Nicolás de Tolentino Paredes Padilla
El Dr. Nicolás de Tolentino Paredes Padilla
nació en Pueblo Llano el 10 de septiembre de 1919, hijo de don Victoriano
Paredes y doña Vicenta Padilla, fue el 3º hijo del matrimonio, primero nació un
varón que murió niño, luego vinieron Victoria, Tolentino, Juana, Irene, Onésima
y José Natividad.
Catorce años tenía Tolentino cuando
asesinaron a su padre Victoriano, era el mayor de los varones y por tradición
de estos pueblos de los Andes de aquella época, le correspondía llevar las
riendas del hogar y vengar la muerte de su progenitor. Una gran responsabilidad
cayó sobre los hombros de aquel muchacho, las ideas iban y venían en su cabeza;
el futuro que le deparaba no era de muchas alternativas, convertirse en un asesino
para vengar a su padre o continuar laborando las tierras para junto con su
madre sacar adelante una numerosa familia, todos menores de edad. Pero, de
antemano estaba la formación que le había dado el maestro Rosendo Ramón Pérez,
donde le señalaba otras salidas, como la
de formarse para adquirir una profesión a través del estudio. El estudio era la
llave –le decía-- era la posibilidad para conseguir los medios adecuados para
la superación y así poder ayudar a su madre a sacar adelante la familia. Todas
esas ideas le rondaban la cabeza pero, el contexto donde estaba no le ayudaba
para nada; buscó la bebida como única alternativa para ahogar las penas y tomar
valor para enfrentar al destino; las parrandas con sus amigos eran continuas y
las peleas donde quería demostrar su hombría siempre estuvieron a la orden del
día. Aunque intentaba sentar cabeza cultivando la tierra de su padre y
colocando una pequeña pulpería al frente de la plaza; las juntas con los amigos
no lo dejaban asumir la responsabilidad que tenía en el hogar.
Para salirse de aquel círculo vicioso que no
llevaba a ninguna parte decidió presentarse en forma voluntaria a prestar el
servicio militar obligatorio. La vida en el ejército había cambiado después de
la muerte de Gómez, ahora un militar de carrera gobernaba el país, el General
Eleazar López Contreras, el servicio militar obligatorio pasó de tres a dos
años, la comida y el vestido mejoró en los cuarteles y los castigos a las
faltas de los soldados dejaron de ser tan inhumanos. La personalidad de
Tolentino, la disciplina, el grado de instrucción recibido por el maestro
Rosendo Pérez y sus deseos de superación lo llevaron a alcanzar el rango más alto que
un soldado de tropa pueda alcanzar: sargento primero.
El cambio que experimentó Tolentino después
de venir del cuartel fue de ciento ochenta grados, dejó las peleas callejeras,
tomaba licor con más moderación y se dedicó con entusiasmo a ayudar a su madre
en todo lo que estaba al alcance de su mano. Entró a ejercer el cargo de
secretario del Juzgado del Municipio cuyo Juez era el señor Alfonso Montilla
Rondón. Se integró a las actividades cívicas del pueblo y a las luchas
reivindicativas.
Tolentino siempre llevaba en la mente que la
llave de la superación estaba en el estudio y así se lo hizo saber al maestro
del pueblo que lo era para entonces el señor Misael Rivas; lo examinó y le
tramitó el certificado de cuarto grado que era lo máximo que podía expedir en
las escuelas de nuestros pueblos. Comenzó a sentir simpatías por el partido
Acción Democrática que estaba comenzando a formarse y en él se hizo un
ferviente simpatizante; tanto fue así que en 1945, siendo Presidente del estado
Mérida el Dr. Alberto Carnevali, lo nombra delegado de Economía y Hacienda
Estadal para Pueblo Llano.
Con la caída del Presidente Isaías Medina
Angarita la sociedad venezolana se alteró y Tolentino decidió ir a buscar mejor
suerte en la capital de la República. Se empleó como obrero en el INOS y sacó
su 5º y 6º grado en una escuela nocturna; pero no se conformó con la formación
primaria, comenzó su bachillerato también por la modalidad de parasistema, al
mismo tiempo que trabajaba y participaba en la clandestinidad en la lucha
contra la dictadura del General Marcos
Pérez Jiménez. El 16 de Septiembre de 1953 el Consejo Técnico de
Evaluación le confiere el título de Bachiller en Ciencias Físicas y Matemáticas
en la ciudad de Caracas. Pero sus triunfos personales no lo alejaban de su
familia y de su pueblo natal; quería que sus paisanos al igual que él, pudieran
salir de la ignorancia a través del estudio, como un acto de suma generosidad,
el mismo año en que se graduó donó sus libros y buscó otros entre sus
compañeros de estudios para fundar una biblioteca en Pueblo Llano. La idea fue
acogida con gran receptividad y se habilitó una habitación y varios estantes y
mobiliarios en la casa de la señora Aurora Paredes de Jerez
No se conformó Tolentino con el título de
bachiller e inmediatamente ingresó a estudiar Economía en la Universidad
Central de Venezuela, tenía que seguir trabajando y continuar con su actividad
política, en forma clandestina, para poder contribuir con la derrota de la
dictadura militar que sufría el país. En estos años comenzó a compartir vida
marital con su compañera de toda la vida la señora María Teodora Cabezas con
quien procreó en 1956 a su única hija Xiomara Paredes Cabezas.
1958 fue un año de júbilo para Venezuela, el
23 de enero el General Marcos Pérez Jiménez abandonó el país en su avión, que
el pueblo denominó La Vaca Sagrada y con ello quedaron atrás diez
años de férrea dictadura. Pero para Tolentino el júbilo fue mayor porque en el
mes de agosto del mismo año recibió el título de Doctor en Ciencias Económicas
y Sociales de manos del Presidente de la
Junta de Gobierno Vicealmirante Wolfang Larrazábal quien había
sido invitado de honor para aquel acto, convirtiéndose de esta manera en el
primer profesional universitario de Pueblo Llano, contaba Tolentino con 39 años
de edad. Por otro lado, los partidos políticos habían salido de la
clandestinidad y el candidato de Acción Democrática, Rómulo Betancourt se
perfilaba como seguro presidente de la República en esta era democrática que
comenzaba.
Con la llegada de Rómulo Betancourt a la
presidencia se crea el Instituto Agrario Nacional y el proceso de reforma
agraria que había prometido durante su campaña electoral. Tolentino fue
cofundador del Instituto Agrario nacional, luego es designado delegado del
mismo instituto para el estado Mérida.
Como conocedor del campo que era, Tolentino
ejerció el cargo con mucha eficiencia repartiendo parcelas a los campesinos,
facilitando créditos, maquinarias y herramientas para trabajar la tierra.
Empleó mucha gente que se encontraba sin trabajo. Nunca olvidó a su pueblo y a
sus paisanos a quienes empleó como topógrafos, tractoristas, maquinistas y
obreros en general. Para Pueblo Llano consiguió una cantidad de motobombas que
vinieron a dar inicio al regadío por aspersión y así poder cultivar más de una
cosecha al año con grandes beneficios para la economía local; de igual forma,
contribuyó en la construcción de acueductos rural, apertura de vías de
penetración, entre otras obras.
Tolentino permaneció en el Instituto Agrario
Nacional hasta 1969, como era tradicional durante estos años de democracia, al
haber cambio de gobierno los funcionarios del gobierno anterior, pertenecientes
a otro partido, eran destituidos, no importando si estaban haciendo bien el
trabajo, ni los años de servicio en el mismo.
Para 1969 contaba con 50 años y estaba
desempleado, introdujo el currículo en varias empresas pero era rechazado por
la edad; la situación económica se complicaba nuevamente, de la oficina de
Catastro de Caracas al fin le dieron trabajo para hacer una suplencia por 15
días, al observar su disciplina, capacidad y eficiencia lo siguieron
contratando por tiempos más largos hasta que quedó fijo y allí siguió hasta
obtener su jubilación.
No había proyecto en Pueblo Llano donde no
estuviese presente el indio Tolentino como le solían llamar con cariño
sus allegados, siempre fue su pasión obtener para Pueblo Llano obras que
coadyuvaran al progreso del municipio. En 1985 lo vemos como cofundador
del ateneo, conformando comisiones para conseguir el Hospital Materno Infantil,
entre otras reivindicaciones para el municipio. Pero, su gran pasión fue
el Proyecto de desarrollo Sustentable para Pueblo Llano, publicado en
1984, donde el objetivo fundamental era la conservación del suelo agrícola y
el ordenamiento urbano.
Cuando
se elegían por primera vez las autoridades municipales para conformar el
Concejo Municipal y la Alcaldía, se trasladó a Pueblo Llano y postuló su
nombre para el cargo de concejal con el propósito de sacar adelante el proyecto
personalmente, lamentablemente no obtuvo la votación suficiente para
poder ser elegido y las autoridades municipales posteriores no tomaron en
cuenta la propuesta.
En las cercanías de Caracas, específicamente
en El Junquito, adquirió una finca donde pasaba largas temporadas cultivando
maíz, papas, zapallos, ajíes y otros productos de su tierra para no olvidarse
de sus raíces campesinas. Además de disfrutar del paisaje, la neblina y el frío
del lugar muy similar al de su pueblo querido.
El doctor Tolentino murió en Caracas el 26 de
julio de 1998.
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