Juegos Tradicionales (Segunda Parte).
El palo encebado y
el cochino engrasado. Son dos juegos muy
comunes en Venezuela, particularmente en las fiestas patronales o en las ferias
de los pueblos. Juegos que tienden a desaparecer aceleradamente. En Pueblo Llano
no eran muy frecuentes estos entretenmientos, solo se hacía para la fiesta del
patrón, la Santísima Trinidad, y eso ocurrió en pocas ocasiones.
Piñata en olla de
barro. Al igual que los juegos anteriores,
solo se hacían en las fiestas patronales, el procedimiento para romperla era el
mismo que en las piñatas tradicionales de cumpleaños. Solo recuerdo haberla
visto una vez en Pueblo Llano.
El runche. Conocido en otros lugares como gurrufío era construido por los
propios niños con tapas o chapas de refresco, se golpeaba hasta darle forma de
disco, luego se frotaba en una acera para que cogiera filo, se le hacían dos
perforaciones en el centro por donde se le pasaba un hilo de pabilo de un metro
de largo, más o menos, y luego se unían las puntas. Se le daba vuelta en forma
de torque con las dos manos hasta que tomaba un movimiento independiente, luego
se halaba, como quien toca un acordeón, para que no dejara de moverse. Acto
seguido, venían las peleas con los runches donde dos contrincantes se lanzaban los
objetos con el propósito de cortar el hilo del otro, el que lograba hacerlo era
el ganador. Al quedar el runche suelto, dando vueltas, era sumamente peligroso,
en varias oportunidades salían niños con cortaduras en las manos, brazos e
inclusive en la cara.
En la escuela las
maestras los decomisaban, pero como era tan fácil elaborarlos la medida no
causaba ningún enojo.
Algunos más
osados los construían con la tapa de un jugo o la de una lata de leche que
tenían un diámetro muy superior, aquellos eran enormes y sumamente peligrosos.
Como todos estos
juegos, solo se practicaban durante una temporada, al ir pasando la euforia los
niños los abandonaban y las maestras descansaban.
Carambola. Se conoce en otros sitios como perinola o emboque. Se trata de un
trozo de madera cilíndrico, ahuecado en el centro, unido con un hilo a otro
trozo alargado, cilíndrico que entra perfectamente en el hueco del anterior.
Con un movimiento de la mano se logra introducir el segundo en el primero y a
esto se denomina carambola. Si se levanta o se saca con la uña del pulgar y se
vuelve a introducir se denomina doble carambola, el competidor que más veces
logre introducirla es el ganador.
Los niños que no
tenían dinero para comprarse una carambola la construían con carruzo o con
latas de leche condensada, el efecto era el mismo, pero quedaban con la
satisfacción de haberlas construido con sus manos.
Cometas. Conocidas también como papagayos, zamuras, barrilete, entre otros
nombres, eran construidas por los propios niños, generalmente la forma que
tenían era la de un pentágono. Su elaboración era todo un proceso: buscaban los
carruzos secos, los abrían, sacaban los trozos delgados, dos grandes y uno más
pequeño, quitaban los nodos con un cuchillo, los unían con un cordel por el
centro y luego lo pasaban por cada punta para darle la forma de pentágono.
Seguidamente, le colocaba papel de seda,
lo pegaban con engrudo o con el líquido que bota el zapallo tierno al
pincharlo, le colocaban un rabo con
trapos viejos para evitar la rotación y sujetada con un largo pabilo finalmente
la echaba a volar.
La temporada fija
para elevar las cometas eran los meses de junio y julio, se competía para ver
quien la llevaba más alto y más lejos. También se le colocaba un papel en el
hilo, a manera de carta, y el viento lo iba llevando hasta que llegaba a la
estructura, en otra oportunidad se incrustaban hojillas en las cometas y se
competía para ver quien cortaba la cuerda del contrario, cuestión que era muy
difícil.
Flechas. Conocida en otros lugares como cauchera o china era muy sencilla
de fabricar. Se buscaba en la montaña un palo que tuviera la forma de Y
denominado horqueta, se le amarraban dos cauchos, sacados de la tripa de la
llanta de vehículo y en el otro extremo se colocaba un trozo de cuero
rectangular sacado de un zapato viejo. Colocándole una piedra en el cuero y estirando los
cauchos se podía enviar el proyectil a varios metros de distancia, generalmente
las utilizaban para matar pájaros. También las decomisaban en las escuelas por
el peligro que representaban y su
utilización contra la fauna indefensa.
Derribadores. Era un juego muy violento que solo se practicaba en los recreos.
La Escuela Foción Febres Cordero tenía un amplio patio y lugares con grama
abundante, en este último era donde se hacía la broma que describiremos. El
juego en cuestión al parecer es de larga data, pues se realizaba en Grecia y se
denominaba eversores, San Agustín de
Hipona lo describía de la siguiente manera: “…costumbre ateniense con que los iniciados a la docta Atenas llegaban
para comenzar sus estudios. La palabra eversores (derribadores) parece dar a
entender que esta broma vejatoria consistía en ponerse uno de los estudiantes
en cuclillas detrás del escolar novato, mientras estaba en conversación con
otro, quien con un empellón súbito lo hacía caer encima del escolar agachado….”
Ni más ni menos, este era el método que se practicaba en Pueblo Llano.
Rafael Ramón Santiago
Cronista Oficial del Municipio Pueblo Llano