Juegos Tradicionales (Tercera parte).
El Carreto. Se trataba de un juguete, lo interesante del mismo era que el niño
lo podía construir con sus propios medios de la siguiente manera: se tomaba un
carrete donde venía enrollado el hilo de coser marca Elefante, se le hacían
unos cortes en los lados cilíndricos a manera de orugas, se introducía en su
orificio un caucho (tripa de la llanta de un vehículo) alargado y doblado, en
un extremo se le colocaba un palito de madera y en el otro un cabo de vela y
otro palo más corto. Al darle varias vueltas al palo mayor y debido a la
torsión del caucho, al colocar el objeto en el piso comenzaba a moverse en
forma autónoma. Era en realidad muy emocionante, el juguete parecía una maquina
construyendo carreteras, despertaba la
creatividad de los niños.
Carros de lata de
sardina. Al igual que el anterior, era un
juguete de construcción casera, aunque más sencillo. Se agarraba una lata de
forma de paralelepípedo, ancha, donde venían las sardinas, se abría por uno de
los lados, se le colocaban las ruedas con tapas o chapas de refresco, se le
colocaba una cabuya para halarla y se llenaba de tierra o arena y así quedaba
convertida en un “camión”. Eran muchas las horas que pasaban los niños
entretenidos con este juguete.
Salto de Carnero. En este juego varios
niños se colocan en fila, a una cierta distancia, se inclinan para que otro,
tomara impulso y saltara sobre cada uno de ellos, si no lograba hacerlo se
declara perdedor y otro seguiría en el intento hasta que quedaba un solo
ganador.
Policías y
Ladrones. Era un juego que se practicaba
con mucha frecuencia, particularmente por los alrededores de la plaza Bolívar.
Se comenzaba asignando los roles, a unos le correspondía ser policías y a otros
ladrones, generalmente para el rol de policías escogían a los más altos y
fornidos. Los ladrones se dispersaban y los policías tenían que salir a
buscarlos y traerlos al calabozo que era un lugar que se improvisaba en
cualquier lado. El juego concluía cuando todos los ladrones estaban en la
cárcel. A veces apresaban a algunos niños que no estaban participando en el
juego, quien iban camino a la bodega a hacer un mandado, entonces, los padres
asustados porque no habían llegado tenían que ir al “calabozo” a rescatarlos.
El gato y el ratón. También es un juego muy conocido, los niños forman una rueda,
dentro de ella estaba el ratón y afuera queda el gato. El gato preguntaba por
ratón Pérez y los de afuera autorizan para que entrara a buscarlo. El ratón
salía de la rueda corriendo y comenzaba la cacería, si lograba atraparlo los
niños gritaban: ¡ese gato sí sirvió!, ¡ese gato sí sirvió!, caso contrario:
¡ese gato no sirvió!, ¡ese gato no sirvió!
Chinchorrearse. Se seleccionaba un árbol frondoso y de una de sus ramas se
colgaba un mecate de los dos extremos, se enganchaba un saco a manera de cojín
donde el niño o la niña se sentaba para balancearse en la medida que otro lo
empujaba. Era un columpio de fabricación casera.
Gallina ciega. A un niño o niña se le vendaban los ojos con un pañuelo y debía
tocar a unos de los demás que hacían rueda a su alrededor, el que era
sorprendido tenía que hacer el papel de gallina ciega.
Escondite o las
cuarenta matas. Se seleccionaba a un niño
que contara hasta el número cuarenta mientras los demás se escondían, tenía que
encontrarlos a todos, pero el primer descubierto le correspondía contar las
cuarenta matas. Participaban niños y niñas.
A la víbora de la mar. Es un juego muy conocido y las maestras de
entonces nos enseñaban a jugar en los recesos, se cantaba: “a la víbora de la
mar por aquí podrá pasar, el de adelante corre mucho y el de atrás se quedará”,
luego seguían otros versos que no recuerdo y
como tampoco recuerdo los pormenores del juego decidí acudir
a https://es.wikipedia.org/wiki/La_víbora_de_la_mar_(juego). El
juego …consiste en formar una fila de niños uno
tras otro tomándose de la cintura o de un extremo de la camisa. Esta hilera comienza
a desfilar pasando bajo los brazos extendidos hacia arriba de dos niños que
están tomados de la mano y viéndose de frente, como si fuese un arco. Un niño
es Sandía y el otro es Melón (en
nuestro caso se preguntaba ¿melón o pera?).
Todos los niños comienzan a cantar los versos y, a la vez, los niños que
conforman la fila empiezan a correr (sin separarse) para pasar varias veces
bajo los brazos de los dos niños que actúan como arco, los que se separen
saldrán del juego.
Si al pasar por debajo de los brazos,
alguno de los niños que desfila es sorprendido por el último verso de la
canción, los niños con los brazos extendidos hacia arriba, los bajan capturando
a quien pase en ese momento.
A esto los niños que forman el arco le
preguntan: "¿Con quién te quedas, con Melón o con Sandía?".
Dependiendo de la elección, el chico debe colocarse detrás de la fila, ya sea
de "melón" o de "sandía", formando así otro arco por donde
todos deben pasar.
Cuando ya todos los niños que
conformaban la fila han quedado repartidos, entre "melón" o
"sandía", las filas resultantes deberán competir utilizando una
cuerda con un pañuelo amarrado a la mitad. Las filas jalarán la cuerda a fin de
ganarle al otro equipo...
Matarile-rile-ron. Nuevamente recordamos a las
maestras de nuestra primaria con este juego, mas no los pormenores del mismo,
por lo tanto recurrimos nuevamente a internet para que nos dé una mano para
salir de estos apuros hoy.com.do/y-qu-nombre-le-pondremos-matarile-rile-rile/
. …El juego se iniciaba con el avance
de una fila hacia la otra cantando: “ambos a dos, matarile-rile-rile, ambos a
dos, matarile-rile-ron. Luego la segunda fila marchaba hacia la otra
preguntando: ¿Qué quiere usted?, matarile-rile-rile, ¿qué quiere usted?,
matarile-rile-ron, y la interpelada respondía: ¡yo quiero un paje,
matarile-rile-rile, yo un quiero un paje, matarile-rile-ron!; y el diálogo
dinámico continuaba alternativamente: ¿Cuál paje quiere usted
matarile-rile-rile, cual paje quiere usted, matarile-rile-ron?, yo quiero a
fulanita, matarile-rile-rile, yo quiero a fulanita, matarile-rile-ron. ¿Y qué
nombre le pondremos, matarile-rile-rile; y qué nombre le pondremos,
matarile-rile-ron?; le pondremos Anacleta, matarile-rile-rile, le pondremos
Anacleta, matarile-rile-ron. Ese nombre no conviene matarile-rile-rile, ese
nombre no conviene, matarile-rile-ron. Le pondremos Princesita,
matarile-rile-rile, le pondremos Princesita, matarile-rile-ron. Ese nombre sí
conviene, matarile-rile-rile, ese nombre sí conviene, matarile-rile-ron. Finalmente
la primera ronda del juego concluía: ¡Aquí tiene usted su paje,
matarile-rile-rile, aquí tiene usted su paje, matarile-rile-ron! ...
Juegos de niñas. Las niñas de la época que venimos refiriendo eran muy sometidas,
desde pequeñas tenían que ayudar en las labores del hogar y sus juegos eran muy
restringidos, solo recordamos los siguientes:
Muñecas de trapo. Las fabricaban algunas madres con ropa vieja, generalmente eran
muy rudimentarias, pero las niñas se iniciaban en el amor materno con estos
juguetes.
Vacas y becerros. Las construían utilizando zapallos tiernos, con varios palitos
le hacía patas, cachos y rabo, era una actividad donde también participaban los
niños.
Colores. Podemos decir que era un juego particularmente para niñas, o por
lo menos eso fue lo que observábamos. Se practicaba cuando se estaba
desarrollando la faena del desgranado del maíz, actividad muy común en aquella
época cuando todavía no había llegado la harina pre-cocida. Como había muchas
variedades de maíz que se cosechaban simultáneamente, a falta de la selección
de los granos, daba como resultado mazorcas de diferentes colores: blanco,
amarillo, rosado y violeta oscuro. El juego consistía en lo siguiente, la niña
tomaba de su falda, donde acarreaba los granos, un puñado de ellos y los
lanzaba al aire y con el reverso de la mano recibía los pocos que podían caer
en ella, los demás volvían a la falda. Si una niña apostaba a agarrar granos
amarillos, por ejemplo, tomaba los de ese color que había caído en la mano y
los juntaba aparte, luego le tocaba el turno a otra niña que había seleccionado
otro color y así sucesivamente. Después del número de lanzadas acordado se contaban
los granos y ganaba quien más hubiese acumulado granos del color seleccionado.
Rafael Ramón Santiago
Cronista Oficial del Municipio Pueblo Llano
El juego de Matarili generalmente se hacía con niñas con ambas filas, como tu dices, salvo que en mi época de niño allá en los recreos de mi viejo grupo escolar Francisco Javier Uztariz en Nirgua, edo Yaracuy,se cantaba con otros versos.....Por ejm. Dode están las llaves, matarili, ri lerón y la otra fila contestaba: En el fondo del mar, matarili ri lerón y luego:Y quien las irá a buscar, matarili ri lerón Luego,será la niña tal............y asi sucesivamente
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