El próximo 21 de mayo de 2024, el Hospital “Carlos Edmundo Salas” de
Pueblo Llano arriba a treinta años de haber sido inaugurado. Sea propicia la
ocasión para hacer un breve recuento de los diferentes eventos que han ocurrido
en el campo de la medicina local hasta llegar al punto donde nos encontramos
hoy.
Los inicios de la medicina moderna en Pueblo Llano se ubican a
partir del 15 de febrero de 1946, cuando, siendo presidente del estado Mérida
el doctor Alberto Carnevali y secretario general de gobierno el doctor
Rigoberto Henríquez Vera, se decretó formalmente la Medicatura Rural de Santo
Domingo, a la cual asignaron los dispensarios de las poblaciones de Las Piedras
y Pueblo Llano. El primer médico designado para esta medicatura fue el doctor
José Luis Vetancourt, y como Practicante del Dispensario de Pueblo Llano fue
nombrado el señor Manuel Gutiérrez a quien posteriormente le siguieron Melecio
Suárez, Jesús Cadenas y Pablo de la Cruz Vergara, este último oriundo de Pueblo
Llano, trabajador incansable, noble y sagaz, que supo cumplir a cabalidad con
su deber, para pasar luego a trabajar como inspector en la Unidad Sanitaria del
estado Mérida, donde desarrolló una notable labor. Otro personaje importante en
la historia del Dispensario de Pueblo Llano fue la señora Oliva Molina de
Salcedo, quien se desempeñó como enfermera y partera del centro asistencial
durante más de 30 años, cumpliendo igualmente una labor inolvidable.
Médicos eminentes que pasaron por la Medicatura de Santo Domingo fueron
los doctores Lesme Volcanes, Berti, Barboza, Pirela y Rafael Enrique Porto;
este último solicitó que se construyera una Medicatura en Las Piedras y un dispensario
en la zona rural de Pueblo Llano, propuestas que fueron atendidas con éxito,
siendo gobernador el doctor Edilberto Moreno Peña.
El Dispensario de Pueblo Llano funcionó en casas particulares acondicionadas
para tal efecto, como la de la señora Vicenta Padilla de Paredes, en el cruce
de la avenida Sucre con la calle Páez, posteriormente en casa del señor Ítalo Santiago,
calle Independencia, frente a la Plaza Bolívar, más tarde en casa del señor Delfín
Paredes, en la calle Chimborazo, entre avenidas Bolívar y Miranda, años después
en la del señor Jesús Manuel Santiago, en la calle Ayacucho, entre avenidas
Miranda y Bolívar y finalmente fue construido en el sitio que hoy ocupa el
Hospital “Carlos Edmundo Salas” (avenida Miranda con calle Chimborazo).
Para la década de
los años 80 del siglo XX, comienzan a venir desde la ciudad de Mérida
estudiantes de medicina de la Universidad de Los Andes, correspondiente al
último año de la carrera, con el fin de realizar sus prácticas rurales en este
municipio. No obstante, había una gran inquietud entre los pobladores de
solicitar ante las autoridades respectivas un Centro Materno Infantil que
viniera a cubrir las necesidades que se incrementaban con el aumento de la
población. Para tal fin se creó una comisión con el propósito de hacer tal
solicitud, integrada, entre otras personas, por los señores Emilio Antonio
Paredes, Emiliano Salcedo, Nicolás de Tolentino Paredes, Osman Paredes y el doctor
José Ramón López Gómez.
Se adquirió un terreno en la calle Chimborazo con avenida Miranda
y allí se construyó el ansiado Centro Materno Infantil que funcionó como
Ambulatorio Rural
Tipo II; luego se realizaron las gestiones para ampliarlo y
convertirlo en Hospital Tipo I.
En noviembre de 1992 llegó a este centro de salud el Dr. Roberto
Arreaza Vaz, quien venía de trabajar durante 35 años en Caracas ocupando
diferentes cargos y desempeñándose, específicamente, en medicina de último
nivel. Al ser jubilado por el Ministerio de Sanidad y Asistencia Social quiso
continuar su labor al servicio de la salud de los venezolanos. Escogió para tal
fin a Pueblo Llano y se propuso como objetivo fundamental demostrar cómo debe
hacerse la medicina primaria en Venezuela, contó con especialistas voluntarios
de todo el país quienes participaron en forma voluntaria en una cantidad
considerable de jornadas médica, de igual manera recibió el apoyo de las
autoridades locales y de la comunidad en general logando con creces los
objetivos propuestos.
Para 1994 la edificación ya estaba lista para ser decretada como Hospital
Tipo I y era un clamor de la comunidad que así ocurriera para poder recibir la
asignación respectiva. Después de varias solicitudes al ejecutivo estadal,
finalmente, el 21 de mayo de 1994, el gobernador Jesús Rondón Nucete se
trasladó al municipio para dejar inaugurado el hospital, acto que contó con la
presencia del arzobispo de Mérida monseñor Baltazar Porras Cardozo, quien
bendijo las instalaciones.
El Hospital de Pueblo Llano, por disposición expresa del gobernador
Rondón Nucete llevaría el nombre del Dr. Carlos Edmundo Salas, farmacéutico de estas
tierras, universitario a carta cabal y hombre de bien, destacado por su labor como
fundador de la Facultad de Farmacia y de la Escuela de Bioanálisis de la Universidad
de Los Andes.
Es importante acotar que varios profesionales de la medicina,
nacidos o radicados en Pueblo Llano, han ejercido eficientemente su profesión
en el Hospital Tipo I “Carlos Edmundo Salas”, entre ellos los médicos María
Yaura Santiago, Felipe García, Elizabeth Becerra, Edgar Villamizar y Eugenio
Quintero Rendón (quien ha fungido como director por varias décadas); la odontólogo
Julia Rondón y la bioanalista Ninfa Molina. Todos ellos verdaderos héroes
durante la pandemia del COVID 19 y en la mayoría de los eventos que les ha tocado
actuar, en vista de los escasos recursos con que cuenta este centro de salud.
Un nuevo edificio para el Hospital “Carlos Edmundo Salas” se ha
intentado culminar al final de la avenida Campo Elías, parte norte, pero los
trabajos llevan paralizados varios años.
Con estas cortas líneas queremos hacer llegar nuestro
reconocimiento y gratitud, en este aniversario tan importante, a todo el
personal que allí labora con profesionalismo, voluntad y una gran vocación.
Rafael Ramón Santiago
Cronista oficial del municipio Pueblo Llano.
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