Señor Emiliano Salcedo
El señor Emiliano Salcedo nació en Pueblo
Llano el 5 de abril de 1934 y fue bautizado el 14 de abril del mismo año, hijo
de María Concepción Salcedo y José Lisandro Paredes. Casó el 27 de diciembre de
1958 con la señora Carmen Ramírez Salcedo, de cuyo enlace nacieron: Teresa,
Gaudis, Rosa, Gustavo, Nelly, Carlos Emiliano, Alfredo y Orlando.
Entre los trabajos que desempeñó el señor
Emiliano a lo largo de su vida se encuentran el de operario de la planta
eléctrica del municipio; enfermero; aguacil, secretario y juez del juzgado del
Municipio; secretario de la Junta Comunal; facilitador del programa de
alfabetización nacional ACUDE y colaborador de la biblioteca Pública Manuel Molina
Ibisate.
Fue un hombre formado para el servicio
comunitario a través de una gran sensibilidad humana demostrada a lo largo de
toda su vida: respetuoso, culto, solidario, humilde,… virtudes que le permitieron
convertirse en un baluarte fundamental para el progreso de Pueblo Llano. En el
desempeño de sus diferentes funciones supo dar muestras de responsabilidad,
capacidad, honestidad y eficiencia durante todos los años que le tocó ejercer
cada una de ellas. Pero, además de haberse desempeñado como funcionario público
se destacó como un excelente cooperativista y ateneísta, ya que fue uno de los
socios fundadores de la Cooperativa Agrícola La Trinidad en 1964 y del Ateneo
de Pueblo Llano en 1985. Bajo su vigilancia estas instituciones lograron
consolidarse y alcanzar un nivel de excelencia digna de imitación. En 1983
obtuvo un diplomado en Desarrollo Social dictado por la Universidad de Los Andes.
Siempre fue un luchador incansable, le dolía
en carne propia el estado de abandono en que se encontraba su pueblo por parte
de los organismos oficiales. Alzó siempre su voz cuando las circunstancias lo
requerían para buscar una mejor de vida y bienestar para su gente, a tal efecto
estuvo integrando las diferentes comisiones que se constituyeron para
conquistar mejoras para el municipio. Bajo su sabia conducción se organizaron
los comités pro-teléfonos, pro-liceo, pro-hospital, entre otros; que después de
largas luchas lograron sus objetivos. Supo repartir su tiempo: en las
responsabilidades de su trabajo, en la formación de una excelente familia, en
las luchas comunitarias y en sus compromisos como buen católico que era. Su
vocación primordial fue siempre la de trabajar por el beneficio de su
comunidad, nunca lo hizo obedeciendo a intereses particulares o a los mandatos
de un partido político.
En el campo religioso también dejó sus
huellas entre los feligreses, fue catequista, miembro de los Cursillos de
Cristiandad, socio del Santísimo Sacramento, miembro de la directiva que
propició la reconstrucción del templo, prioste de la fiesta de San José, entre
otros.
Su lamentable muerte ocurrida el 15 de abril
de 1995 dejó un gran vacío en la comunidad muy difícil de llenar, pero a la
vez, quedó la satisfacción de haberlo tenido entre nosotros, porque, personas
como él, que pasan por la vida haciendo el bien, no mueren; quedan sus obras,
su ejemplo, sus banderas de lucha que tarde o temprano serán tomadas por nuevas
generaciones que sabrán valorarlas como se merece.
Como
un reconocimiento a su labor, el 24 de noviembre de 2006 fue creada la Escuela
Bolivariana para la Diversidad Funcional Intelectual, la
cual lleva con mucho orgullo su nombre.
Rafael Ramón Santiago
Cronista Oficial del Municipio Pueblo
Llano