Foto de Rafael Santiago (Alias Mupatero)
Un cementerio es el lugar donde se depositan
los restos mortales de los difuntos. Dependiendo de la cultura del lugar, los
cuerpos pueden introducirse en ataúdes, féretros o sarcófagos, o simplemente
envolverse en telas, para poder ser enterrados bajo tierra, depositados en
nichos, mausoleos u otro tipo de sepulturas.
La palabra cementerio viene del término griego koimetérion,
que significa dormitorio porque, según las creencias cristianas, en este lugar,
los cuerpos permanecían dormidos hasta el día de la resurrección. A los
cementerios cristianos se les llama también camposantos.
Usualmente, los cementerios son comunitarios,
es decir, en dicho lugar se encuentran las tumbas de los miembros de la
comunidad, sin llegar a ser tumbas colectivas, pues cada difunto tiene su
propio espacio determinado aunque, por decisión familiar, también pueden
enterrarse varios familiares en el mismo lugar.
Prácticamente desde comienzos de nuestra era,
se hizo costumbre sepultar a los cristianos en las iglesias; comenzando con los
santos, luego las autoridades eclesiásticas hasta alcanzar el cristiano común y
corriente. Cuando el espacio se hacía insuficiente se sepultaban en terrenos
aledaños.
Obviamente esta tradición fue traída por los
europeos a América; en lo que respecta a esta zona de los Andes, encontramos
documentación referida a la Visita de Diego de Meller y Sotomayor en 1557 a la
doctrina de Santo Domingo donde hace referencia de algunos indígenas que
murieron y fueron enterrados en la iglesia del El Esfafiche (pueblo de muy poca
duración, fundado con los indígenas de Pueblo Llano, Las Piedras, Aracay y
Santo Domingo en 1619). Esta práctica se continuó a lo largo de la Colonia
hasta comienzos de la época Republicana, a pesar de que el 04 de junio de 1787
el Rey Carlos III, emite una Real Cédula ...prohibiendo la realización de
entierros en el interior de las iglesias; mandando se construyan
cementerios fuera de los centros poblados...se harán los
cimenterios(sic) fuera de las poblaciones, siempre que no hubiere dificultad
invencible ó grandes anchuras dentro de ellas, en sitios ventilados é
inmediatos á las Parroquias, y distantes de las casas de los vecinos... Con esta disposición a la mano el
Obispo de Mérida de Maracaibo emite un Edicto el 14 de septiembre de 1789 para
hacerla cumplir. Pero, como era usual en aquella época, los mandatos reales
tardaban mucho tiempo en hacerse efectivos, sobre todo con costumbres tan
arraigadas como estas de enterrar a los deudos en las iglesias.
Es sólo a comienzos del siglo XIX cuando se
empiezan a construir los cementerios en esta parte del país. Con esta
disposición hubo necesidad de dejar las antiguas iglesias como cementerios y
construir nuevas en otros lugares, como el caso de la iglesia de Santo Domingo.
Algo similar ocurrió en Pueblo Llano, al parecer,
mientras remodelaban la iglesia o construían una nueva, las misas y demás
celebraciones se realizaban en la capilla de La Chiquinquirá o “el Cerrito”, meseta
donde actualmente se encuentra el cementerio. Posiblemente, los trabajos se
prolongaron por varios años y a los muertos los enterraban en esta capilla y
sus alrededores, al estar lista la iglesia, dicha capilla se dejó como cementerio.
Es necesario acotar que la antigua costumbre
de enterrar a las personas en la iglesia no fue extinguida por completo, pues
en Pueblo Llano, continuaron enterrándose cadáveres en la iglesia, en esta
oportunidad, únicamente de personas notables de la sociedad pueblollanera, así
tenemos el caso del entierro de Petronila González, hija de Manuel González
(uno de los hombres más ricos en el Pueblo Llano del siglo XIX), viuda de Pedro
José Hernández Bello, el párroco Francisco Higuera escribió en la partida de
defunción: …su cuerpo está colocado en
una bóveda que su finado padre hizo en la pared de la misma iglesia por fuera
del pavimento de que certifico…Pueblo Llano 11 de enero de 1907.
Con el correr del tiempo, sólo se permitió
sepultar a los sacerdotes fallecidos en el Municipio, así tenemos que en 1894
sepultaron en la iglesia a Rito Vicente Coronado, en 1900 a Pedro María Luchini,
en 1929 a Enrique Colmenares, aunque había muerto en la Mesa de Esnujaque, en
1936 a Narciso Carrero Angola y más recientemente, en 1990, a Emilio Antonio
Ramírez Montoya.
La referencia escrita más antigua que hemos
encontrado sobre el cementerio de Pueblo Llano es la que aparece en el
presupuesto del Distrito Pueblo Llano de 1865 donde se destinan ocho pesos para
el ...cementerio de este Distrito.... Para 1869, en una
compraventa de un terreno se habla de un cementerio y más tarde Monseñor
Jáuregui Moreno al referirse a los edificios públicos del municipio dice que
hay ...un cementerio cercado de paredes, valuado en doscientos
cuarenta venezolanos....
El Cementerio anterior fue ampliado en 1941,
para tal efecto la Junta Comunal adquirió un terreno aledaño que estaba situado
en su parte Norte. Medía este terreno (el adquirido) 250,55 metros lineales:
por el Este: 62 metros con 27 centímetros, por el Oeste 77,78 metros; por el
Sur 63 metros y por el Norte 47,50 metros; fue bendecido por el presbítero
Manuel Barillas.
Con esta ampliación, en 1948 se decidió
cercarlo completamente de tapia y abrir una nueva puerta que quedara más o
menos en la mitad de la pared frontal del terreno, además se construyó una
capilla para velar a los difuntos y un depósito para guardar las herramientas.
La tapiadura en cuestión se hizo a través de cayapas y convites
liderados por tres hombres representativos del pueblo en aquella época como lo
fueron Balbino Paredes, Pedro Aquilino Santiago y Victoriano Paredes, y por
supuesto las autoridades de la Junta Comunal. Se le entregó la administración
del mismo al señor Amador Tapia quien desempeñaba el cargo ad honores. De igual
forma, la limpieza o desyerbe del lugar se efectuaba a través de cayapas una
vez al año, antes del día de difuntos. Hacían sonar una lata de zinc durante
todo el día en lo alto de la meseta para recordar a los deudos que tenías que
subir a realizar su trabajo. En horas de la tarde de aquel día, primero de
noviembre, prendían una fogata con la basura recolectada y celebraban la faena
con libaciones de aguardiente y fuertes gritos hasta altas horas de la noche.
Entre los túmulos más viejos que hemos
encontrado está el de Juan de la Trinidad Valero, quien murió en 25 de marzo de
1901, es una especie de urna construida de concreto o mármol, lo erigió su hijo
Crescencio Valero. Hay otro de un tamaño mayor con forma de capilla, pero tiene
borradas las letras que lo identifican, se presume que perteneció a la familia
de José de la Trinidad Paredes Santiago, importante caudillo pueblollanero.
Para la década de los años ochenta del siglo
XX, la capacidad del cementerio era insuficiente, fue necesaria una nueva
ampliación y para tal efecto, la Junta Comunal adquirió otro terreno adyacente,
propiedad del señor Ramón Paredes.
En 1992, durante el período de gobierno del
primer alcalde, señor Pulio César Paredes, se comienza a hacer los movimientos
de tierra para la nivelación. A esta nueva ampliación se le ha denominado
cementerio nuevo.
Mientras se hacían las nivelaciones referidas
se encontraron cadáveres de algunas personas enterradas fuera del cementerio
viejo, se presume que habían muerto de viruela o lepra, y según la creencia de
la época, debían ser enterradas fuera del cementerio para evitar los contagios.
Es de hacer notar que desde aquel año 1992 hasta la fecha de escribir esta nota
(2014), es decir 22 años, no se ha culminado la nueva ampliación del
cementerio, pero sin embargo allí se comenzó a sepultar cadáveres.
Como dato curioso, tenemos que hacer
referencia que el primer cadáver enterrado en el cementerio nuevo, según nos lo
comentó el administrador del mismo señor Macario Santiago, fue el de Rosaura
González fallecida el 30 de octubre de 1995.
Para finalizar, queremos acotar que por
informaciones orales de personas mayores se comentaba que en el sitio
denominado La Horca había un cementerio. En efecto, en este lugar se han
encontrado algunos restos humanos acompañados de ídolos y otros objetos
utilitarios; en realidad de lo que se trata es de un antiguo asentamiento
indígena de la familia de los indios Chinoes que poblaron esta parte de la
cordillera. Lamentablemente, el saqueo de los vestigios se realizó en
diferentes épocas y posiblemente es muy poco lo que pueda haber quedado. A
pesar de que se hicieron las gestiones en diferentes oportunidades, no se ha
contado con el apoyo de las autoridades competentes para hacer un estudio arqueológico
que pudiese arrojar suficiente información sobre las formas de vida de nuestros
antepasados.
Rafael Ramón Santiago
Cronista Oficial del Municipio
Pueblo Llano