de mata de cocina de nuestros hogares. Es una planta de hojas grandes, usadas para envolver la mantequilla, y para muy pocos otros menesteres, de tallos blandos, con solo hojas por ramas y raíces en forma de tubérculos alargados, pero relativamente cortos y delgados, uno por cada tallo, se reproducían por si sola cada año y a medida que los tallos maduraban para secarse, se los arrancaban y se desprendía su raíz, se dejaba unos días al aire y luego se pelaba y se rallaba o se licuaba. Enseguida se exprimía hasta extraer todo el jugo. Se dejaba secar y luego se molía hasta convertir todo en polvo, su color era blanco. A la hora de hacer el atol mezclaban el polvo con leche, panela raspada y algo de agua. Se procuraba finalmente que le delicioso producto alcanzara para toda la familia. sin embargo, era un alimento que por naturaleza se consumía muy pocas veces al año. Tampoco era una planta que se cultivaba en todas partes, pero si era de los mejores, sino el mejor, potaje de aquellos tiempos9. El atol o sagú, como ya vimos, era una bebida muy apetecible por estas tierras, tal como lo expresa el entrevistado, favorita de niños y ancianos, preferiblemente en horas de la noche.

Referente al consumo de sagú en el vecino pueblo de Las Piedras, el escritor Pedro José Paredes escribía: “Hasta mediados del siglo XX todo se confabulaba en contra del piedreño miedoso, de esas personas que se asustan con la simple caída de una hoja en la oscuridad: la falta de la luz eléctrica en las horas más avanzadas de la noche, ya que solo la había desde la seis de la tarde hasta las diez de la noche, y la otra razón por la que el piedreño sentía miedo era el largo rosario de cuentos de espantos que en la noche afloraban para entretenerse un rato o subir la adrenalina del suspenso, mientras que el relata-cuentos y sus oyentes saboreaban un aromático cacao, un exquisito chimbamboy, un buen “rolo” o un rico sagú de juquián…”10

            Para los años en que los anteriores informantes nos relatan sus anécdotas ya el consumo de la harina que se obtenía de la raíz del Juquián había entrado en decadencia y se consideraba como de inferior calidad comparada con la harina de trigo. Un rapsoda anónimo, que al parecer comparaba la prosperidad de las poblaciones locales por el pan que allí se hacía y consumía, dejó un verso para la posteridad, repetido a través de generaciones, donde los pobladores del vecino pueblo de Santo Domingo quedaba muy mal parado, como observamos a continuación:

“En Timotes buena harina

En Pueblo Llano buen pan

En Las Piedras acemita

Y en Santo Domingo Juquián”11.

            No podemos dejar de escribir nuestra experiencia personal con respecto a la ninguneada planta, aparte del prodigio de sus raíces se tomaban las hojas para envolver productos caseros derivados de la leche como mantequilla, quesos, cuajadas y, a falta de hojas de plátano o cambur, las famosas hallacas en el mes de diciembre, además de utilizar sus brillantes flores para engalanar la cruz de mayo.

            Auguramos que, en el mediano plazo, la mata de Juquián o Canna edulis sea reivindicada por cocineros y botánicos de todo el mundo, tal como ha sucedido con la quinoa y otros productos de origen prehispánico, pueda ser que vuelva a surgir como el ave fénix y pase a ocupar el sitial de importancia que siempre le dieron nuestros antepasados en su momento.

Rafael Ramón Santiago

Cronista oficial del municipio Pueblo Llano.

(30/09/25)

Notas:

(1)  https://es.wikipedia.org › wiki › Canna_indica. 

(2)  Lourdes DUBUC DE ISEA. Romería por el Folklore Boconés. Talleres Gráficos Universitarios. Mérida, 1966. p. 338.

(3)  Julio César SALAS. De Re Indica. Órgano de la Sociedad Venezolana de Americanistas. “Estudios Libres”, Antropología, Etnología, Lingüística, Folklore, etc. Vol. I. Caracas, Venezuela, 28 de octubre de 1918. Nº 2.  p. 53.

(4)  Julio César SALAS. Etnografía de Venezuela. Colección “Temas y Autores Merideños”. Academia de Mérida, Ediciones del Rectorado, Universidad de Los Andes. Mérida, Venezuela, 1997. pp. 105, 106.

(5)  Julio César SALAS. Tierra-Firme (Venezuela y Colombia). Estudios sobre Etnología e Historia. Universidad de Los Andes, Facultad de Humanidades y Educación, Mérida, Venezuela, 1971. p. 153.

(6)  Colección Los Andes. Archivo General de la Nación. Traslados del Archivo General de Colombia. Ciudades de Venezuela. Tomo R 22. Biblioteca Sala Febres Cordero, Mérida, Venezuela. p. 101.

(7)  Jesús Manuel Jáuregui Moreno. Obras Completas. Tomo I. Talleres de Editorial Futuro. San Cristóbal, Táchira, Venezuela, 1999. p. 240.

(8)   https://es.wikipedia.org › wiki › Canna_indica. 

(9)  Informante: Señor Mario de Jesús Santiago Valero. 95 años, vía WhatsApp, Caracas, 22 de julio de 2023.

(10)      Pedro José PAREDES. Las Piedras a través del tiempo. 2º Edición. Producciones Editoriales C.A., Mérida, Venezuela. 2014. p. 252.

(11)      Informante: María Olegaria Santiago de Montilla, 91 años, Pueblo Llano, 28 de diciembre de 1997.

 






 

lunes, 15 de septiembre de 2025

LA CANOA

 LA CANOA

 

                                

            En el municipio Pueblo Llano del estado Mérida, Venezuela, se encuentra un bucólico lugar admirado por propios y extraños que lleva el pintoresco nombre de La Canoa, al igual que la quebrada de aguas cristalinas que lo atraviesa.

La Canoa es un valle de origen glaciar ubicado al noroeste de la capital del municipio, a 8°55’44’’ de latitud Norte y 70°41’36’’ de longitud Oeste1 y una altura de 3.000 msnm, con una temperatura promedio anual de 11°C.

Los terrenos de este lugar comprenden unas cuarenta y seis hectáreas que formaron parte del resguardo indígena del municipio Pueblo Llano hasta 18892. El sitio lleva este nombre porque se encuentra en un valle hondo que semeja aquel legendario transporte acuático de los aborígenes o el recipiente de madera donde abrevaban los animales.

Sobre La Canoa se han hecho varias investigaciones llevadas a cabo por científicos destacados, entre ellas la denominada: Caracterización Geoquímica de los Sedimentos Holocenos Proximales del Valle Glaciar La Canoa, Región de Pueblo Llano, Edo. Mérida, por científicos de la Universidad Central de Venezuela3. Según se expone en el trabajo, la orografía del lugar se originó por un movimiento sísmico en un periodo geológico desconocido, concluyendo que en valle aludido se han producido procesos de sedimentación bajo la influencia de fluctuaciones climáticas asociada al sistema de fallas de Boconó.

Varias especies vegetales y animales se encuentran en el lugar, entre las primeras tenemos frailejón(Espeletia), manteco(Rapanea gnyanesinsis anb), totumo(Crescentia cujete), say(Weinmannia glabia L. F), guayabo(Psidium guajava), quitao, aliso(Alnus glutinosa), cordoncillo(Piper aducum), mapora(Roystonea olerasea), jobicó(Ocotea calophylla), entre, otros; de las segundas se han encontrados venados(Odocoileus lasiotis), lochas(Mazama bricenii), liebres o conejos de páramo(Sylvilagus andinus), guaches(Nasua solitaris), gatos monteses(Felis silvestres), etc4.

Locha (Mazama bricenii)

En los últimos tiempos, autoridades locales han colocado varias mangueras conectadas al caudal de la quebrada La Canoa para llevar el vital líquido a diferentes sectores, entre ellos Mutús y la capital del municipio.

Como podemos observar, La Canoa, aparte de su belleza natural, es uno de los tesoros más preciados de los pueblollaneros, pues tienen el privilegio de consumir agua cristalina, limpia, no contaminada, y de esta manera, preservar la salud y la vida de las familias del lugar. En consecuencia, es tarea del ente legislativo municipal legislar sobre ordenanzas y decretos de protección ambiental para este y otros sectores, que permitan reforzar las Leyes ya existentes a nivel nacional como son las Orgánica del Ambiente, Forestal de Aguas y Suelos, Protección de la Fauna Silvestre, Penal del Ambiente, entre otras.

Por su parte, el ejecutivo municipal está en la obligación de hacerlas cumplir y las escuelas y liceos locales de formar a los ciudadanos del presente y del mañana para que las conozcan, cumplan, y de esta manera, puedan seguir disfrutando de algo que les pertenece a todos, pero que es necesario preservar.

En los últimos años hemos visto varias instituciones educativas que han propuesto como proyectos comunitarios a sus estudiantes jornadas de arborización en el lugar, iniciativa que aplaudimos, aunque, es muy importante recordar la importancia de la asesoría de expertos para que los ejemplares seleccionados pertenezcan a la flora nativa, plantados en lugares adecuados. 

Rafael Ramón Santiago

Cronista oficial del municipio Pueblo Llano.

(15/09/25).

Agradezco al señor José (Cheo) Ramón Toro por el apoyo prestado y las imágenes suministradas para la realización de este trabajo.

Notas:

(1)  OROPEZA M., E. CARRILLO, J. GUTIÉRREZ, Y. CEBALLOS, F. AUDEMARD & C. BECK. 2013. Caracterización Geoquímica de los Sedimentos Holocenos Proximales del Valle Glaciar La Canoa, Región de Pueblo Llano, Edo. Mérida. Geos 44:169-180, 2013. p. 170. 

(2)  Judith SANTIAGO PAREDES. Adjudicación por familias y lugares de los resguardos indígenas de Pueblo Llano (1887-1889). Alcaldía del municipio Pueblo Llano (Inédito).

(3)  OROPEZA M., E. CARRILLO, J. GUTIÉRREZ, Y. CEBALLOS, F. AUDEMARD & C. BECK. 2013. Caracterización Geoquímica de los Sedimentos Holocenos Proximales del Valle Glaciar La Canoa, Región de Pueblo Llano, Edo. Mérida. Geos 44:169-180, 2013.

(4)  Entrevista realizada a los señores Hermes de Jesús Santiago, 77 años y Cornelio Padilla, 75 años, Pueblo Llano, 26 de julio de 2024.

 

 






sábado, 30 de agosto de 2025

ATENEO DE PUEBLO LLANO CANTÓ SU CUMPLEAÑOS


En el marco del 40° Aniversario

Ateneo de Pueblo Llano Cantó su Cumpleaños

Por Jorge Paredes/ CNP22173

Un nutrido número de ateneístas, artistas, músicos y poetas, así como autoridades municipales, se dieron cita la noche de este viernes 29 de agosto en el salón de eventos  del Ateneo de Pueblo Llano para celebrar por todo lo alto el 40° aniversario de su fundación.

Las luces se encendieron para acompañar y aplaudir el trabajo cultural desarrollado durante más de cuarenta años, donde todos los presentes, de una u otra manera, como artistas o espectadores, han contribuido al desarrollo cultural de su pueblo.

La gala fue abierta por Francisco Quintero en una oportuna intervención donde se paseó, con su verbo, por los hechos más resaltantes de la historia y evolución de la máxima institución cultural del municipio, incluyendo anécdotas y vivencias de algunos acontecimientos relevantes, haciendo énfasis en el papel fundamental del padre fundador Antonio Jesús Osman Paredes.

En su intervención, Quintero evocó a la primera Junta directiva, encabezada por la maestra Francisca Quintero Camacho, y recordó los pasos que se siguieron en la lucha por la consecución de la sede y los aportes económicos necesarios para el funcionamiento de la institución.

Dentro de los primeros logros del Ateneo estuvo la creación del grupo de danzas “Alborada”, dirigidos por la profesora Nelcy Rendón, la constitución del grupo de teatro “La Laca” y la formación de la agrupación musical “Tradición Andina”, además de la realización de diversos talleres de creatividad infantil, cursos de manualidades, corte y costura, artesanía utilitaria, pintura, creación literaria, entre otros.

Acto seguido, la actual junta directiva, encabezada por la señora Irene Salcedo, procedió a hacer entrega de sendas medallas y diplomas de reconocimientos a algunos de los ateneístas presentes entre los que se encontraba la primera secretaria del Ateneo, señora Carmen Paredes; Antonio Molina, de los socios fundadores; Belkis Rondón, bibliotecaria de muchos años, entre otros.

Posteriormente Nelcy Rendón, en una evidente muestra de emoción, intervino y destacó el poder de la suma de voluntades e hizo un llamado al quehacer, al ocuparse, y “encender de nuevo la chispita” para poner en valor el trabajo colectivo por el arte y la cultura en Pueblo Llano.

Seguidamente la agrupación de danzas del Ateneo de Pueblo Llano, dirigida por la señora Elvana Osuna, hizo su actuación dejando ver un gran sentido de amor a la patria en la puesta en escena para, de inmediato, dar paso a la presentación de la joven María Fernanda Contreras Becerra, ejecutante del violín clásico, quien arrancó los aplausos de los asistentes.

El desfile de talentos continúo con la actuación del grupo “Fiorell’s Dance”, dirigidos por Carolay Jerez, con un estilo enmarcado en la danza nacionalista contemporánea; mientras que la dulce voz de Juan Pablo González y la nueva promesa femenina Ítala Rangel, deleitaron, cada uno por su lado, con un par de temas del folclor llanero.

La gimnasia rítmica estuvo a cargo de la academia “Bellatrix”, en tanto que el arte flamenco se vio en las figuras andaluzas de la niña “bailaora” Lucía Libreros Rondón, mientras que la poesía fue expuesta en la interpretación de su autora, la poetiza Belkis Becerra con par de obras dedicadas al Ateneo de Pueblo Llano, para dar paso al grupo de teatro “La Carcajada de Pedro Meza” con una parodia sobre la primera presidenta del Ateneo, Francisca Quintero.

La intervención de Carlos Salcedo y quien suscribe éstas líneas, Jorge Paredes, a nombre del “Solar de los Poetas y Cantores de Pueblo Llano”, sirvió para recordar al artista pueblollanero Miguel Ángel González, elevándose una propuesta tanto al Ateneo como a la fuerza docente y a las autoridades municipales, de crear los mecanismos necesarios para rescatar promover y reivindicar su legado.

Otras actuaciones musicales estuvieron a cargo de Ruperto Quintero y Fredy Rondón, de “Tradición Andina”, así como en la destacada actuación del novel arpista Yrwin Rangel y su conjunto, además de la maravillosa voz de Mabdieli, una jovencita que ha llegado al municipio desde el estado Apure.

El cierre de la actividad se dio con la actuación del cantautor pueblollanero Rubén Rondón, acompañado en la guitarra del músico Jesús Becerra, para finalmente dejar que Antonio González, “El Romancero de Pueblo Llano”, entregara un par de canciones, incluyendo uno de su propia autoría.

Finalmente los presentes rodearon las tortas dispuestas para la celebración, cantaron cumpleaños y se prometieron a si mismos contribuir para el fortalecimiento de esa institución que lucha por sobrevivir a pesar de las adversidades.






 

LA JIQUIMA



Agricultura y gastronomía prehispánica local  

LA JIQUIMA

       

            La Jíquima es un vegetal, pariente de la papa, de origen amazónico, domesticado desde épocas precolombinas, que como veremos luego, ha logrado permanecer entre nosotros a pesar de estar a punto de extinción. Se trata de una “planta anual trepadora, enredadera con tallo envolvente, herbáceo, que alcanza hasta seis metros de longitud, con base leñosa. Hojas abundantes, trifoliadas, de color verde oscuro1.

            Don Lisandro Alvarado apuntaba que la “JIQUIMA. Polymnia edulis, es una “planta de raíz comestible cultivada en la Cordillera. ‘Llaman los españoles a esta raíz Xiquima en el Perú, y en la Nueva España Xicama, el cual nombre es tomado de la lengua de la Isla Española; que en las lenguas generales del Perú se dice Asipa, en la quichua, y Villu en la aimara’. (Cobo, I, 366). Del azt. Xicamatl; pero la xicama de México es el Dolichos tuberosus, y el jicamo de Puerto Rico, el Pachyrhizus angulatus2.

            Las flores de esta planta son de color blanco, azulado o lila de 17 a 28 mm y peciolos de 1 a 2 dm de largo, dependiendo de la variedad. Las inflorescencias se presentan en racimos compuestos3.

            La variedad que encontramos en Pueblo Llano es de hojas verdes, dulce al paladar y se puede consumir cruda o sirve de ingrediente para preparar diversos platos como tortas, quesillos, pero todavía con poca utilización entre los paisanos. Cada mata produce varios tubérculos, parecidos a la remolacha.

Mata de jíquima cultivada por el señor Hermes Paredes en la capital del municipio.

            Además de ser un bulbo delicioso y alimenticio, en otros lugares tiene múltiples usos, por ejemplo, en la medicina tradicional, donde la decocción del tubérculo se utiliza como diurético; de igual manera, la pasta de la pulpa fresca molida y calentada en aceite de almendras sirve para aliviar afecciones de la piel; y la cáscara del tubérculo, seca, pulverizada y aspirada, es buena contra la rinitis y el dolor de cabeza. Por su parte, la tribu amazónica Aguaruna utilizaba sus semillas como anticonceptivo. Aquí en Venezuela, el botánico de origen alemán, Adolfo Ernst, acotaba en el siglo XIX que éstas eran utilizadas en Mérida por los indígenas para preparar ciertos insecticidas4. Ahora se ha comprobado científicamente que, en efecto, en la semilla cruda hay presencia de rotenona, sustancia insecticida natural que la protege y que puede usarse en el manejo integrado de plagas, habiéndose demostrado la efectividad de la semilla molida en el control de pulgones y otros áfidos y larvas de la mosca blanca. Por otro lado, al removerse los rotenoides y saponinas de ésta es posible obtener un aceite, comparable al maní o algodón, que puede utilizarse en la industria de alimentos5.   

            El investigador Eugenio Yacovleff pudo identificar raíces de jíquima en los fardos funerarios de Paracas, actual Perú, de igual manera describe raíces de esta planta en las telas de una momia, y pintadas en objetos cerámicos de Nazca, en el mismo país.

El primero que descubrió estas figuras nazcas fue el arqueólogo alemán Dr. Eduard Seler (1848 -1921), quien afirmó que la jíquima: “es un tubérculo-raíz comestible. Lo que para mí resulta incomprensible dice el alemán es cómo en una planta que reproduce tubérculos ovoides…pueden desarrollarse ramas con vainas propias de las leguminosas…6. Por su parte, Yacovleff afirma que la identificación botánica del tubérculo es Pachirhizus tuberosus (Lam) Speng, la única de las leguminosas que se cultivan con su raíz comestible.

Señor Antonio “Toño” Paredes muestra, junto a su esposa, parte de su cosecha de jíquimas en el sector El Fraile de Pueblo Llano.

El cultivo y consumo de la jíquima, según las figuras encontradas, eran comunes en los valles de la costa sur del Perú en las épocas de florecimiento de aquellas culturas, pero no hay evidencias para otras regiones como la costa norte. Los cronistas españoles del siglo XVI escriben sobre la planta como un vegetal corriente, muy consumido, afirman que los indígenas llevaban sus variedades a vender en los diferentes mercados de los pueblos de la cordillera, sin embargo, para el siglo XX la jíquima era casi desconocida en Perú. De igual manera, en los Andes venezolanos, observamos que, aparte de Adolfo Ernst, estudiosos como Julio César Salas, Tulio Febres Cordero, José Ignacio Lares, entre otros, no hacen referencia de ella en la dieta de los indígenas locales. 

            Yacovleff, no obstante, apunta en su trabajo sobre el alto consumo que tenía el tubérculo en Cuba en el siglo XIX y comienzos del XX; por su parte, en México, que recibe el nombre de jícama, ha sido incorporada con mucho éxito en el realce de la cocina tradicional.

Señores Hermes Paredes y Alberto Buitrago, nuevos cultivadores de jíquimas en Pueblo Llano.

En cuanto a nuestra experiencia personal, siendo niño, observaba que el “mocho” Silvio, solía llevar, de vez en cuando, algunos ejemplares para mi casa cosechadas en una vega cercana. En los últimos tiempos nos hemos encontrado con varias personas que se han motivado para seguir cultivando jíquimas, buscando que este rubro no se pierda para siempre en el municipio, entre ellos el señor Antonio “Toño” Paredes y su familia en El Fraile, Cornelio Padilla y sus hijos en Miyoy, Lorenzo Vergara en El Arbolito, Hermes Paredes en el pueblo, entre otros. Su cultivo, obviamente, siempre ha sido menos rentable que el de la papa y de allí su poco interés para sembrarlas. Ahora bien, sería interesante que entes oficiales locales apoyaran a los productores que se esmeran para que esta variedad prehispánica no desaparezca definitivamente de la región.

Rafael Ramón Santiago

Cronista Oficial del municipio Pueblo Llano.

(30/08/25.

Notas:

 (1)  https://animalesyplantasdeperu.blogspot.com › 2009/08.

(2)  Lisandro Alvarado. Obras Completas. Tomo I. Fundación La Casa de Bello, Caracas, Venezuela, 1984.(3)  https://animalesyplantasdeperu.blogspot.com › 2009/08.

(4)  Eugenio YACOVLEFF. La jíquima, raíz comestible extinguida en el Perú. Un testimonio de la alfarería nazca. En: Revista del Museo Nacional, Lima Perú. Tomo II. Nº 1. Año 1933. 3.-Arte Antiguo peruano. p. 59.(5)  https://animalesyplantasdeperu.blogspot.com › 2009/08.

(6)  Eugenio YACOVLEFF. La jíquima, raíz comestible extinguida en el Perú. Un testimonio de la alfarería nazca. Op. Cit. p. 53.