La cierva mágica.
Los miedos, creencias y la manera de
interpretar la realidad por parte del conquistador europeo se pueden apreciar
en el siguiente relato referido por los primeros españoles que deambularon por
nuestros páramos merideños, es parte de esa fantasía a la que se refería Julio
César Salar y que dejó maravillosamente reseñado Fray Pedro de Aguado en su
libro Recopilación Historial de Venezuela,
Tomo II.
Escribe Aguado al respecto: …En el páramo de este valle de Santo Domingo (actual
Municipio Cardenal Quintero, estado Mérida)
sucedió una cosa muy de notar, y por parecerme tal la quise escribir aquí. Dos
soldados, hombres de bien y de fe y crédito, llamados Juan del Rincón y Juan de
Maya, subieron a lo alto del páramo a cazar o matar venados con los arcabuces,
donde después de algo cansados del camino que habían llevado, se les puso
delante una cierva a tiro de arcabuz, y aun a tiro de ballesta, y tan cerca que
claramente vían (sic) dar las pelotas
en ella, y aunque le dieron muchos arcabuzazos, no sólo no la mataron pero ni
aun parecía haberle herido, antes por momentos se les hacía invisible y
visible, donde los soldados vinieron a conjeturar no ser aquella cierva, sino
algún maligno espíritu que transformado en la figura de aquel animal, se les
había puesto delante; y estando ellos en esta confusión y consideración oyeron
dar grandes voces desde lo alto de un cerro que cerca de sí tenían, que en
lengua española o castellana llamaban a estos dos soldados por sus nombres, y
cobrando doblado espanto de oír las voces desde un lugar que era imposible
entonces haber subido españoles a él, dejaron la caza y espantados y admirados
de lo que habían visto y oído se volvieron a donde su capitán estaba alojado y
procuraron inquirir y saber si aquel día había algún español andando de aquella
parte donde habían oído las voces, pero ningún rastro de ellos hallaron, lo que
de todo punto les hizo creer andar algún espíritu maligno por aquellos páramos
y desiertos…”.
La
agilidad de los ciervos y venados del lugar, el eco que producen las moles
graníticas del páramo, la espesa neblina y el aire escaso debido a la altura,
fueron suficientes para obnubilar a la pareja de españoles que creían ver al
demonio por todas partes.
Tomado del libro Aspectos Históricos del Municipio Pueblo Llano, estado Mérida. Tomo IV.
Rafael Ramon Santiago.
Cronista Oficial del Municipio Pueblo Llano.
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