Agricultura y gastronomía prehispánica local
EL CHURÍ
Uno de
los frutos que siempre nos impresionaron desde niños fue el churí, de la
familia de las auyamas, debido a su gran tamaño si lo comparamos, por ejemplo,
con otras calabazas o con los zapallos; algunos ejemplares han llegado a pesar
hasta 50 kilogramos. Don Lisandro Alvarado lo registra en su diccionario de la
siguiente manera: “CHURÍ. Cucurbita sp. Nombran así en Trujillo y Mérida una
variedad de la AUYAMA. “Fruto de la familia de las cucurbitáceas, mayor que la
auyama”. (Febres C., 132)”1.
El churí
es de origen prehispánico y sobre su consumo apunta el etnólogo merideño
Julio César Salas “…Como agricultores, muy pocas naciones podrían aventajar
en la América precolombina a los Mucuñoques, quienes sin más instrumentos que
sus machetones, palas, coas de madera y hachas de sílice, labraban grandes
extensiones de tierra, donde sembraban diversos frutos: maíz, frijoles,
arracachas, papas, batatas, churíes, aullamas, ajíes, etc.”2. Más
adelante apunta, “La planta denominada churí por los campesinos de Mérida,
puede considerarse como netamente regional…”3.
Sobre la
agricultura en Pueblo Llano, para finales del siglo XIX, monseñor Jáuregui
Moreno escribía: “…se produce trigo, papas, maíz, arvejas, frijoles de toda
especie, habas, apios, juquianes, sapayos, churíes, lechuga, col, cebollas,
ajos, culantro, patatas, uvas, cebada, todo en poca cantidad y tanto que, de
estas últimas plantas, solo hay para semilla…”4.
El
cultivo de churí en esta zona no se hacía ni se hace de una manera
extensiva, si lo comparado con otras siembras como el maíz, las arvejas o las
papas, consiste simplemente en lanzar algunas semillas en las orillas de los
barbechos, de tal manera de que sus tallos no invadan los otros sembradíos. La
única utilización culinaria que conocimos de este fruto fue la llamada
mazamorra de churí5, que era de mejor gusto que la
preparada con zapallo.
Ahora
bien, en torno al churí se ha generado una tradición que está muy ligada
a las actividades lúdicas y religiosas que realiza la agrupación folklórica
local Locaina del Niño Jesús6, al respecto, nos informaba la señora
Saturnina Paredes de Molina7 que en su época había la costumbre de
sembrar las semillas de churí el 19 de marzo, día de San José, y a medida que
se iban tapando las semillas se pronunciaba la siguiente oración: “San José
bendito, te pido que me nazca esta mata de churí muy bonita y de producir
varios frutos me comprometo a donar el de mayor tamaño a la Locaina”. En
efecto, durante la denominada “semana de locos”, que va desde el 25
hasta el 31 de diciembre, los integrantes de la agrupación son obsequiados por
los vecinos con varios de estos ejemplares.
El día
tres de enero, celebran una particular ceremonia
denominada “muerte del novillo” donde, frente a la iglesia y al
lado de un cepo, al que denominan Mapolión
Linares, simulan el degüello de un novillo utilizando para ello los churíes
obsequiados, allí simulan torear, herrar y otras suertes con el “novillo”,
hasta que finalmente lo abren y reparten los trozos entre los presentes; también
los invitan a “beber la sangre del novillo”, que se trata de la mazamorra a la que ya hemos
hecho referencia, en el sitio denominado El Cedro de Mutús, donde vive el
mayordomo de la agrupación. Esta ceremonia es muy parecida a la que se hace en
el pueblo de La Parroquia de Mérida el 02 de febrero de cada año, similar, a su
vez, al denominado “correr gallos” en España8.
Aunque todavía el churí se cultiva de una manera no extensiva, varias personas lo siguen sembrando y además de la mazamorra le han ido dando otros usos como la elaboración de tortas, quesillos y jugos, por lo tanto, es muy halagador que este cultivo prehispánico no desaparezca de la dieta de nuestra gente.
Rafael
Ramón Santiago
Cronista Oficial del municipio Pueblo Llano.
(04/11/25).
Agradezco a Vicente Paredes y Jorge Luis Paredes Arias por las imágenes suministradas para ilustrar el presente artículo.
Notas:
(1) Lisandro ALVARADO. Obras Completas. Tomo I. La
Casa de Bello. Caracas, Venezuela, 1984.
(2) Julio César SALAS. Tierra-Firme (Venezuela y Colombia).
Estudios sobre Etnología e Historia. Universidad de Los Andes, Facultad de
Humanidades y Educación, Mérida, Venezuela, 1971. p. 154.
(3) Julio César Salas. Etnografía de Venezuela.
Colección “Temas y Autores Merideños”, Academia de Mérida, Ediciones del
Rectorado, Universidad de Los Andes, Mérida, Venezuela, 1997. p. 105.
(4) Jesús
Manuel JÁUREGUI MORENO. Obras Completas. Tomo I. Talleres de Editorial
Futuro, San Cristóbal, estado Táchira, 1999. p. 240.
(5) La
mazamorra de churi es una bebida espesa y dulce de origen andino, típica
de los estados Mérida y Trujillo en Venezuela, que se prepara con la pulpa de una
calabaza gigante llamada "churi" (también conocida como auyama). Se
cocina hasta que la calabaza esté muy suave, se le puede agregar leche, canela
y papelón (panela) para endulzarla y aromatizarla, a veces se deja enfriar y se
consume caliente en regiones frías. IA.
(6) Una información detallada sobre esta actividad la podrá
encontrar en el libro de Rafael Ramón SANTIAGO: La Locaina y otras
tradiciones de Pueblo Llano. Imprenta del estado Mérida, Venezuela. 1990.
(7) Informante: señora Saturnina Paredes de Molina, 80 años,
Mérida, 20 de mayo de 1975.
(8) Ángel ROSENBLAT. La Educación en Venezuela. Monte
Ávila Editores, Caracas, Venezuela, 1986. p. 155.


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