Pedro García Ortiz
En abril de 1903, el general Nicolás Rolando,
con un ejército de 3.000 hombres, amenaza con un asalto a Caracas y Castro
comisiona una vez más a Gómez para que enfrente la nueva embestida
revolucionaria; el 11 de dicho mes chocan los ejércitos de Rolando y Gómez en
El Guapo, en un combate que dura 3 días y que termina con la derrota de
Rolando, quien se retira a Guayana con las tropas que salva del desastre.
Apenas vencido Rolando, se anuncia un nuevo desembarco del general Manuel Antonio
Matos en tierras de Falcón y la reactivación de la lucha revolucionaria en el
occidente, principalmente en los estados Falcón y Lara. Una vez más, Juan
Vicente Gómez es el designado para comandar los ejércitos que van a enfrentarse
a las tropas de los generales Riera, Peñaloza, Montilla y Solagnie. Con la toma
de Barquisimeto, el 23 de mayo de 1903, en la que participa al lado de Gómez,
en forma decisiva, el general Rafael González Pacheco, y con el combate de
Matapalo, ocurrido el 3 de junio, se liquida definitivamente la fortaleza
revolucionaria del occidente y los jefes principales del movimiento libertador
vuelven al exilio. Castro, en telegrama del 6 de junio dirigido a Coro, le dice
a Gómez: «...Felicito al vencedor en todas partes, predestinado para ser el Pacificador
de Venezuela...» Gómez regresa a Caracas y con el carácter de delegado nacional
y jefe expedicionario sobre el Oriente de la República, se embarca en La
Guaira, el 27 de junio, comandando un ejército de 2.000 hombres, en tres buques
de la Armada. El 5 de julio empieza a navegar por el Orinoco y el 11 desembarca
en Santa Ana con el propósito de tomar a Ciudad Bolívar, en donde se encuentra
atrincherado Nicolás Rolando con un nuevo ejército que había logrado formar
bajo su exclusiva dirección, cuando la revolución ya está liquidada en el resto
del país. El combate empezó el 19, y el 21 de julio, después de 50 horas de
lucha, se rindió el ejército de Rolando. Era el fin de las guerras civiles en Venezuela.
De las peripecias en aquella guerra de
Oriente comentaba don Pedro García Ortiz. Hablaba de los lugares donde
estuvieron, entre ellos Aragua de Barcelona, El Sombrero, Cariaco, recordaba
con tristeza los momentos en que no podían resistir la sed, tomaron agua de un
pozo estancado y a las pocas horas su hermano Eduardo García comenzó a sentir
fuertes dolores de estómago y al día siguiente amaneció muerto, lo enterraron
en un ranchito con todo y cobija. Los hacían cavar trincheras para cubrirse de
los disparos del enemigo y mientras cavaban comentaban: “en estos mismos huecos
nos irán a enterrar”.
Después de triunfar en Ciudad Bolívar
regresaron a Caracas, allí los alinearon, los pusieron firmes y les dijeron:
¡se acabó la guerra!, ahora viene la paz, pueden irse a sus casas y quedan con
la obligación para cuando los volvamos a necesitar.
Dos meses tardaron los soldados andinos en su
viaje de regreso, atravesaron selvas, llanos y páramos, aguantando hambre y
sed, por cada caserío o pueblo donde pasaban les cerraban las puertas o la
gente salía corriendo asustados, no sabían si eran revolucionarios o de la
tropa del gobierno. Solo era un grupo de hombres que querían regresar a sus
cumbres después de ganar una batalla de cuyas causas sabían muy poco, estaban
contentos de haber quedado vivos y eso era lo que los motivaban para continuar
adelante. El hambre y la sed la saciaban con algunas frutas del camino. Al
llegar a Valera fue que se dieron cuenta que habían quedado solo siete personas
de Pueblo Llano, el resto murió o decidió no regresar. La última jornada la
cubrieron a prisa, deseosos de encontrarse con sus familiares y vecinos. El
pueblo entero los recibió como héroes, no los dejaban descansar para que les
relataran sus anécdotas.
Años después, para las fiestas de año nuevo o
en ocasiones especiales, don Pedro aún lucía con orgullo el uniforme con el que
peleó en la guerra de Oriente en 1903 bajo las órdenes del General Gómez.
Don Pedro García Ortiz era hijo de Santiago
García y María del Rosario Ortiz Rondón, fue bautizado en la iglesia de Pueblo
Llano el 31 de enero de 1875.
Era un hombre polifacético, fue de los
primeros constructores de casas de tapia en el pueblo, le fabricó el molino
para procesar trigo a Balbino Paredes y era muy buen carpintero, hacía barriles
para enfuertar chicha y echar miche (aguardiente), era el que le fabricaba los barriles a los
Paredes quienes tenían un alambique. También se le recuerda por haber
construido la figura en madera de Mapolión Linares, ídolo principal de
la Locaina del Niño Jesús.
En1913 fue nombrado presidente de la Junta
Comunal. Como albañil y carpintero que era y después de haber visto la parte
urbana de muchos pueblos cuando viajó a la guerra, le preocupaba el desorden
con que crecía su pueblo; estaba la calle principal o calle real y otra calle mal
trazada llamada la calle del medio o
calle de los Uzcátegui que no reunía las medidas correspondientes de lo que
debía ser una manzana según la cuadrícula española. Los antiguos miembros de
las Junta Comunal, en varias oportunidades habían tratado el tema, incluso ya
les tenían nombre a las calles (transversales) que se irían a formar, pero
nunca terminaban de tomar una decisión para abril la calle nueva o la otra
calle como se le llamaba, porque muchas personas influyentes o los
tradicionales caudillos ya habían cercado sus solares y no permitían que se los
dividieran con una nueva calle. Entonces, don Pedro García, con la autoridad
que tenía como presidente de la Junta decidió comenzar a tumbar cimientos de
piedras y con una yunta de bueyes trazó surcos y colocó estacas para señalar la
nueva calle. Como era de esperarse, los “dueños” de los solares protestaron
ante el Prefecto, éste le pidió a don Pedro que se presentara inmediatamente a
su despacho pero no acató la orden, después fue denunciado ante el Juez del
municipio pero hizo caso omiso al llamado de atención. Finalmente, fue acusado
antes las autoridades de Timotes y allí fue llevado preso para que respondiera
por sus actos. Con la Cartilla de adjudicación de los resguardos en la mano
justificó que aquellos terrenos eran área del pueblo dejada en los
repartimientos de los resguardos de la comunidad indígena en 1889 y que la
Junta Comunal en varias oportunidades había tomado la decisión de construir la
nueva calle; se justificó diciendo que él solamente estaba ejecutando la
decisión tomada. El tiempo transcurrió, los ánimos se calmaron y la calle se
construyó amplia y derecha, tal y como la había trazado. Hoy lleva el glorioso
nombre del Mariscal Antonio José de Sucre, nativo de Oriente, donde estuvo
peleando Pedro García.
Don Pedro casó con Ana Gracia Osuna y fueron
los padres de Onofre, Roque, Amadeo, Napoleón, Hormidas y Lubín, la mayoría de
ellos heredaron de su padre los oficios de albañil y carpintero. Murió don
Pedro en 1964, a la edad de 89 años.
Rafael Ramón Santiago
Cronista Oficial del Municipio
Pueblo Llano
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