ELEVACION
DEL TEMPLO SANTISIMA TRINIDAD DE PUEBLO LLANO A SANTUARIO DIOCESANO.
El pasado 27 de diciembre de 2022 fue un
día memorable para la feligresía de Pueblo Llano, pues, en un solemne y emotivo
acto se llevó a cabo la elevación del templo Santísima Trinidad de Pueblo Llano
a la categoría de Santuario Diocesano, en el marco de cuatro celebraciones
importantes: los 250 años de la creación de la parroquia eclesiástica o curato,
los 25 años de la reinauguración y consagración del templo y los 20 años de la
llegada de la Orden de Frailes Menores Conventuales a la parroquia. De igual
manera se incluyó la celebración del año jubilar de la creación de la
Arquidiócesis de Mérida, que cumplirá 100 años el próximo 11 de junio de 2023.
Ante
tales acontecimientos, es necesario hacer un rápido recuento de los orígenes de
las celebraciones aludidas.
Con
respecto a los 250 años de la creación de la Parroquia Eclesiástica o Curato,
tenemos que, durante el siglo XVIII se produce la
secularización de las doctrinas y la conversión de templos doctrineros en
iglesias parroquiales, se decreta la extinción jurídica de los pueblos de
indios y su transformación en parroquias de blancos y mestizos.
Tal como lo apunta la doctora
Edda Samudio: “…una
serie de cédulas reales determinaba la fundación de parroquias. En el Nuevo
Reino de Granada, una del 18 de octubre de 1764 determinaba que se
establecieran curatos en cada uno de los pueblos que estaban a más de cuatro
leguas de distancia de la cabecera y que carecían de ese auxilio. No tardaron,
algunas vecindades de los pueblos de indios, en solicitar la elevación de sus
iglesias doctrineras a parroquias, con lo cual dejaban esa condición y
adquirían la jerarquía de parroquia, importante entidad de la administración
eclesiástica...”1.
Para estos cambios no se había determinado el número de feligreses
que debía tener una comunidad para constituirse en parroquia, solo se exigía
que fuera una población estable, ya que este elemento constitutivo dependía, a
su vez, de otros factores, como era la topografía del lugar, la cercanía de
otras parroquias y la posibilidad de que las rentas fuesen suficientes para
mantener al cura.
Otro elemento lo constituía el territorio, entendido como la
extensión geográfica delimitada sobre la cual ejercía su competencia el
párroco. Fue en el Concilio de Trento donde se estableció que las parroquias
deberían tener límites propios, por cuanto que no existía una verdadera
definición de las mismas en relación a territorio y feligresía 2.
Para 1772 Pueblo Llano llenaba todos los requisitos arriba
exigidos y gracias a las gestiones del párroco Doctor Pedro Ángel de Angulo se
elevó a la categoría de parroquia, constituyéndose así en la Parroquia o Curato
de la Santísima Trinidad.
Sobre el año de fundación
de la parroquia y los límites de la misma, informaba el sacerdote Francisco
Higuera en 1909. Decía el prelado que fue fundada en 1772 y se encontraba
situada bajo la siguiente demarcación: “...partiendo del sitio denominado
Sta. Filomena, línea recta al río de Pueblo Llano aguas arriba hasta el
zanjón denominado Chinoíto y por éste arriba a buscar el alto de El Magino y de
aquí por las cumbres de la Cordillera, hasta el Llano Corredor partiendo
límites por este lado con la parroquia Las Piedras, luego se sigue la misma
cordillera hasta el alto del Arenal, de este alto al de Durí y de este punto,
siguiendo las cumbres de la Cordillera, a buscar el alto de la Estrella partiendo
límites hasta aquí sucesivamente con las parroquias General Ribas, Jajó y La
Mesa, del estado Trujillo; y continuando la línea que pasando por el Morro
de Masirey limita por este lado con la parroquia de Santo Domingo y va a
terminar en el sitio Santa Filomena punto de partida...” 3.
Como se puede apreciar, los límites de la nueva parroquia
eclesiástica se extendían más allá de lo que era el resguardo de los indígenas
de Pueblo Llano, establecido en 1678 y protocolizado en 1694, por lo que, gran
parte de los habitantes de las Piedras pasaban a formar parte de la feligresía
de Pueblo Llano. Esto causó grandes resquemores a los habitantes de Las
Piedras, pues de ahora en adelante estaban obligados a contribuir con
estipendios y limosnas para la nueva parroquia, a lo que éstos eran bastante
reacios. Además de lo antes señalado, no sabemos hasta ahora qué otro conflicto
similar se generó a raíz de esta decisión, pues, a partir de 1772 no se
siguieron llevando las anotaciones en los libros de las cofradías y el primer
libro de bautismos de Pueblo Llano que aún se conserva comienza sus anotaciones
dos años después, en 1774. Todos los libros parroquiales de este año hacia
atrás están perdidos.
Tal como ya se indicó, el proceso de la secularización de la
doctrina de Pueblo Llano, es decir, la conversión de templo de doctrina en
iglesia parroquial o curato ocurrió siendo sacerdote el Presbítero Doctor Pedro
Ángel de Angulo y Briceño quien era cura propio y vicario de la Parroquia
Santísima Trinidad de Pueblo Llano desde el 30 de enero de 1764 hasta el 07 de
agosto de 1785, era hijo de don Basilio de Angulo y doña Francisca Briceño del
Toro, vecinos de la parroquia de Ejido.
Sobre la labor del Sacerdote Pedro Ángel de Angulo y Briceño en
Pueblo Llano tenemos la declaración de don Josef Lacunza, quien era Teniente de
Gobernador Justicia Mayor de la ciudad de Mérida y Administrador de la Real
Hacienda y Correos. Al respecto dice: “Certifico que hace quince años que
conozco al señor Doctor Don Pedro Ángel de Angulo ejerciendo los Ministerios de
cura y vicario juez eclesiástico en el pueblo y feligresía de la Santísima
Trinidad de Pueblo Llano (en cuyo territorio fui vecino por más de ocho años)
en los cuales le vi y observé que cumplía con la más celosa exactitud vigilando
y haciendo que se honrase a Dios, procurando impedir los pecados públicos con
la más generosa rectitud, distribuyendo todos los días festivos la semilla de
la palabra evangélica a sus feligreses e instruyéndolos diariamente en los
demás, y Doctrina de Nuestra Santa
religión ya públicamente en la iglesia, y ya en particular en su casa a
los que necesitaban más de instrucción; y últimamente que ha sido muy asistente
en su curato y que nunca se ha escusado ni porque sea de noche, ni porque haga
mal tiempo a ocurrir al remedio espiritual y temporal de los necesitados en el
campo o en el mismo pueblo, administrándoles puntualmente los Santos
Sacramentos y ayudándoles a los moribundos a lograr buena muerte; que con su
eficaz esfuerzo buen modo y genio ha civilizado a los naturales de aquel pueblo
a un estado que no se experimenta en ninguno de los otros pueblos de esta
jurisdicción, haciendo que perfectamente hablen el idioma castellano y que
clara y distintamente recen y entiendan la Doctrina Cristiana, dándoles a
conocer al mismo tiempo su mayor alivio y adelantamiento de sus tratos y
negociaciones; que a expensas de su propio peculio y buena persuasión ha hecho
que aquellos naturales y vecinos se hayan dedicado con bastante esmero al
cultivo de sus tierras enseñándoles el modo y el tiempo en que deben sembrar
sus semillas, supliéndoles éstas a los que ha habido menester con cuyo auxilio
se ve en el día aquel vecindario en un estado de comodidad regular y muy
superior al que más antes que fuese cura el citado señor Doctor Angulo se veía
que su caridad con todos y especialmente para con los pobres necesitados ha sido
y es muy visible entre sus feligreses tratando a todos con la más benigna
urbanidad y atención y buen modo le ha granjeado la estimación y veneración de
todos; que hizo fabricar iglesia nueva, cubierta de teja (que antes era de
paja) por la mayor parte a su costa, pagando de su propio peculio los oficiales
que se emplearon y aliviarlos a los mismos naturales que trabajaron en ella con
perdonarles las demoras que le tocaban por su estipendio, y que además de esto
ha adelantado también la ornamentación de dicha iglesia a costa de su propio
peculio y por ser toda verdad doy la presente en Mérida a los quince días del
mes de diciembre de mil setecientos ochenta y tres años. Pedro Josef Lacunza”4.
Otro de los eventos que se conmemoró el 27 de
diciembre de 2022 fue la inauguración y consagración del templo actual, hecho
ocurrido el 27 de diciembre de 1997. Aquel día estuvimos reunidos en este
recinto para participar en el acto de inauguración y consagración del templo
que se reconstruyó casi en su totalidad en 1997, con excepción de la torre
izquierda, como se mira a su frontis. Aquel fue un acto inolvidable, revestido
de fe, regocijo, alegría y satisfacción por haber culminado la obra y estar en
presencia de un nuevo templo, más espacioso, refulgente, pulcro y que de
inmediato, voces agradecidas, le “indilgaron un calificativo de emoción
católica al llamarlo ahora ‘la pequeña catedral del páramo”1, como
referían los diarios merideños dos días después.
Al trascendental acto religioso acudieron,
como ríos de agua viva, todos los feligreses del municipio y zonas aledañas. El
mismo estuvo oficiado por monseñor Baltazar Enrique Porras Cardozo, arzobispo
Metropolitano de Mérida, acompañado de una nutrida presencia del clero
merideño. También se hicieron presentes, el gobernador del estado Mérida Dr.
William Dávila Barrios; el ingeniero Rómulo Gutiérrez, director de Mindur;
representantes de organismos nacionales; directores del tren ejecutivo
regional; el alcalde del municipio señor Rosalino Quintero; concejales y demás
fuerzas vivas de la entidad. Acudieron, de igual manera, invitados especiales,
entre quienes se destacaron el ingeniero Juan Pedro del Moral, ex director del
MTC y el ingeniero Lubín Díaz Rodríguez, presidente del parlamento merideño.
La concurrencia de la feligresía fue tan
masiva que, a pesar de la ampliación del nuevo templo, una gran cantidad de
personas no pudieron entrar al mismo por estar completamente lleno. Luego del
protocolar corte de cinta inaugural a la entrada del recinto sagrado, monseñor
Porras en su homilía agradeció al gobernador y demás entes oficiales que
colaboraron en la construcción de la obra. Por su parte, el gobernador hizo
referencia particular a la mancomunidad de esfuerzos que demostró la
efectividad en la nueva iglesia.
El anfitrión de esta gran fiesta
religiosa fue, sin lugar a dudas, el Pbro. Luis Enrique Bejarano, quien con
valentía y decisión se había echado a sus hombros la enorme responsabilidad de
derrumbar el templo y volver a levantarlo, liderando la voluntad y el
entusiasmo de los pueblollaneros, quienes a través de cayapas y contribuciones
monetarias supieron responder a su llamado, sin olvidar el aporte de la curia
merideña y algunos entes estatales.
Los diarios merideños hacían referencia del
acto de la siguiente manera:
“Concluida
la ceremonia religiosa, el gobernador del estado Mérida enalteció el encomiable
apostolado del párroco Luis Enrique Bejarano, profundamente vinculado a la
idiosincrasia del páramo merideño en sus diecisiete años de servicio pastoral
entre Tabay y Pueblo Llano. Estos razonamientos le hicieron acreedor a la orden
‘16 de septiembre’ en su primera clase. Asimismo, el presidente de la Asamblea
Legislativa, Lubín Díaz, le distinguió con la orden ‘Tulio Febres Cordero’ en
méritos a su dilatada obra comunitaria.
Por su parte, la alcaldía de Pueblo Llano acordó
distinguir con su máxima presea de reconocimiento la gestión conjunta y
mancomunada de la Gobernación y Arquidiócesis de Mérida. La Orden Municipal
‘Agricultores de Pueblo Llano’ le fue conferida al doctor William Dávila
Barrios y a monseñor Baltazar Porras Cardozo” 5.
La tercera fecha que también debemos recordar y celebrar
con alegría y gratitud es la llegada de la Orden de los
Franciscanos Menores Conventuales a Pueblo Llano hace ya 20 años. Se hicieron
cargo de la parroquia el 27 de octubre de 2002 con un acto solemne donde
estuvieron presentes el arzobispo Metropolitano de Mérida Monseñor Baltasar
Porras Cardozo; Fray Guiseppe Premontese, Ministro Provincial de Puglia,
Italia; Germano Moliterni, Rector del Seminario Misionero Franciscano de
Palmira, estado Táchira y José Antonio Cristancho, Guardián del Convento
Franciscano de Guanare, estado Portuguesa. Asistió también el señor alcalde del
Municipio, Ingeniero Forestal Antonio Santiago y demás autoridades del Concejo
Municipal, así como los grupos folklóricos del lugar.
El primer Capítulo de esta comunidad religiosa se realizó el 26 de
octubre del 2002 con la presencia del Ministro Guardián y Maestro de Novicios
Fray Pedro Buonamasa, el nuevo párroco Fray Alexander Carrillo, el ecónomo Fray
Pedro Briceño de Barinas, quienes, de esta manera, se constituyeron como los
padres fundadores del nuevo convento.
De allí en adelante, los prelados que han fungido como párrocos
son: Fray Alexander Carrillo (2002-2008), Fray Nixon Pérez (2008-2010), Fray
Alirio Molina (2010-2015), Fray Evelio Carvajal (2015-2020) y en la actualidad
Fray José Luis Avendaño Monsalve.
Volviendo a la actividad del 27 de diciembre de 2022 hay que
acotar que el día anterior se llevó a cabo una actividad festiva a modo de
antesala a la celebración religiosa. Levantaron una tarima frente a la plaza
Bolívar para presentar varios artistas y grupos locales. El acto se abrió con
las palabras de Fray José Luis Avendaño Monsalve donde hizo un recuento de las
actividades y trabajos realizados en el templo y la solemnidad que implicaba la
elevación a Santuario del mismo. Seguidamente, se presentó un grupo de arpa
cuatro y maracas, donde sobresalió el niño Erwin Rangel interpretando
magistralmente el arpa y cantando además algunas canciones compuestas por su tío
Antonio González, quien también participó cantando, así como su padre Israel
Rangel. Concurrieron asimismo al encuentro las danzas del Ateneo, la Academia
de Danzas Manaquí, un grupo de gimnasia infantil, el conjunto de gaitas Bulevar
Gaitero, el grupo de teatro de comedia La Carcajada de Pedro Meza, los
guitarristas Jesús Becerra y Rubén Rondón, finalizando el evento con el grupo
Explosión Bailable. La temperatura estuvo muy baja aquella noche y pocos
asistentes lograron permanecer hasta el final.
El 27 de diciembre, en horas de la mañana, la feligresía se
congregó en la entrada del pueblo para recibir al Cardenal Baltasar Enrique
Porras Cardozo y la comitiva que lo acompañaba, allí estaban presentes las
autoridades municipales y religiosas, los grupos apostólicos como los socios de
la Virgen del Carmen, Los Cursillistas, los socios de la Chiquinquirá, las
cofradías de San Isidro y La Trinidad, entre otras. No podía dejar de estar
presente los grupos folklóricos religiosos Locainas del Niño Jesús que su
tradicional baile del espuntón ha recibido a las autoridades religiosas durante
siglos y los coloridos grupos de San Benito que con sus bailes y tambores
dieron un mayor resplandor al evento.
Ya en la iglesia, la ceremonia solemne comenzó con la lectura del
Decreto de elevación del templo Santísima Trinidad de Pueblo Llano a Santuario
Diocesano y la designación del párroco Fray José Luis Avendaño Monsalve como su
primer Rector. Seguidamente se realizó la ordenación de los diáconos Gabriel
Alarcón y Victoriano Berbesí. Acto seguido, se procedió a la institución de
once ministras extraordinarias de la comunión. El tercer evento trascendental
fue la entrega de una reliquia de segundo grado de San Isidro a un grupo de
custodios con motivo de los 400 años de la elevación a los altares del santo
madrileño junto con San Ignacio de Loyola y Santa Teresa de Ávila. También, durante
la actividad, el Cardenal cantó y promocionó un CD con varias canciones sobre
la familia.
El periodista de la Arquidiócesis de Mérida, Licenciado Freddy
Criollo Villalobos, reseñó el evento de la siguiente manera:
“Templo Parroquial Santísima
Trinidad de Pueblo Llano fue elevado a Santuario.
En solemne ceremonia presidida
por el Cardenal Baltazar Enrique Porras Cardozo, este 27 de diciembre fue
elevada a Santuario Diocesano la Iglesia Santísima Trinidad de Pueblo Llano.
La devoción a la Santísima
Trinidad, patrono de esa comunidad, constituye uno de los tesoros más
apreciados por los católicos de esa población del páramo merideño.
Pueblo Llano y las aldeas
circunvecinas salieron a sus calles llenos de fe, devoción cristiana, con mucho
colorido y alegría, para celebrar tan importante acontecimiento que comenzó con
el recibimiento que tuvo el cardenal Baltazar Porras por parte del párroco,
autoridades civiles y un pueblo organizado que desfilo mostrando sus
principales tradiciones populares y religiosas.
Fray José Luis Avendaño
Monsalve, de la orden “Frailes Menores Conventuales”, párroco de Pueblo Llano y
ahora Rector del Santuario manifestó su gozo por la medida tomada por la
Arquidiócesis de Mérida, que se unió a la ordenación de dos laicos de esa
comunidad y a la institución de once ministras extraordinarias de la comunión.
Otro hecho importante y de
mucho jubilo para esta comunidad dedicada a la agricultura, fue recibir de
manera solemne, en la misma ceremonia, la Reliquia de San Isidro Labrador.
Finalizó diciendo el Rector
del Santuario Diocesano de la Iglesia de la Santísima Trinidad de Pueblo Llano
que desde ahora en adelante ese santuario estaría abierto a la Misericordia y a
las personas que quieran visitarlo para un momento de espiritualidad y
encuentro con Dios padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo”6.
Concluía de esta manera uno de los acontecimientos más importantes
de los últimos tiempos para la comunidad católica de Pueblo Llano, que con alegría
y júbilo celebró en el nuevo Santuario las actividades religiosas y culturales
para estas fechas de comienzo de año, como son las del primer día de enero
en honor de la Sagrada
Familia, donde la agrupación folklórica local Locaina del Niño Jesús ejecuta su
ceremonia que ha venido realizando durante siglos; por otra parte, el dos de
enero está dedicado en esta parroquia a celebrar a San Benito, varias
agrupaciones de la localidad y grupos invitados, tocan y danzan en honor al
santo. Culminando el ciclo de celebraciones con una misa en honor a San
Pancracio y por las almas de los miembros de la Locaina fallecidos, además del
denominado “entierro de Mapolión Linares” y el “reparto de cacao”, como una de
las actuaciones jocosas de la referida Locaina del Niño Jesús.
Rafael Ramón Santiago.
Cronista Oficial del Municipio Pueblo Llano.
Notas:
(11) Edda
O. SAMUDIO. Los pueblos de indios de
Mérida. Anuario de Historia Regional y de las Fronteras. Nº 2-3. Disponible
en internet.
(22) Ana
Hilda DUQUE. El pueblo de Ejido. En:
Boletín del Archivo Arquidiocesano de Mérida. Tomo V. Enero-diciembre 1996. Nº
16. p. 169.
(33) Archivo
Arquidiocesano de Mérida. Sección 22. Curatos. Caja Nº 13.
(4 4) Archivo
General de Indias. Audiencia de Caracas. Legajo 146 (1736-1785). Duplicados de
gobernadores de Maracaibo. El gobernador de Maracaibo remite carta con Memorial
sobre los méritos del clérigo Pedro Ángel Angulo Briceño, cura de Pueblo Llano.
(46 ff). Maracaibo, 16 de noviembre de 1784. ff. 38, 39, 40.
(55) Diario
El Vigilante, lunes 29 de diciembre de 1997. p. 5. Diario Frontera, lunes 29 de
diciembre de 1997. p. 2a. Mérida, Venezuela.
(66) Freddy
Criollo Villalobos. Templo Parroquial Santísima Trinidad de Pueblo Llano fue
elevado a Santuario. Oficina de Prensa de la Arquidiócesis de Mérida. Mérida,
28 de diciembre de 2022.
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