martes, 15 de julio de 2025

EL CABESTRO

 

EL CABESTRO

 

En otro tiempo, en Macedonia la ley condenaba al guerrero a llevar un cabestro si no había dado muerte a algún enemigo”.  

Aristóteles. La Política.

 

En una de las aserciones del diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, se indica que el cabestro es una cuerda que se ata al pescuezo o la cabeza de las caballerías para sujetarlas o para conducirlas caminando. Sobre este objeto, su construcción y usos, nos comentó y describió con paciencia y detalle el señor Hermes de Jesús Santiago Santiago, en el patio de su casa, mientras sus gatos jugueteaban animosamente por allí cerca.

 

Fotografía cortesía de Jorge Luis Paredes Arias.

La fibra a que hace referencia el informante era elaborada con cerdas de animales, manufactura ya en desuso en nuestros días por estos lugares. El primer paso para su construcción, nos dice, es cortar, en época de menguante, las crines de los caballos, mulas y vacas, luego se va escarmenando como si se tratara de lana de oveja, se mezcla y se echa en un saco. Posteriormente, un operario se sienta en una silla y debajo de ella coloca el material formado, toma una punta, la fija en una taraba o tarbita sostenida por otra persona que comienza a darle vueltas y vueltas para obtener un primer hilo. La bola de cerdas es aguantada con los pies del artesano que está sentado para regular la salida de la hebra, además, éste tiene que estar pendiente de que no se corte el proceso, es decir, desenredar y controlar la cantidad de insumo adecuado para la torcedura del mismo. Obtenidos cuatro    ejemplares de igual longitud, sometidos a un procedimiento similar, conformarán el diámetro o grosor del objeto final deseado.

            Este tipo de accesorio era muy utilizado para amarrar, además de las vacas y caballos, cochinos, cabras y ovejas, por ser un material más suave y flexible que los similares elaborados con fique de cocuiza, pues no se destorcía ni se desgasta con facilidad.

Hermes agrega que la superstición no estaba exenta de otras utilidades que se le atribuía a este objeto artesanal, pues había personas que mandaban a fabricarlo con la única finalidad de enlazar o espantar las brujas que llegaban de vez en cuando a posarse en el caballete de las casas con no muy buenas intenciones.

Rafael Ramón Santiago

Cronista oficial del municipio Pueblo Llano

(15/07/25).




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