lunes, 28 de abril de 2025

JOSE GREGORIO CAMACHO, EL CHICHERO DE PUEBLO LLANO



JOSE GREGORIO CAMACHO, EL CHICHERO DE PUEBLO LLANO

Se nos ha hecho común ver recorrer las principales calles del pueblo y los alrededores de la plaza Bolívar, desde hace ya varios años, a un señor de gorra y bata blanca, impecables, empujando su carrito de chicha para deleitar los paladares de aquellos que hacen un alto en las faenas agrícolas visitando el pueblo los fines de semana o durante las festividades civiles o religiosas. Se trata del señor José Gregorio Camacho, quien nació en la vecina población de Santo Domingo, municipio Cardenal Quintero, del estado Mérida, el 13 de marzo de 1967.

 Apenas contaba con 14 años de edad cuando decidió trasladarse a la ciudad de Maracay en el estado Aragua para buscar un mejor medio de vida. A los pocos días fue contratado por la conocida empresa Chicha Félix donde estuvo laborando durante quince años, allí aprendió a elaborar y ofrecer el producto. “Una buena chicha, nos dice, se hace solo con arroz, leche y azúcar, esa es la chicha original, no se le añade ningún otro ingrediente, algunos vendedores le colocan chocolate, una galletica u otra cosa para hacerla más atractiva, pero esa no es la verdadera chicha de arroz”.

Estando en Maracay recibió algunas informaciones donde le indicaban que en Pueblo Llano se obtenían mejores ganancias trabajando en las faenas agrícolas, después de un tiempo de reflexión, y como en este pueblo tenía algunos familiares, decidió venirse. Pero, no pasaron muchos días para darse cuenta que la actividad del campo requería un esfuerzo físico mayor del que él estaba acostumbrado a hacer con la venta de chicha, por lo que decidió dejarlo hasta allí y regresar ahora a su pueblo de origen, Santo Domingo, con el objeto de probar suerte con su profesión de chichero. Pero, aquí tampoco las cosas le resultaron favorables económicamente, hasta que, finalmente, tomó la mayor decisión de su vida, como fue la de regresar a Pueblo Llano, ya no para ocuparse como jornalero, sino a desempeñar el oficio que siempre ha conocido como es el de vendedor del ancestral producto, no el elaborado del maíz como lo hacían nuestros indígenas, sino del grano de arroz que también ha cautivado al consumidor venezolano.

 Sobre los habitantes de Pueblo Llano nuestro entrevistado considera que ellos están bendecidos por Dios, que son muy trabajadores, tratables, amables y lo han hecho sentirse como en su propia casa, que lo animan a seguir trabajando a pesar de las circunstancias económicas y políticas que estamos viviendo.

El cliente que adquiere su producto, además de recibir una bebida deliciosa y de calidad, recibe también la bendición del expendedor, y cuando las circunstancias lo permiten, el comentario de La Palabra expresada con la fe que le insufla su religión. 

Rafael Ramón Santiago

Cronista oficial del municipio Pueblo Llano

(28/04/25).