miércoles, 2 de noviembre de 2022

ARTESANOS


EL CORDON DE MUERTO

       


En la iconografía religiosa, algunos santos se muestran con su traje talar y un cordón ceñido a la cintura, provisto de varios nudos, que como el de San Francisco, representan los votos de pobreza, castidad y obediencia. Así, la pobreza evita el estar esclavizados al dinero, teniendo solo como riqueza a Dios; la obediencia es la libertad para seguir la voluntad del Padre; y la castidad se entiende como el medio para no centrar el amor en una persona, sino en todas.

            La utilización del cordón por San Francisco era una muestra fehaciente de su opción por llevar una vida austera, pues en su época el cinturón representaba una prenda esencial en la vestimenta medieval, porque ésta carecía de bolsillos. Los cinturones disponían de una serie de hebillas que servían para transportar cosas; desde las bolsas a los mercaderes, hasta los sellos y las plumas a los notarios. Era una prenda que aparte de ser funcional, daba estatus y seguridad, era el reflejo de aquella sociedad de principios del siglo XIII, en la que el comercio con oriente, fruto de las cruzadas, le había dado un valor al dinero que hasta entonces no había tenido. Es por ello que el gesto de Francisco al despojarse de su cinturón de cuero y colocarse una cuerda en la cintura representaba una señal muy significativa, teniendo en cuenta que los hombres de aquella época estaban tan sumergidos en sus negocios que no tenían tiempo para Dios. Por tanto, con esta actitud, Francisco depositaba su confianza en el Señor y eso le hacía libre para seguirle, por lo que su viejo cinturón no era más que un impedimento, un utensilio que amarraba a los hombres de su época a sus negocios y ganancias, de ahí que el cordón franciscano es, en definitiva, un símbolo de la pobreza evangélica y del seguimiento a Jesús sin condiciones.

Ahora bien, la costumbre de vestir a los difuntos con mortaja y ceñirles el cordón de hilo también se remonta a varios siglos atrás, posiblemente así eran amortajados los frailes de la Orden de San Francisco al momento de ser sepultados; posteriormente, a manera de imitación, algunos laicos pedían a sus familiares ser enterrados con esta indumentaria en señal de pobreza, considerando que con tal condición el tránsito por el purgatorio era más corto y menos escabroso. Con el tiempo la costumbre se generalizó y el cordón pasó a ser casi obligatorio cuando se preparaba al finado para su embalsamamiento, ya fuese hombre o mujer.

Tal cuerda la hemos venido conociendo en esta parte de los Andes venezolanos con el nombre de “cordón de muerto” y en torno al mismo se ha creado un conjunto de creencias que trataremos de describir a nivel local. 

En Pueblo Llano, el arte de tejer “el cordón de muerto” para ceñirlo a la cintura del cadáver que yace en el ataúd, es costumbre muy antigua. Son pocos los que se han dedicado a este oficio porque generalmente las personas que los fabrican no acostumbran cobrar por la prenda elaborada.

Hermes de Jesús Santiago Santiago, nuestro informante, nos dice que él aprendió el oficio de los señores Salomón Salcedo y Telésforo Zerpa, integrantes de la Locaina del Niño Jesús, quienes además del “cordón” le enseñaron a tejer “la mecha” para prender la pólvora que dispara el rifle utilizado en “el juego”, el primero de enero de cada año. El primero cordón que tejió Hermes lo hizo cuando contaba con 17 años.

Con respecto a su elaboración manifiesta que utiliza hilo denominado pabilo, de color blanco, del mayor diámetro posible, luego corta siete pares de hebras de siete varas de largo cada una; las puntas de uno de los extremos las fija en un clavo ubicado en un pilar del corredor de la casa y las del otro extremo las va tejiendo hasta formar una más gruesa; la dobla por la mitad, sigue tejiendo hasta obtener el diámetro del cordón deseado. Luego, utiliza el dedo gordo de uno de sus pies para hacer nueve nudos; cada nudo, al apretarlo, toma la forma de una cruz y a medida que los hace reza un padrenuestro por el alma del difunto.

Una vez que el cordón está listo, con los nueve nudos indicados, se hace un corte entre el nudo siete y el ocho, se le coloca al finado o finada, alrededor de su cintura, la parte que contiene los siete nudos, y el trozo con los dos nudos restantes, que se denomina “la cabeza”, se retira antes de cerrar la urna. El artesano entrega el trozo o “cabeza” a uno de los familiares más cercanos.

El señor Hermes nos dice que para las mujeres no se teje el cordón, van las hebras sueltas con sus respectivos nudos, para los hombres sí va bien tejido, tal como se ha indicado.

El trozo que ha quedado sirve como un recuerdo del familiar fallecido, pero también tiene otras utilidades muy particulares, pues existe la creencia que junto al trozo del cordón está presente el alma del finado que queda como un guardián en la tierra, vigilando las pertenencias de sus familiares. Mucha gente lo utiliza como amuleto para que el alma del difunto les cuide la casa, un vehículo, una motocicleta o para atajar a la persona que intente pasar por un lugar determinado: un terreno, un camino o cualquier otro sitio no permitido por el familiar del difunto. Con respecto a los “cordones” más efectivos, nos dice que son aquellos tejidos para los difuntos que se han quitado la vida, como los ahorcados, pues, como ellos van a estar más tiempo en el purgatorio también tendrán más tiempo para cuidar las pertenecías de sus familiares o amigos en el mundo que dejan.   

El informante apunta también que en el pueblo había varias personas que sabían tejer dicho cordón, además de los antes nombrados, estaban los señores Pedro Meza, Pedro Volcanes y la señora Aura Quintero.

Como ya se afirmó, la costumbre que había era de colocarlo a todos los finados y por eso era necesario estar prevenido, razón por la cual, mucha gente mandaba a hacer su mortaja y tejer su cordón con anticipación. 

Apuntamos también que, generalmente no se acostumbra cobrar por dicho trabajo, los deudos pagan el importe del hilo y colaboran con el artesano en la medida de sus posibilidades

Rafael Ramón Santiago.

Cronista Oficial del Municipio Pueblo Llano.

Informante: Hermes de Jesús Santiago Santiago, 68 años, Pueblo Llano, 25 de diciembre de 2015.

Fotografías, cortesía del Licenciado Jorge Luis Paredes Arias.


 



viernes, 21 de octubre de 2022

CULTURA



HOMENAJE CULTURAL A TRABAJADORES DEL INSAI – PUEBLO LLANO

 

Afortunadamente en Pueblo Llano se están gestando nuevas formas de celebrar el quehacer cultural.

El pasado sábado 08 de octubre por la noche, en el Ateneo de Pueblo Llano, se dieron cita el Solar de los Poetas y cantores de Pueblo Llano y alrededor de 80 personas de la comunidad para rendirle homenaje a dos funcionarios del INSAI, la Sra. Belkis Becerra y el Ing. Gustavo Salcedo, quienes cumplieron más de 33 años de servicio en este organismo.

El acto comenzó a las 9:00 pm. La apertura de dicha velada cultural dedicada a estas personas que entregaron su vida al desarrollo y asesoramiento técnico de la agricultura, estuvo a cargo de Carlos Emiliano Salcedo, quien dio la bienvenida en nombre de los Cantores y Poetas de Pueblo Llano. La noche colmada de expectativas inició con una hermosa serenata a cargo del niño Juan Marcos Santiago. Seguidamente, los homenajeados recibieron sus merecidos reconocimientos, quienes se manifestaron muy emocionados y agradecidos con la comunidad y los organizadores del evento, dado que describieron un poco lo que fue su desempeño por tantos años.

Después de las palabras de los homenajeados, se siguió con la participación musical de Concho Valero y sus amigos, a cargo de José Concepción Valero, Jorge Luis Paredes y Carlos Emiliano Salcedo. Luego con un canto de la niña Itala Rangel, además de la gala del humor por parte de la cuentista y humorista Marisela Santiago, mejor conocida como “Chela”, haciendo honor de sus notas histriónicas a nombre de la Carcajada de Pedro Mesa al brindar un repertorio de chistes al público presente y se disfrutó de la participación musical de Isaida Paredes. Como era de esperarse, intervino la maestra de ceremonia, la Psicól. Ma. Gabriela Quintero y como cierre nuevamente se destacó el grupo de Concho Valero y sus amigos, sellando con un compartir que hizo de dicho homenaje, un encuentro familiar.

Uno de los organizadores, Jorge Luis Paredes, comenta que la actividad se desarrolló con la acústica propia de los instrumentos y del lugar, haciéndolo muy íntimo entre los presentes al punto de comentarse que gustó mucho, finalizando cerca de la medianoche. Extendiendo así, las felicitaciones a los organizadores y directivos del Ateneo de Pueblo Llano, por la recepción cultural realizada en esta oportunidad.

 

Redacción de Alejandra Rangel.

@aleintermezzo2021




 

MITOS Y LEYENDAS DEL PARAMO MERIDEÑO



 

LA INDIA QUE SE TRANSFORMABA EN MARRANA

 

Del mismo baúl de los recuerdos del señor José de la Cruz Alarcón sacamos otra fábula de Pueblo Llano. Nos dice que en Miyoy Bajo había una señora de descendencia indígena, sus vecinos le atribuían poderes sobrenaturales y sobre ella se tejían infinidad de cuentos y comentarios, como el siguiente:

En la época en que le tocó vivir a esta señora había mucha pobreza en el pueblo, las personas para poder cubrir sus necesidades alimenticias diarias acudían al préstamo o el trueque, cambiaban unas ramas de cebollín por una cucharada de café en polvo, un canasto de papas por un pedazo de  dulce o papelón, un zapallo por un tarro de sal y así por el estilo. La señora, a la que nos referimos, al parecer estaba en una mejor situación económica que sus vecinos, por lo tanto  acudían a ella con frecuencia para realizar estas transacciones, o simplemente para pedirle algo, sin retribuir nada a cambio, por la penuria aludida; sin embargo, los intercambios de productos no se realizaban con tanta facilidad como parece.

 Desde Miyoy Alto y otros cerros cercanos se divisaba con claridad el lugar  donde vivía la india, era una pequeña planada, allí había construido una casa humilde, de paredes de bahareque con techo de paja, la puerta de entrada era de un cuero seco de res. Al lado de la casa cultivaba un pequeño solar o huerto y en la parte de atrás mantenía un corral con animales. Sus vecinos observaban todos sus movimientos: cuando entraba y salir de la casa, las faenas en el huerto, en el momento en que alimentaba las gallinas, entre otros quehaceres hogareños.

Cuando la gente se percataba que, efectivamente, se encontraba en la casa, bajaban inmediatamente a solicitar sus favores o a la práctica del trueque respectivo. Pero, ¡cuál sería la sorpresa!, que al llegar al sitio, la mujer desaparecía del lugar como por arte de magia, la buscaban por todas partes, en la cocina, en el cuarto, en el solar, por los alrededores, pero no había ni rastro de ella, parecía que se la había tragado la tierra; lo única que podían encontrar vivo en aquel sitio eran las gallinas y una marrana que se revolcaba, llena de gozo, en el lodo


Rafael Ramón Santiago

Cronista Oficial del Municipio Pueblo Llano.

martes, 4 de octubre de 2022

DEPORTES





 

TENIS DE MESA EN PUEBLO LLANO

 

El tenis de mesa en Pueblo Llano está consiguiendo un espacio privilegiado en los niños y adolescentes del municipio.

En el presente año, el Club de Tenis de Mesa “Élite” concebido como un sueño logrado por su director, Franklin Santiago, captado desde su niñez para ser formado en esta disciplina deportiva con apenas once años, le ha brindado excelentes oportunidades al ser la primera raqueta y selección del Estado Mérida, además de competir en encuentros nacionales e internacionales, también logró abrirse paso al formarse como ingeniero forestal en la Universidad de Los Andes y otros beneficios consagrados por este deporte.

Dada la suficiente inspiración y las ventajas que ofrece el tenis de mesa para el desarrollo físico y psicosocial, este proyecto está dirigido a niños o jóvenes de 6 a 16 años; entre las categorías sub-11, sub-13, sub-15; aunque los adultos tienen la oportunidad de integrarse. Dicho club sin fines de lucro está jurídicamente constituido, registrado en la Federación Venezolana de Tenis de Mesa y regido bajo las directrices de la Asociación Merideña de Tenis de Mesa; su directiva conformada por el presidente, el vicepresidente, el secretario, el tesorero y los consejos de honores, ellos velan por los bienes y decisiones del mismo. Enhorabuena, el club ha contado con la autogestión de recursos y el apoyo de las autoridades municipales, así como de los representantes y particulares de la comunidad pueblollanera.

Actualmente funciona en el Liceo Bol. “Mariano Picón Salas” donde entrenan aproximadamente 20 personas, quienes asisten regularmente por recreación, estilo de vida y honor deportivo. Durante el mes pasado, el club asistió a un campamento de categorías menores en la ciudad de Mérida, siendo certificado por su participación.

Es de resaltar la buena noticia que uno de sus integrantes, el niño Homar Valbuena Ramírez ha calificado en la selección Sub-11 del Estado Mérida, representando a Pueblo Llano en el Campeonato Nacional U-11, al cumplirse uno de los objetivos a corto plazo planteado por su director.

 

Alejandra Rangel.

 Docente del Liceo Bolivariano "Doctor Mariano Picón Salas".

Miembro de la Comisión de Patrimonio del municipio Pueblo Llano.

miércoles, 14 de septiembre de 2022

PERSONAJES DE PUEBLO LLANO



 

101 AÑOS DE VIDA DE DON JOSE DE LA CRUZ ALARCON RONDON.

 

Hoy 14 se septiembre de 2022 Pueblo Llano entero celebra con alegría, gratitud y admiración los 101 años de vida de uno de sus hijos predilectos como lo es don José de La Cruz Alarcón Rondón.

Haber transitado por la vida durante todo este tiempo, dejando huellas positivas y fecundas en todo el camino recorrido, expresadas en lecciones de rectitud, responsabilidad, solidaridad, trabajo y honradez, son motivo para estar orgullosos de tenerlo entre nosotros.

Don José de La Cruz o Crucito como le dicen cariñosamente sus amigos, nació en el caserío Miyoy Alto del municipio Pueblo Llano el 14 de septiembre de 1921, hijo del señor Claudio Alarcón, natural del caserío El Conejo de la parroquia Las Piedras perteneciente al actual municipio Cardenal Quintero y de la señora María de Los Reyes Ortiz, oriunda del caserío Miyoy de Pueblo Llano, por lo que el segundo apellido de don Cruz debía ser Ortiz y no Rondón, pero por estas equivocaciones muy comunes de algunos funcionarios públicos de la época lo asentaron con este segundo apellido y así figuró después en la cédula.

El destino de los niños nacidos de aquella época era el de integrarse a las labores agrícolas que practicaban sus padres, como la siembra de papas, maíz, trigo, arvejas y otros rubros. No obstante, don Claudio apreció en él, desde un comienzo, su buena memoria y sus deseos de aprender, razón por la cual lo inscribió en la escuela de varones que regentaba el distinguido maestro Rosendo Ramón Pérez, en 1929, cursando los tres años que duraba la escolaridad en estas escuelas unitarias, sirviéndole de mucho provecho en el futuro, pues gracias a esta formación pudo desempeñarse como funcionario público durante gran parte de su vida.

Contrajo nupcias con la señora Olimpia del Carmen Santiago, el 15 de diciembre de 1955, procreando siete hijos que los han acompañado durante todos estos años y los han premiado con una gran descendencia que se prolonga en el tiempo, llevando consigo todos los valores que han cultivado en el hogar.

Contaba con veintiún años cuando es nombrado comisario del caserío Miyoy durante seis años, un trabajo ad honores y de mucha responsabilidad, pues, estaba a su cargo la búsqueda del personal para la limpieza de caminos y quebradas, resolver pequeñas rencillas entre los vecinos y el desagradable oficio de ayudar a reclutar jóvenes para el servicio militar obligatorio.

Después se desempeñó durante tres años como recaudador de rentas de la Junta Comunal del municipio, otro trabajo nada fácil debido a la renuencia de los vecinos para pagar los servicios públicos como el agua y la luz.   

Finalmente, en 1960 entró a trabajar como secretario de la prefectura de Pueblo Llano, donde ejerció su oficio con pulcritud y responsabilidad, atendiendo con afabilidad y respeto a las personas que llegaban a solicitar sus servicios en el asentamiento de partidas de nacimientos, matrimonios, defunciones, inscripciones para el servicio militar, denuncias y otros servicios que dejaba plasmado en los libros con una letra bien hecha, legible y excelente caligrafía por la que recibió el apodo de sus paisanos como “la pluma de oro”.

Mientras ejercía el oficio de secretario en la prefectura se desempeñaba como juez el distinguido maestro Manuel Molina Ibisate, quien también apreció en él aquel envidiable talento para memorizar fechas, eventos y la lectura de varios párrafos. Don Manuel le preparó un escrito de varias cuartillas con un resumen de los aspectos históricos, geográficos y demográficos del municipio, allí estaba la temperatura promedio, la altitud, los ríos y quebradas, lagunas, puentes, número de habitantes, nombres de las calles, producción agrícola, en fin, una información muy completa para cuando llegara al pueblo un funcionario público, un turista o cualquier persona interesada en conocer aspectos importantes de Pueblo Llano. Don Cruz se aprendió de memoria toda aquella información y prueba de ello fue el día que me la recitó, veinte años después de aquel encargo.

Recuerdo una anécdota muy lamentable que le tocó vivir en el año 1963, en plena campaña presidencial, cuando ocurrió una tragedia en el pueblo. El prefecto para el cual él trabajaba asesinó de varios balazos a un cuñado suyo, un hermano de su esposa, que vivía en La Vega de Chinó. Aquel hecho conmocionó a todos los ciudadanos de la época. La prefectura quedó bajo la responsabilidad de don José de La Cruz quien, con objetividad, serenidad y valentía supo llevar adelante sus obligaciones mientras se nombraba un nuevo prefecto. La Guardia Nacional resguardaba el recinto porque los tres policías que estaban allí destinados también estaban presuntamente implicados en el crimen.  

Don Cruz ha sido un hombre que, al igual a los de su generación, se ha preocupado por el adelanto de su municipio y entre sus logros podemos destacar su participación en la traída a hombros por la cordillera de la planta eléctrica desde Timotes y como cofundador de la Cooperativa Agrícola La Trinidad, por citar solo dos eventos.

En 1978 nuestro biografiado obtuvo su merecida jubilación de la administración pública, pero siguió desempeñándose como agricultor, cultivando las tierras aledañas a su hogar mientras sus fuerzas físicas se lo permitieron, allí lo conseguíamos siempre que íbamos a visitarlo. Actividad que ha combinaba con sus dotes de cronista de la familia y la comunidad, pues cuando se pierde en el tiempo el nombre de un abuelo, de un evento importante, de un desastre natural, de la ascendencia de alguna familia, todos acudimos a él para abrevar de su buena memoria, quien con calma y detalles va narrando la información requerida.  

La amistad con don José de La Cruz se incrementó gracias a las referencias que me hizo su hijo Cornelio donde me ponderaba de la buena memoria de su padre y de la cantidad de anécdotas, cuentos y leyendas que conocía sobre Pueblo Llano. Efectivamente, Cornelio me acompañó hasta Miyoy Alto en 1978 y allá lo encontramos con un garabato en la mano, en medio del surco, cosechando papas. Hizo un alto en la jornada y comenzó a hablarme sobre La Locaina del Niño Jesús que era el tema que estaba investigando para la elaboración del libro La Locaina y otras tradiciones de Pueblo Llano, publicado en 1990. De allí en adelante, cada vez que he podido, voy hasta su casa para mantener una conversación amena sobre ese pasado de Pueblo Llano que tanto nos emociona. Aprendí, con el resto de su familia, vecinos y amigos a valorar su buena memoria, su caballerosidad, su don de gentes y humildad en el trato.

Lamentablemente, debido a la situación país, a la pandemia por el Covid-19 y a otras circunstancias familiares, me han impedido ir hasta su casa a visitarlo con la frecuencia que deseo, pues son muchas las preguntas que me quedan por hacerle.

En el día de hoy seguimos rogamos a Dios para que continúe dándole mucha salud, lucidez y años más de vida a este gran hombre que es UN PATRIMONIO VIVIENTE DE NUESTRO PUEBLO.

 

Rafael Ramón Santiago.

Cronista Oficial del Municipio Pueblo Llano.

 

   

viernes, 26 de agosto de 2022

MITOS Y LEYENDAS DEL PARAMO MERIDEÑO.



 

El pueblo de los encantos.

 


El señor José de La Cruz Alarcón, de 95 años de edad (nació en 1921)), habitante de Miyoy Alto en Pueblo Llano, conserva una memoria prodigiosa. Recuerda una a una, y con lujo de detalles, las anécdotas e historias que le refería una de sus abuelas cuando pequeño.

Muy buen conversador y siempre dispuesto a responder cualquier inquietud que tenga que ver con el pasado de su terruño nos recibe amablemente en su hogar (2016). Después de oír con atención nuestras preguntas, clava la mirada en el piso por un momento como quien busca en un baúl los tesoros celosamente guardados con el pasar de los años. Cuando cree tener todo bien claro y delimitado el relato buscado, levanta la mirada al techo y orienta al interlocutor con una sutil señal que hace con sus manos morenas y callosas: “…aquí abajo, nos dice con voz pausada, más arriba de donde tiene la casa Locadia, había una piedrota, muy grande y ¡medrosa era esa piedra!, la gente decía que era compañera de la Piedra que Crece que está en La Culata y a la vez era la puerta de entrada de una laguna encantada que hay debajo de la tierra y llega hasta mucho más arriba.

 Dentro de la laguna había un pueblo de encantos, sólo habitado por encantos, eran unos hombrecitos pequeñitos, catires, ...  ¡Buenosmozos! En la entrada de ese pueblo estaba una ¡enorme culebra!, era tan grande que los ojos parecían dos platos de comer sopa. Allí estaba para cerrarle el paso a todo aquel que se atrevía a traspasar el umbral de la cueva. La culebra provocaba mucho miedo al principio, pero después se comportaba como si fuera un perro, primero  olfateaba a la persona durante un largo rato, luego la lamía y la lamía  y si ésta le caía bien la dejaba entrar y entonces pasaba a formar parte de los habitantes de aquel lugar, allí permanecía para siempre o salía después de haber transcurrido muchos año; caso contrario, si la persona no le caía bien al animal éste se enrollaba en su cuerpo, lo iba apretando y apretando hasta que lo estrangulaba y no podía regresar para contar su atrevimiento.


Rafael Ramón Santiago.

Cronista Oficial del Municipio Pueblo Llano.

jueves, 14 de julio de 2022

MITOS Y LEYENDAS DEL PARAMO MERIDEÑO



 

La cierva mágica.

 

Los miedos, creencias y la manera de interpretar la realidad por parte del conquistador europeo se pueden apreciar en el siguiente relato referido por los primeros españoles que deambularon por nuestros páramos merideños, es parte de esa fantasía a la que se refería Julio César Salar y que dejó maravillosamente reseñado Fray Pedro de Aguado en su libro Recopilación Historial de Venezuela, Tomo II.

Escribe Aguado al respecto: …En el páramo de este valle de Santo Domingo (actual Municipio Cardenal Quintero, estado Mérida) sucedió una cosa muy de notar, y por parecerme tal la quise escribir aquí. Dos soldados, hombres de bien y de fe y crédito, llamados Juan del Rincón y Juan de Maya, subieron a lo alto del páramo a cazar o matar venados con los arcabuces, donde después de algo cansados del camino que habían llevado, se les puso delante una cierva a tiro de arcabuz, y aun a tiro de ballesta, y tan cerca que claramente vían (sic) dar las pelotas en ella, y aunque le dieron muchos arcabuzazos, no sólo no la mataron pero ni aun parecía haberle herido, antes por momentos se les hacía invisible y visible, donde los soldados vinieron a conjeturar no ser aquella cierva, sino algún maligno espíritu que transformado en la figura de aquel animal, se les había puesto delante; y estando ellos en esta confusión y consideración oyeron dar grandes voces desde lo alto de un cerro que cerca de sí tenían, que en lengua española o castellana llamaban a estos dos soldados por sus nombres, y cobrando doblado espanto de oír las voces desde un lugar que era imposible entonces haber subido españoles a él, dejaron la caza y espantados y admirados de lo que habían visto y oído se volvieron a donde su capitán estaba alojado y procuraron inquirir y saber si aquel día había algún español andando de aquella parte donde habían oído las voces, pero ningún rastro de ellos hallaron, lo que de todo punto les hizo creer andar algún espíritu maligno por aquellos páramos y desiertos…”.

La agilidad de los ciervos y venados del lugar, el eco que producen las moles graníticas del páramo, la espesa neblina y el aire escaso debido a la altura, fueron suficientes para obnubilar a la pareja de españoles que creían ver al demonio por todas partes. 

Tomado del libro Aspectos Históricos del Municipio Pueblo Llano, estado Mérida. Tomo IV.

Rafael Ramon Santiago.

Cronista Oficial del Municipio Pueblo Llano.

jueves, 2 de junio de 2022

MITOS Y LEYENDAS DEL PARAMO MERIDEÑO

 



 Mitos y Leyendas del páramo merideño. 

Introducción. 

 

 

La empresa española de la conquista de América, a juicio de Fernando Savater, estuvo animada por un conjunto de elementos que eran fundamentales en la mentalidad del hombre del Medioevo: el intransigente propósito de propagar la fe católica, el entusiasmo por localizar físicamente el Jardín del Edén, tomar vasallos para la Corona y el deseo caballeresco de ganar gloria, admiración, respeto y reconocimiento. A todo lo anterior se sumaba el ansia de lucro, el deseo de viajar y descubrir mundos nuevos, la curiosidad por lo desconocido, el individualismo emprendedor y a menudo depredador.

Las riquezas que consiguieron en el Nuevo Mundo debido a la superioridad de sus armas frente a las de los nativos lograron en corto tiempo hacer realidad los sueños de algunos de los hombres que se lanzaron a la aventura. Otros, quizás la mayoría, dejaron sus vidas en esa búsqueda infructuosa después de haber quedado sumidos en la miseria, el hambre y la desesperanza.

Esa mentalidad del europeo del siglo XV estaba preñada de deseos por conseguir bienestar, riqueza y salud sin ningún esfuerzo, albergada en mitos y leyendas que pasaban de unos pueblos a otros y de generación en generación.

Así tenemos que la denominada Edad de Oro era la concepción de una época de bonanza, ingenuidad, inocencia, desprendimiento, fraternidad y solidaridad a ultranza, en medio de la abundancia, del poco esfuerzo, de la convivencia pura, sin intereses personales o materiales en el seno de una naturaleza exuberante, donde todo estaba al alcance del hombre para su disfrute y beneficio. Esta Edad de Oro se contraponía a la Edad de Hierro, durante la cual el hombre, según el poeta Hesíodo, vivía en medio de trabajo, amarguras y sinsabores que les mandaban los dioses como castigo. El mito resucitaba en cada época de acuerdo a las circunstancias, así vemos que aparece en Ovidio, luego en Juan de Meun, Fray Antonio de Guevara y en el mismo Miguel de Cervantes Saavedra. Mito que se fusiona con el Edén de la Biblia y la eterna juventud, culminando con el surgimiento de la Utopía de Tomás Moro.

            Sumada a la anterior, estaba otra creencia, la de las amazonas, que se remonta a una leyenda griega, según la cual, en la región bárbara del río Termodonte, en Leucosiria, en las orillas meridionales del mar Negro, vivía una tribu de mujeres gobernada por una reina. Tenían a los hombres por poco tiempo, sólo para reproducirse y se cortaban un seno para facilitar el mejor uso del arco. Los conquistadores españoles, segados por sus ambiciones y deseos sexuales, reportaban la presencia de amazonas en distintos lugares de América; prácticamente por donde quiera que pasaban.

De igual forma, el mito del dorado tiene lejanos antecedentes en la cultura europea. En efecto, los incansables buscadores del Vellocino de Oro, los secretos de la alquimia para producir el codiciado metal aurífero, la búsqueda obsesiva de la piedra filosofal, así como los traicioneros poderes mágicos del rey Midas, son, a su manera, variaciones de un imaginario ancestral que llegaron al Nuevo Mundo como antecedentes remotos de nuestro americano mito de El Dorado.

 Enrique Viloria Vera, en el libro El Imaginario del Conquistador Español hace un recorrido por la Edad Media y el Renacimiento con el objeto de recabar elementos para definir el perfil del europeo que llegó a América a comienzos de la conquista, concluyendo que construyó, a partir del mundo real desconocido, un mundo imaginario impregnado con todas las fábulas que arrastraba consigo.

Es difícil distinguir entre los mitos y leyendas que trajeron los conquistadores y aquellos que eran propios de nuestros naturales. Pues, con el transcurrir del tiempo, los primeros se adaptaron al nuevo contexto de las tierras conquistadas y los segundos se fusionaron con los primeros, se mantuvieron en secreto o desaparecieron por completo.

            Por su parte, Julio César Salas en el libro Tierra Firme, expone. En muchos “…mitos que se formaron a raíz del descubrimiento, no tuvieron los aborígenes la menor parte, pues en tales fábulas claramente se perciben vestigios o reminiscencias de la mitología greco-latina, que aún influía en la mentalidad europea, y en especial en el cerebro de los españoles, pueblo que por raigambre árabe y oriental es aficionado a lo fantástico y maravilloso…” .

Cualquier práctica o manifestación desconocida que observaban en los naturales o suceso extraño e inexplicable que les ocurría en su recorrido por tierras exóticas, generalmente eran asociadas con la presencia del demonio. Razón por la cual, la mayoría de mitos, leyendas y creencias que lograron permanecer con el transcurso del tiempo en algunos lugares de América son en la mayoría de raíces europeas, adaptadas al contexto de cada región conquistada e impregnadas con algunas creencias de los naturales que a pesar de las constantes prohibiciones lograron mantener con gran celo.

Los mitos y leyendas presentados en este trabajo fueron recogidos, la mayoría de ellos, en el municipio Pueblo Llano, estado Mérida, Venezuela y en sus alrededores, pero muchos son conocidos en gran parte de Venezuela y América como indicaremos en su momento. Están escritos con el propósito de comunicar a las generaciones presentes y futuras, insertadas en un mundo globalizado, la mentalidad, los temores, las creencias y las acciones de las generaciones que nos precedieron.

Tomado de nuestro libro Aspectos Históricos del Municipio Pueblo Llano, Estado Mérida. Tomo IV.

Rafael Ramon Santiago

Cronista Oficial del Municipio Pueblo Llano.


jueves, 28 de abril de 2022

Personajes de Pueblo Llano

 


                                                Rafael Antonio Molina Rondón.


 

El geógrafo Rafael Antonio Molina Rondón nació en Pueblo Llano el 15 de septiembre de 1960, hijo del señor Sixto Molina y la señora Isidora Rondón. Fue un luchador incansable, un revolucionario a tiempo completo; desde muy joven comenzó a militar en el ala izquierda de la política nacional; fue miembro de los Comités de Luchas Populares (CLP), partido en la clandestinidad para aquella época; en varias oportunidades lo vimos distribuyendo el órgano divulgativo de esa organización denominado ¿Qué Hacer? y conquistando prosélitos para su causa a través del diálogo y la convicción de sus argumentos.

Fue miembro muy activo de la Asociación de estudiantes y trabajadores pueblollaneros residentes en la ciudad de Mérida y un destacado líder estudiantil y vecinal, cofundador del partido político estadal Unidad Vecinal Independiente (UVI).

En la Universidad de Los Andes libró grandes luchas por las reivindicaciones estudiantiles, obteniendo posteriormente el título de Geógrafo. Participó en las elecciones de 1998 y fue elegido diputado a la Asamblea Legislativa del estado Mérida, ejerciendo un alto desempeño en la Comisión de Medio Ambiente de la mencionada corporación.

En varias oportunidades ofreció su nombre, sus ideas y su disposición a través de la lista de candidatos de izquierda para las elecciones regionales con el noble propósito de continuar trabajando desinteresadamente al lado de los humildes, en búsqueda de las múltiples demandas que siempre les fueron negadas.

Rafael Antonio murió en la ciudad de Mérida, como consecuencia de un infarto fulminante, el 15 de mayo de 2010.

Rafael Ramón Santiago

Cronista Oficial del Municipio Pueblo Llano

miércoles, 16 de marzo de 2022

Manifestaciones Colectivas

 

La quiebra de la olla.

 

 Las actuales fiestas de carnaval tienen origen remoto,  algunos estudiosos la ubican en las celebraciones griegas en honor al dios Dionisio, que mas tarde fueron asumidas por los romanos al venerar a Baco, dios del vino. Posteriormente, el cristianismo buscó combatir el desenfreno típico de estas festividades carnestolendas asociándolas a los  días previos a la Cuaresma. Con el transcurrir del tiempo, las celebraciones se fueron realizando por toda Europa hasta llegar a América, a través de España.

En Pueblo Llano, al igual que en otras comunidades andinas, donde algunas costumbres españolas traídas por los conquistadores se mantuvieron intactas durante siglos, se celebraban con mucho entusiasmo estas fiestas, por lo menos hasta comienzos del siglo XX. Aunque es necesario acotar que las mismas no se conocían exactamente con el nombre de carnaval, pues aquí se le denominaba “la quiebra de la olla”, además había dos momentos para su realización, antes de comenzar la Cuaresma y después de Semana Santa.

La fiesta en cuestión consistía en lo siguiente: en los días que precedían al miércoles de ceniza, era costumbre celebrar en algunas viviendas, especialmente en los campos, grandes bailes y comilonas. El motivo de la misma era para darle rienda suelta a los placeres mundanos antes de entrar en una etapa de sumo recogimiento donde las prohibiciones que imponía la Iglesia eran muy estrictas.

Así, en la época de cuaresma estaba prohibido comer carne, realizar fiestas, tener relaciones sexuales, pisar fuerte, cortar leña, entre otras. Se comentaba que, por esos días el demonio estaba suelto y era fácil ser tentado por él, por lo que había que andar con mucha precaución. También eran los días en que, según la creencia popular, aparecían las ánimas en pena como la Llorona, la Sayona y otros seres que hubiesen dejado una deuda pendiente antes de morir. Pero, las restricciones se acentuaban mucho más con la llegada de la Semana Santa, pues, además de las anteriores, también se prohibía bañarse en un río por la creencia de poder transformarse en pez. En estos días tampoco se solía pisar fuerte, discutir acaloradamente, golpear, trabajar, escupir en el suelo, etc., porque, con estas actitudes, decían, se estaba ofendiendo al Señor quien padecía el martirio de la crucifixión.

Al culminar la Semana Santa se eliminaban todas las restricciones anteriores, y para celebrar este acontecimiento se volvía a realizar los bailes y las comilonas mencionadas. Entre las comidas preferidas para el momento estaba el curruchete, el cual era preparado en una olla de barro o arcilla, utensilio muy común en aquella época.

Cuando la gente estaba muy animada por los efectos del alcohol, las riñas no se hacían esperar, los golpes iban y venían y la olla del banquete volaba por los aires partiéndose luego en mil pedazos. Quizás esta fue la causa que dio origen al nombre de tan pintoresca celebración denominada la “quiebra de la olla”.

Como ya se indicó, esta última fiesta marcaba también el final de las abstinencias impuestas, entre las que estaban incluidas las relaciones sexuales, acto que se podía realizar a partir de esa fecha con toda normalidad, sin caer en el pecado.

Con el transcurso del tiempo, estas celebraciones que generalmente terminaban en riñas y enemistades se fueron eliminando, solo quedó en la mente de la gente el recuerdo picaresco de “quebrar la olla” como el hecho de romper la abstinencia sexual mantenida durante más de cuarenta días.

Rafael Ramón Santiago.

Cronista Oficial del Municipio Pueblo Llano.