La palabra abollado tiene varios significados en el Diccionario de
la Real Academia Española. Uno de ellos se refiere a una persona sin dinero, en
mala situación. El metaplasmo “abollao”, sin embargo, tiene para la gente de Pueblo
Llano dos significados muy diferentes. El primero se utiliza para denominar al
comerciante que no puede vender su mercancía por falta de demanda; esto ocurre
generalmente cuando los productores llevan sus cosechas de papa y zanahoria a
los grandes mercados del país como son los de Barquisimeto, Valencia y Caracas.
Sucede que algunas veces estos mercados se encuentran saturados de los rubros
mencionados y es muy difícil poderlos vender a un precio razonable; es
necesario, entonces, esperar hasta el día siguiente para intentarlo nuevamente.
A esta situación, la de no poder vender la mercancía, se le denomina estar
“abollao”.
El segundo
significado de la palabra “abollao” es más jocoso para los pueblollaneros, pues
ya es una tradición que al llegar el mes de diciembre la gente aporvecha para
casarse o “empatarse”, en otras palabras, para buscar pareja. Esto en realidad
no es muy fácil en el municipio, ya que durante muchos años la población
masculina ha sido más numerosa que la femenina, situación que ha traído como
consecuencia que una gran cantidad de hombres al llegar a la edad adulta se
queden solteros. A estos hombres se les conoce con el remoquete de “abollaos”.
En los últimos
años, durante los primeros días de diciembre, varios aficionados a las bromas
se han dado a la tarea de publicar en hojas anónimas una larga lista de
“abollaos” con el propósito de que las mujeres la lean y tengan oportunidad de
escoger novio o esposo entre todos ellos. Al igual que la “quema de año viejo”
la gente disfruta mucho con estas ocurrencias.
El “abollao” (en
su segundo significado) es visto como una persona tímida, sin suerte, sin
atrativo físico para las mujeres; por lo que los “abollaos” son objeto de
burla, y el hecho de aparecer en estas listas ya es una “raya” para el
nominado.
Los que se
encargan de hacer la selección cada año, como ya lo dijimos, son personas
anónimas, lo hacen con el sano propósito de jugarles una broma a estas almas
solitarias y poder tener un momento más de diversión en este mes tan especial.
Anteriormente, lanzaban las hojas por debajo de las puertas, pero ahora la
chanza se ha hecho más pública y todos los locales comerciales del pueblo
colocan la lista en sitios visibles. Para ponerle más picante a la broma, los
autores también han sacado nóminas adicionales, una con las “abolladas” y otra
con los “palominos” (hombres sometidos por sus parejas) que también los hay.
Rafael Ramón Santiago
Cronista Oficial del Municipio Pueblo Llano