sábado, 22 de julio de 2017

Personajes de Pueblo Llano

Nicolás de Tolentino Paredes Padilla


El Dr. Nicolás de Tolentino Paredes Padilla nació en Pueblo Llano el 10 de septiembre de 1919, hijo de don Victoriano Paredes y doña Vicenta Padilla, fue el 3º hijo del matrimonio, primero nació un varón que murió niño, luego vinieron Victoria, Tolentino, Juana, Irene, Onésima y José Natividad.
Catorce años tenía Tolentino cuando asesinaron a su padre Victoriano, era el mayor de los varones y por tradición de estos pueblos de los Andes de aquella época, le correspondía llevar las riendas del hogar y vengar la muerte de su progenitor. Una gran responsabilidad cayó sobre los hombros de aquel muchacho, las ideas iban y venían en su cabeza; el futuro que le deparaba no era de muchas alternativas, convertirse en un asesino para vengar a su padre o continuar laborando las tierras para junto con su madre sacar adelante una numerosa familia, todos menores de edad. Pero, de antemano estaba la formación que le había dado el maestro Rosendo Ramón Pérez, donde le señalaba  otras salidas, como la de formarse para adquirir una profesión a través del estudio. El estudio era la llave –le decía-- era la posibilidad para conseguir los medios adecuados para la superación y así poder ayudar a su madre a sacar adelante la familia. Todas esas ideas le rondaban la cabeza pero, el contexto donde estaba no le ayudaba para nada; buscó la bebida como única alternativa para ahogar las penas y tomar valor para enfrentar al destino; las parrandas con sus amigos eran continuas y las peleas donde quería demostrar su hombría siempre estuvieron a la orden del día. Aunque intentaba sentar cabeza cultivando la tierra de su padre y colocando una pequeña pulpería al frente de la plaza; las juntas con los amigos no lo dejaban asumir la responsabilidad que tenía en el hogar.
Para salirse de aquel círculo vicioso que no llevaba a ninguna parte decidió presentarse en forma voluntaria a prestar el servicio militar obligatorio. La vida en el ejército había cambiado después de la muerte de Gómez, ahora un militar de carrera gobernaba el país, el General Eleazar López Contreras, el servicio militar obligatorio pasó de tres a dos años, la comida y el vestido mejoró en los cuarteles y los castigos a las faltas de los soldados dejaron de ser tan inhumanos. La personalidad de Tolentino, la disciplina, el grado de instrucción recibido por el maestro Rosendo Pérez y sus deseos de superación  lo llevaron a alcanzar el rango más alto que un soldado de tropa pueda alcanzar: sargento primero.
El cambio que experimentó Tolentino después de venir del cuartel fue de ciento ochenta grados, dejó las peleas callejeras, tomaba licor con más moderación y se dedicó con entusiasmo a ayudar a su madre en todo lo que estaba al alcance de su mano. Entró a ejercer el cargo de secretario del Juzgado del Municipio cuyo Juez era el señor Alfonso Montilla Rondón. Se integró a las actividades cívicas del pueblo y a las luchas reivindicativas.
Tolentino siempre llevaba en la mente que la llave de la superación estaba en el estudio y así se lo hizo saber al maestro del pueblo que lo era para entonces el señor Misael Rivas; lo examinó y le tramitó el certificado de cuarto grado que era lo máximo que podía expedir en las escuelas de nuestros pueblos. Comenzó a sentir simpatías por el partido Acción Democrática que estaba comenzando a formarse y en él se hizo un ferviente simpatizante; tanto fue así que en 1945, siendo Presidente del estado Mérida el Dr. Alberto Carnevali, lo nombra delegado de Economía y Hacienda Estadal para Pueblo Llano.
Con la caída del Presidente Isaías Medina Angarita la sociedad venezolana se alteró y Tolentino decidió ir a buscar mejor suerte en la capital de la República. Se empleó como obrero en el INOS y sacó su 5º y 6º grado en una escuela nocturna; pero no se conformó con la formación primaria, comenzó su bachillerato también por la modalidad de parasistema, al mismo tiempo que trabajaba y participaba en la clandestinidad en la lucha contra la dictadura del General Marcos
Pérez Jiménez. El 16 de Septiembre de 1953 el Consejo Técnico de Evaluación le confiere el título de Bachiller en Ciencias Físicas y Matemáticas en la ciudad de Caracas. Pero sus triunfos personales no lo alejaban de su familia y de su pueblo natal; quería que sus paisanos al igual que él, pudieran salir de la ignorancia a través del estudio, como un acto de suma generosidad, el mismo año en que se graduó donó sus libros y buscó otros entre sus compañeros de estudios para fundar una biblioteca en Pueblo Llano. La idea fue acogida con gran receptividad y se habilitó una habitación y varios estantes y mobiliarios en la casa de la señora Aurora Paredes de Jerez
No se conformó Tolentino con el título de bachiller e inmediatamente ingresó a estudiar Economía en la Universidad Central de Venezuela, tenía que seguir trabajando y continuar con su actividad política, en forma clandestina, para poder contribuir con la derrota de la dictadura militar que sufría el país. En estos años comenzó a compartir vida marital con su compañera de toda la vida la señora María Teodora Cabezas con quien procreó en 1956 a su única hija Xiomara Paredes Cabezas.
1958 fue un año de júbilo para Venezuela, el 23 de enero el General Marcos Pérez Jiménez abandonó el país en su avión, que el pueblo denominó La Vaca Sagrada y con ello quedaron atrás diez años de férrea dictadura. Pero para Tolentino el júbilo fue mayor porque en el mes de agosto del mismo año recibió el título de Doctor en Ciencias Económicas y Sociales de manos del Presidente de la
Junta de Gobierno Vicealmirante Wolfang Larrazábal quien había sido invitado de honor para aquel acto, convirtiéndose de esta manera en el primer profesional universitario de Pueblo Llano, contaba Tolentino con 39 años de edad. Por otro lado, los partidos políticos habían salido de la clandestinidad y el candidato de Acción Democrática, Rómulo Betancourt se perfilaba como seguro presidente de la República en esta era democrática que comenzaba.
Con la llegada de Rómulo Betancourt a la presidencia se crea el Instituto Agrario Nacional y el proceso de reforma agraria que había prometido durante su campaña electoral. Tolentino fue cofundador del Instituto Agrario nacional, luego es designado delegado del mismo instituto para el estado Mérida.
Como conocedor del campo que era, Tolentino ejerció el cargo con mucha eficiencia repartiendo parcelas a los campesinos, facilitando créditos, maquinarias y herramientas para trabajar la tierra. Empleó mucha gente que se encontraba sin trabajo. Nunca olvidó a su pueblo y a sus paisanos a quienes empleó como topógrafos, tractoristas, maquinistas y obreros en general. Para Pueblo Llano consiguió una cantidad de motobombas que vinieron a dar inicio al regadío por aspersión y así poder cultivar más de una cosecha al año con grandes beneficios para la economía local; de igual forma, contribuyó en la construcción de acueductos rural, apertura de vías de penetración, entre otras obras.
Tolentino permaneció en el Instituto Agrario Nacional hasta 1969, como era tradicional durante estos años de democracia, al haber cambio de gobierno los funcionarios del gobierno anterior, pertenecientes a otro partido, eran destituidos, no importando si estaban haciendo bien el trabajo, ni los años de servicio en el mismo.
Para 1969 contaba con 50 años y estaba desempleado, introdujo el currículo en varias empresas pero era rechazado por la edad; la situación económica se complicaba nuevamente, de la oficina de Catastro de Caracas al fin le dieron trabajo para hacer una suplencia por 15 días, al observar su disciplina, capacidad y eficiencia lo siguieron contratando por tiempos más largos hasta que quedó fijo y allí siguió hasta obtener su jubilación.
No había proyecto en Pueblo Llano donde no estuviese presente el indio Tolentino como le solían llamar con cariño sus allegados, siempre fue su pasión obtener para Pueblo Llano obras que coadyuvaran al progreso del municipio. En 1985 lo vemos como cofundador del ateneo, conformando comisiones para conseguir el Hospital Materno Infantil, entre otras reivindicaciones para el municipio. Pero, su gran pasión fue el Proyecto de desarrollo Sustentable para Pueblo Llano, publicado en 1984, donde el objetivo fundamental era la conservación del suelo agrícola y el ordenamiento urbano.
 Cuando se elegían por primera vez las autoridades municipales para conformar el Concejo Municipal y la Alcaldía, se trasladó a Pueblo Llano y postuló su nombre para el cargo de concejal con el propósito de sacar adelante el proyecto personalmente, lamentablemente no obtuvo la votación suficiente para poder ser elegido y las autoridades municipales posteriores no tomaron en cuenta la propuesta.
En las cercanías de Caracas, específicamente en El Junquito, adquirió una finca donde pasaba largas temporadas cultivando maíz, papas, zapallos, ajíes y otros productos de su tierra para no olvidarse de sus raíces campesinas. Además de disfrutar del paisaje, la neblina y el frío del lugar muy similar al de su pueblo querido.
El doctor Tolentino murió en Caracas el 26 de julio de 1998.


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