DEVOCION A LA SANTISIMA TRINIDAD
La devoción a la Santísima Trinidad en la
comunidad se practica desde 1678, año en que fueron agrupados los indígenas de
Aracay y Pueblo Llano en el sitio donde se
encuentra hoy la capital del municipio, bajo la denominación de
Santísima Trinidad de Pueblo Llano.
Los albaceas testamentarios de Lucas de
Laguado, encomendero de Pueblo Llano, indicaban en 1695 que éste había ayudado
en la construcción de la iglesia y además, cada año colaboraba entregando uno
de sus animales para que los naturales hicieran su celebración al Patrón, festividad
que continuó realizándose con mucho entusiasmo en el día correspondiente según
el calendario eclesiástico, pues más de un siglo después, en 1802, el mestizo
José Manuel Paredes, en su testamento, deja un tambor grande a la Santísima
Trinidad como muestra de su gran devoción.
En la estadística eclesiástica de la
Provincia de Mérida levantada por el Gobernador don Juan de Dios Picón
(13-6-1833), se da cuenta de tres cofradías en Pueblo Llano: la del Santísimo,
la del Patrón y la de Animas. Hasta ahora no se ha encontrado el libro de la
Cofradía de la Santísima Trinidad que pudiera dar mayor información sobre las
actividades que realizaban sus cofrades en aquella época.
El 13 de diciembre de 1845 realiza una visita
pastoral a Pueblo Llano el obispo Juan Hilario Bosset y entre otras cosas
dispone “...que se compre por cuenta de la fábrica un cuadro de la
Santísima Trinidad y se quite el que hay en el altar por estar imperfecto,
pues debe ser de la figura que se encuentra en el Ritual Romano o como
regularmente se usa…”
Suponemos que el cuadro al que hace
referencia el obispo es el que se anexa en este escrito, el cual fue venerado
hasta el año 1960, año en que un grupo de pueblollaneros residentes en Caracas
decidieron donar una imagen de bulto.
Sobre la mayordomía de las fiestas es muy
poco lo que se sabe por la falta de documentación al respecto, como ya se
apuntó, informaciones orales nos dicen que para finales del siglo XIX y
comienzos del XX la prioste de la misma
era la señora Heraclia Molina, al morir ésta pasó a manos de su hijo el señor
Sixto Molina quien la ejerció hasta su fallecimiento en 1969 o 1970 y ahora es
su hijo, el señor Emilio Antonio Paredes, quien está al frente de la festividad.
La cofradía está conformada por un grupo de
socios y socias que realizan diferentes actividades durante los festejos. El
día principal, el prioste baja desde su lugar de domicilio con el estandarte
enarbolado, franqueado por dos socios principales y el resto los siguen en
perfecta formación hasta llegar a la
iglesia para participar en la eucaristía. En la procesión con la imagen la
actitud de los cofrades es similar.
Para mediados del siglo XX el señor Sixto
Molina traía una banda de músicos desde Mucuchíes para alegrar los festejos. Desde
el día anterior a la celebración los invitados recorrían las principales calles
del pueblo interpretando piezas musicales de la región, mientras tanto en la
iglesia se tocaban las campanas y en la plaza Bolívar se quemaban fuegos
artificiales, en la noche ofrecían una retreta en el atrio de la iglesia y el
día principal amenizaban la procesión durante el recorrido. De igual manera, la
Locaina del Niño Jesús siempre ha participado en la solemnidad desde que se
tenga memoria.
El señor Emilio Antonio Paredes se propuso
darle un mayor realce a la celebración añadiendo a las actividades religiosas
otras de carácter cultural, donde han estado presentes templetes, elección de
madrinas, juegos deportivos, vendimias y en una oportunidad hubo una corrida de
toros.
Es importante acotar que para la celebración
también ha sido costumbre realizar un novenario de rezos que culmina la víspera
del día del Patrón y se prolonga por el resto de la noche con cantos de
rosario, salves, plegarias, una cena y un moderado brindis con chicha y alguna
otra bebida para calentar el cuerpo.
Rafael Ramón Santiago
Cronista Oficial del Municipio
Pueblo Llano
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