sábado, 28 de junio de 2025

LAS LLUVIAS DE SAN JUAN BAUTISTA


LAS LLUVIAS DE SAN JUAN BAUTISTA

 

Imagen Cortesía de Marilyn González Rondón

            Nuevamente una onda tropical generada en el océano Atlántico golpea fuertemente a los estados andinos de Venezuela. Las torrenciales lluvias de este 24 de junio de 2025, día que la Iglesia Católica dedicó a la celebración del llamado último profeta, San Juan Bautista, ocasionaron la crecida de lagunas, ríos, quebradas y riachuelos que produjeron grandes pérdidas materiales, zozobra, angustia y nerviosismo en la población ubicada en sus riberas.

            Gracias a la tecnología que nos brinda los celulares pudimos ver al instante cómo se generaban los eventos naturales en las diferentes regiones, particularmente en nuestro páramo merideño: la crecida de los ríos Motatán, Chama y Santo Domingo arrasaban con todo lo que encontraban a su paso, viviendas, sembradíos, vehículos, puentes, árboles, afectando de esta manera la tranquilidad y la ya precaria economía de sus habitantes. Nos obstante, en medio de tanta tribulación, agradecemos a Dios porque, hasta la hora de escribir estas líneas, no se han reportado personas fallecidas o heridas.

            Las crecidas de los ríos y quebradas para San Juan, o para sus días cercanos, ha sido una constante cíclica de toda la vida, aunque ahora se repite con mayor frecuencia debido al cambio climático. Nuestros antepasados indígenas andinos le daban un carácter religioso a este fenómeno, decían que era la manera que tenían sus dioses de reaccionar ante el maltrato que le daban los hombres a la naturaleza. El dios que cuidaba las lagunas y los ríos se enojaba y decidía irse de aquel lugar, ocasionando los desastres conocidos, a este fenómeno lo denominaban “la mudanza del encanto”. Para calmarlo, algunos agüeros subían hasta las cumbres a llevarle chimó y miche como ofrenda, pero a veces esto no era suficiente para contentarlo.

            En el pasado cercano, también escuchábamos de nuestros abuelos mestizos frases como “van a estar bravos los junios” o “estuvieron bravos los junios” refiriéndose al mal estado del tiempo durante los meses de junio y julio. Otros comentaban, “este año vino bravo San Juan”.

            Es muy lamentable los eventos de la naturaleza que hemos presenciado durante este fatídico día, donde el esfuerzo de años para la construcción de una vivienda, para la adquisición de un vehículo, para las siembras de semillas hechas con tanto sacrificio, comprar enseres y demás bienes, se pierden en cuestión de segundos. Por ello nos solidarizamos con todas las familias del país que han sufrido esta tragedia, con las de los tres estados andinos y particularmente para nuestros vecinos de los sectores El Caney, El Limoncito y La Primavera del municipio Cardenal Quintero, del estado Mérida, que han tenido grandes pérdidas materiales al igual que en otras oportunidades. Recordemos que el 22 de mayo de 1990, un derrumbe en El Caney, debido a las fuertes lluvias que saturaron el suelo, acabó con la vida del sacerdote de Pueblo Llano Pbro. Emilio Ramírez Montoya y su chofer José de los Santos Paredes. Trece años y doce días después, el 03 de junio de 2003, ocurrió en el lugar una terrible vaguada donde una enorme roca taponeó la quebrada La Sucia o La Primavera provocando su desbordamiento con el lamentable saldo de la pérdida de varias viviendas y numerosas vidas humanas. Ese mismo día también se desbordaron las quebradas de El Pueblo, en el municipio Pueblo Llano y Santa Filomena, que sirve de límite de éste con el municipio Cardenal Quintero, fuentes de agua que también ocasionaron pérdidas humanas y materiales. Veintidós años y 21 día después, el río Santo Domingo, que creció como nunca, afecta ahora nuevamente a los habitantes de este lugar, particularmente a los habitantes de El Caney, que como se puede apreciar es muy vulnerable a las lluvias.  

            Agradecemos las diferentes muestras de solidaridad de la gente de los pueblos vecinos y de otros sitios para con los afectados, esperamos que las autoridades oficiales brinden el apoyo económico y psicológico urgente para que vuelva la tranquilidad al lugar, que puedan construir sus viviendas nuevamente en lugares menos riesgosos, que adquieran los enseres necesarios y la ayuda crediticia para seguir produciendo.

A nivel general, de igual manera solicitamos la reparación de todos los puentes que se han caído y el despeje de las vías debido a los derrumbes, apremia sacar los productos precederos con urgencia, pues, como es bien sabido, los Andes son la despensa de Venezuela. 

Rafael Ramón Santiago

Cronista Oficial de Pueblo Llano

(24/06/25).

              


 

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